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Consejos para hacer footing correctamente

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Salir a correr siempre ha sido un deporte muy bueno para ejercitar todos los músculos del cuerpo y mantenerse en buena forma física. Muchos de nosotros nos atrevemos a hacerlo aunque haga mucho frío fuera porque al final se convierta en un droga… ¡cuando se hace bien! Además, es el meto de hacer ejercicio más barato que pueda existir (sólo vamos a necesitar unas zapatillas de deporte y ropa adecuada). Y aunque parezca un deporte muy fácil de llevar a cabo, tenemos que tener mucho cuidado en la forma en que lo hacemos ya que al realizar mal los ejercicios, podemos acabar con lesiones severas, visibles o no en nuestro organismo. Aquí tienes unos consejos a tener en cuenta a la hora de salir a correr:

– Más allá de las ganas y la fuerza de voluntad, hay que tener en cuenta la zancada y la posición de los brazos para favorecer el ejercicio. Es importante utilizar el equipo correcto, calentar los músculos antes de comenzar -y mantenerlos calientes cuando hace frío- e hidratarse de manera apropiada (según la Sociedad Española de Traumatología del Deporte, se deben tomar 250 ml de líquidos antes de la práctica deportiva) sobre todo cuando hace calor. Y, por supuesto, es fundamental parar ante la presencia de cualquier síntoma de lesión para evitar daños mayores.

– La respiración es uno de los elementos básicos. Durante la carrera, las respiraciones deben ser profundas, y notar que el abdomen se mueve hacia fuera cuando entra el aire. Respirar muy rápido o sin absorber todo el aire disponible puede provocar molestias -como flato- e, incluso, dolor de cabeza.

– Una correcta posición de los brazos favorece el equilibrio, impulsa hacia adelante y ayuda a ganar velocidad. Aunque pueda pensarse que se mueven de forma correcta con la intuición, lo cierto es que no todo el mundo los lleva pegados al cuerpo, como se recomienda. Los especialistas aconsejan, además, mantenerlos relajados y que los codos formen un ángulo de unos 90º. Los hombros hay que conservarlos bajos y relajados, para no gastar energía y limitar el movimiento de los brazos.

– Asimismo, una posición idónea de los brazos facilita la zancada. Cuanto más cerca del suelo estén los pies, sin saltar demasiado, mejor: permite que las pisadas sean ligeras y haya menos impacto con el suelo, por lo que el cuerpo debe reabsorber menos fuerza. Un impacto demasiado grande aumenta el riesgo de lesión porque agudiza cualquier posible debilidad de las piernas.

– En combinación con la zancada, hay que intentar adoptar una postura erguida, porque inclinarse demasiado hacia delante provoca un exceso de presión sobre la rodilla. En concreto, hay que levantar las rodillas y llevarlas hacia delante. Con esto se consigue que la pisada sea mejor y que las rodillas sufran menos rebote. Es más fácil lograr esta posición si se dirige la mirada hacia el horizonte: ayuda a mantener más rectas la cabeza y la espalda y evita dolores musculares.

– Por último, las manos deben estar semiabiertas y relajadas pero no dejar que se muevan sin control. Llevarlas cerradas genera una tensión innecesaria que provocará molestias en brazos, cuello y hombros, además de mayor gasto de energía. Se aconseja que el dedo pulgar apunte hacia arriba.

Finalmente, para concluir tenemos que añadir que al llevar a cabo estos ejercicios, hay que tener muy presentes las formas en las que no hay que realizarlos: si nuestras zancadas son discontinuas, o si no posicionamos los brazos y las piernas de forma correcta, podremos sufrir de enfermedad como la artrosis de forma prematura.

¿Estás motivado para salir a correr, pero enseguida te cansas y no terminas cumpliendo tus objetivos? Empieza a cambiar esos pequeños hábitos y verás que tus carreras serán mucho más amenas y incluso terminarás cogiendole gusto… 😉
¡Ánimo a todos!