Gusto en conocerte otra vez: cuando el déjà vu se pone elegante (y algo cómico)

Visitas: 0

Foto extraida del video de Youtube


Gusto en conocerte otra vez: ¿De verdad necesitamos repetir esta frase?

¿Cuántas veces has dicho «gusto en conocerte otra vez» y te has quedado pensando si realmente era necesario? Parece que esta frase es el saludo oficial de los reencuentros incómodos. Ya sabes, esos momentos en los que te cruzas con alguien que jurarías haber visto antes, pero no estás seguro si fue en una fiesta, en el supermercado o en un sueño extraño que tuviste. Y ahí estás, sonriendo como si fueras un robot programado para repetir esa frase cada vez que alguien te suena vagamente familiar.

Quizás también te interese:  Melocotón: el secreto jugoso que no sabías que necesitabas en tu vida 🍑✨

La verdad es que esta expresión es como el comodín de las interacciones sociales. No sabes si decir «hola», «¿cómo estás?» o simplemente asentir con la cabeza como un pájaro. Entonces, recurres al clásico «gusto en conocerte otra vez», que, aunque suene un poco redundante, siempre te saca del apuro. Pero, ¿no sería más fácil decir algo como «¡Ey, tú de nuevo!» o «¿Nos hemos visto antes o es que tengo déjà vu?»? Bueno, quizás no, porque eso podría sonar aún más raro.

Lo curioso es que esta frase tiene un poder mágico: nadie se atreve a cuestionarla. Si la dices, la otra persona probablemente te responderá con un «igualmente» o un «sí, qué casualidad», y listo, la conversación sigue su curso. Es como si fuera un código secreto que todos conocemos pero nadie se atreve a cambiar. Así que, mientras no inventemos algo mejor, seguiremos repitiendo «gusto en conocerte otra vez» cada vez que nos encontremos con alguien que nos suene de algo. ¿O no?

Quizás también te interese:  El cerebro del niño al descubierto: guía para padres que no son neurocientíficos (¡pero quieren entenderlo todo!)

¿Tienes dudas? Aquí las resolvemos (o al menos lo intentamos)

  • ¿Qué pasa si digo «gusto en conocerte otra vez» y la otra persona no me recuerda? Tranquilo, lo más probable es que finja que sí y siga la conversación como si nada. La vida es una obra de teatro, después de todo.
  • ¿Hay alternativas menos repetitivas? Podrías probar con «¡Cuánto tiempo!» o «¿Te acuerdas de mí?», pero cuidado, podrías meter la pata si la otra persona realmente no te conoce.
  • ¿Y si me quedo callado? El silencio también es una opción, pero prepárate para una mirada incómoda que te hará desear haber dicho algo, aunque fuera lo de siempre.
Quizás también te interese:  Mapa de España: descubre más que caminos, ¡encuentra aventuras!

Gusto en conocerte otra vez: La excusa perfecta para un segundo primer encuentro

¿Alguna vez has tenido ese momento incómodo en el que te cruzas con alguien que jurarías que conoces, pero no tienes ni idea de su nombre? ¡Bienvenido al club! El “gusto en conocerte otra vez” es la frase salvavidas que todos necesitamos en esas situaciones. Es como un reinicio en la vida real, una segunda oportunidad para fingir que eres una persona sociable y no alguien que olvida caras más rápido que su contraseña de Netflix.

¿Por qué limitarnos a un solo primer encuentro cuando podemos tener dos? Imagina la escena: te presentas, intercambias cumplidos, y luego, semanas después, vuelves a hacer lo mismo. Es como un bucle temporal, pero con menos viajes en el tiempo y más sonrisas incómodas. Lo mejor es que nadie se atreve a cuestionarlo, porque, ¿quién quiere admitir que no recuerda al otro? ¡Exacto, nadie!

Y no te preocupes, no es que tengas mala memoria (bueno, tal vez un poco), es que la vida es un caos y las caras se mezclan como canciones en una lista de reproducción aleatoria. Así que la próxima vez que te pase, saca pecho, sonríe y di con confianza: “¡Gusto en conocerte otra vez!”. Total, si funciona, genial; y si no, siempre puedes echarte a correr.

¿Tienes dudas? Aquí te las resolvemos

¿Qué hago si la otra persona me corrige y dice que ya nos conocemos?
Finge demencia y di algo como: “¡Ah, claro! Es que tienes una cara tan única que pensé que eras otra persona”. Funciona el 90% de las veces (el otro 10% es tu problema).

¿Es raro usar esta frase más de una vez con la misma persona?
Depende. Si es la tercera vez, quizás deberías empezar a tomar notas. Pero si es solo la segunda, relájate, todavía estás en la zona segura del “lo siento, soy malo con los nombres”.

¿Y si la otra persona también usa la misma excusa?
¡Felicidades! Acabas de encontrar a tu alma gemela en el arte del despiste. Ahora pueden reírse juntos y fingir que se conocen desde siempre. O, mejor aún, pueden empezar de cero. ¡Gusto en conocerte otra vez!