Foto extraida del video de Youtube
Partes Externas Del Aparato Reproductor Masculino
El aparato reproductor masculino tiene sus joyas de la corona bien a la vista, y no, no estamos hablando de un tesoro pirata. La parte externa es como el escaparate de un negocio: lo primero que se ve y, aunque no lo parezca, tiene su propia complejidad. El pene es el protagonista indiscutible, con su forma cilíndrica y su capacidad para cambiar de tamaño como si fuera un mago. Está compuesto por tejido esponjoso que se llena de sangre durante la excitación, lo que provoca la famosa erección. Pero no todo es espectáculo: el pene también tiene una función clave en la micción y la reproducción.
Ahora, hablemos de los testículos, esos dos compañeros que cuelgan en el escroto como si fueran un par de gemelos un poco tímidos. Los testículos son las fábricas de esperma y testosterona, y el escroto actúa como su guardaespaldas personal, manteniéndolos a una temperatura ligeramente más baja que el resto del cuerpo. ¿Por qué? Porque los espermatozoides son un poco delicados y no les gusta el calor excesivo. El escroto, además, tiene la habilidad de contraerse o relajarse según las condiciones ambientales, como si fuera un termostato viviente.
Por último, pero no menos importante, está el epidídimo, esa estructura en forma de tubo enrollado que se encuentra sobre cada testículo. Aquí es donde los espermatozoides maduran y aprenden a nadar antes de emprender su gran aventura. Aunque no es tan visible como el pene o el escroto, el epidídimo es esencial para que todo funcione como un reloj suizo. En resumen,