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Foto extraida del video de Youtube
La función ejecutiva del cerebro: ¿eres el CEO de tu mente o un empleado de bajo rendimiento?
Imagina tu cerebro como una empresa. Si eres el CEO, tomas decisiones estratégicas, planificas el futuro y mantienes todo bajo control. Si eres un empleado de bajo rendimiento, te pasas el día procrastinando, olvidando reuniones importantes y dejando que el café sea tu único motor. La función ejecutiva es esa habilidad mental que te permite organizar, priorizar y ejecutar tareas. ¿La tienes a tope o necesitas un curso intensivo de liderazgo cerebral?
El problema es que a veces nuestro cerebro se comporta como ese compañero de trabajo que siempre llega tarde y se olvida de los informes. ¿Te ha pasado eso de ir a la cocina y no recordar por qué? Eso es tu función ejecativa echando una siesta. Para ser un buen CEO de tu mente, necesitas entrenar habilidades como la memoria de trabajo, el control inhibitorio y la flexibilidad cognitiva. Básicamente, es como hacer un MBA pero sin pagar la matrícula.
Si quieres dejar de ser el becario de tu propio cerebro, empieza por pequeñas acciones: haz listas, establece metas claras y evita distracciones (sí, eso incluye TikTok). Con el tiempo, tu mente pasará de ser una start-up caótica a una multinacional bien organizada. ¿Listo para el ascenso?
¿Tienes dudas? Aquí te las resolvemos con estilo
¿Qué pasa si mi cerebro es más «freelance» que «CEO»?
No te preocupes, todos tenemos días en los que nuestra función ejecutiva parece estar de vacaciones. Lo importante es identificar cuándo ocurre y ponerle remedio con técnicas de organización.
¿Puedo mejorar mi función ejecutiva o nací para ser el becario de mi mente?
¡Claro que puedes mejorarla! Es como ir al gimnasio, pero para el cerebro. Con práctica y paciencia, puedes pasar de ser el que pierde las llaves a ser el que lleva la agenda perfecta.
¿Y si mi cerebro prefiere la multitarea?
Cuidado, la multitarea es como intentar hacer malabares con platos: al final algo se rompe. Mejor enfócate en una cosa a la vez y verás cómo tu productividad sube como la espuma.
Funcion ejecutiva del cerebro: ¿por qué a veces parece que tiene vacaciones pagadas?
Función ejecutiva del cerebro: ¿por qué a veces parece que tiene vacaciones pagadas?
¿Alguna vez has intentado hacer algo tan simple como recordar dónde dejaste las llaves y tu cerebro te responde con un silencio sepulcral? Sí, la función ejecutiva, esa parte del cerebro que se supone que nos ayuda a planificar, organizar y tomar decisiones, a veces parece que se toma un descanso en la playa con cóctel en mano. Y no, no te envía una postal. Simplemente desaparece cuando más la necesitas, dejándote en un estado de confusión digno de una telenovela.
¿Por qué pasa esto? Bueno, resulta que la función ejecutiva no es infalible. El estrés, la falta de sueño o incluso un día especialmente aburrido pueden hacer que esta área del cerebro decida que ya ha trabajado suficiente. Es como si tuviera un sindicato interno que le permite tomarse un tiempo libre cuando le da la gana. Y claro, cuando eso sucede, tú te quedas ahí, mirando al vacío, preguntándote si realmente pusiste la leche en la nevera o si la dejaste en el armario de los platos.
Pero no todo está perdido. Aunque la función ejecutiva tenga sus momentos de rebeldía, hay formas de mantenerla en línea. Dormir bien, reducir el estrés y hacer ejercicios mentales pueden ser como esos jefes que te animan a seguir trabajando sin agobiarte. Eso sí, no esperes que siempre esté al 100%. Después de todo, hasta los cerebros necesitan sus vacaciones pagadas de vez en cuando.
¿Tu cerebro también se toma días libres? Preguntas que todos nos hacemos
- ¿Por qué olvido cosas simples cuando estoy estresado? El estrés es como un jefe gritón que distrae a tu función ejecutiva de su trabajo principal.
- ¿Puedo entrenar mi cerebro para que no se desconecte? Sí, pero no esperes milagros. Es como intentar que un gato obedezca: funciona, pero no siempre.
- ¿Es normal que mi cerebro se «apague» de vez en cuando? Totalmente. Hasta las máquinas necesitan un reinicio, y tu cerebro no es menos.