El virus parainfluenza: ¿el primo travieso de la gripe que nadie te contó?

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Foto extraida del video de Youtube


Virus parainfluenza: el resfriado que quiere ser estrella

El virus parainfluenza es como ese actor secundario que siempre está en las películas pero nunca se lleva el Oscar. Aunque no es tan famoso como su primo el virus de la gripe, este bichito tiene su propio papel en la temporada de resfriados. Causa estragos en las vías respiratorias, especialmente en los más pequeños, y aunque no suele ser grave, tiene la habilidad de hacerte sentir como si hubieras corrido un maratón sin moverte del sofá.

Este virus es un experto en imitar a la gripe, pero sin el drama. Provoca síntomas como tos, fiebre y congestión nasal, pero sin llegar a los niveles de «llamemos al médico ya». Eso sí, en bebés y niños pequeños puede ser más molesto, causando laringitis o bronquiolitis. El parainfluenza no quiere ser el protagonista, pero definitivamente sabe cómo robar cámara cuando menos lo esperas.

Lo curioso es que, a pesar de su nombre, este virus no tiene nada que ver con la gripe. Es como si se hubiera puesto «influenza» en el nombre para parecer más importante. Pero no te dejes engañar: es más un resfriado con aspiraciones que una verdadera amenaza. Eso sí, si te toca lidiar con él, prepárate para unos días de té, pañuelos y series en Netflix.

¿Qué más quieres saber sobre este virus con complejo de famoso?

¿Es contagioso? ¡Claro que sí! Se propaga como chisme en un grupo de WhatsApp.
¿Cómo se previene? Lávate las manos como si fueras un cirujano y evita compartir vasos.
¿Cuánto dura? Unos 5-7 días, aunque la tos puede quedarse como un invitado pesado.
¿Necesito antibióticos? No, este virus no se asusta con pastillas. Descansa y bebe líquidos.

Así que ya sabes, el virus parainfluenza puede que no sea una estrella de Hollywood, pero definitivamente sabe cómo hacer su aparición. ¡Que no te pille desprevenido!

Virus parainfluenza: el invitado incómodo de las fiestas virales

El virus parainfluenza es como ese amigo que llega sin avisar a la reunión y se queda más tiempo del que debería. No es tan famoso como su primo el resfriado común, pero tiene un talento especial para arruinar planes. Este bicho es el responsable de buena parte de los catarros, laringitis y bronquiolitis, especialmente en los más pequeños. Y, aunque no suele ser grave, tiene la costumbre de dejar a todo el mundo tosiendo y con la voz ronca, como si hubieran pasado la noche gritando en un concierto de rock.

Lo curioso es que el parainfluenza no necesita un pasaporte para viajar. Se mueve de persona a persona con la facilidad de un meme viral. Un estornudo, un apretón de manos o incluso tocar una superficie contaminada son suficientes para que este virus se instale en tu cuerpo como si fuera su casa. Y, claro, una vez dentro, no tiene prisa por irse. Puede quedarse una o dos semanas, dejándote con esa sensación de «¿por qué yo?» mientras te suenas la nariz por enésima vez.

Aunque no hay un tratamiento específico para el parainfluenza, puedes hacerle la vida más difícil. Lavarte las manos como si fueras un cirujano, evitar compartir vasos y mantenerte alejado de los estornudos ajenos son buenas tácticas. Y si ya te ha pillado, descansar, hidratarte y tener paciencia son tus mejores aliados. Al fin y al cabo, este virus es como una mala racha: tarde o temprano, se va.

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¿Tienes dudas sobre el parainfluenza? Aquí te las resolvemos

  • ¿El parainfluenza es lo mismo que la gripe? No, son primos lejanos. El parainfluenza causa síntomas parecidos, pero no es tan intenso como la gripe.
  • ¿Puedo contagiarme más de una vez? Sí, este virus tiene varios tipos, así que puedes volver a encontrarte con él en otra ocasión.
  • ¿Es peligroso para los niños? En la mayoría de los casos no, pero en bebés o niños con problemas respiratorios puede ser más serio. ¡Mejor prevenir!