Foto extraida del video de Youtube
El mijo: ¡El cereal más rebelde que intentarás domar en tu cocina!
¿Sabías que el mijo es el “bad boy” de los cereales? Este grano diminuto, con aires de estrella de rock neolítica, lleva siglos desafiando a cocineros con su actitud de “yo me cocino como quiero”. No es arroz, no es quinoa, y mucho menos trigo. ¡Es el único que llega a la cacerola con una melena al viento y una sonrisa irónica! Si piensas que hervirlo será fácil, prepárate: el mijo prefiere pegarse al fondo de la olla, saltar como palomita rebelde o convertirse en una masa informe solo por diversión. ¿Su lema? “Si no sudas, no valgo la pena”.
Domando al salvaje: trucos para que el mijo no te humille
Para que este cereal no te deje en ridículo frente a tus invitados, sigue estas reglas no escritas (porque el mijo jamás firmaría un contrato):
- Agua y proporciones: 2 tazas de líquido por 1 de mijo. Si te pasas, se convertirá en papilla para bebés; si te quedas corto, te escupirá desde la olla.
- Toque final: Un chorrito de limón o vinagre lo mantiene suelto. Sin esto, se aglomera como si planeara formar un ejército de granos.
- Vigilancia 24/7: No lo dejes solo ni para ir al baño. En 30 segundos, puede quemarse, secarse o declararse independiente de tu receta.
¿Y por qué tanto esfuerzo? Porque cuando logras domesticarlo, el mijo se transforma en un aliado versátil: desde ensaladas con más personalidad que un influencer hasta croquetas que crujen como chismes de vecindario. ¡Incluso hace leche vegetal sin pedir permiso! Eso sí, nunca le digas que es nutritivo (alto en hierro, magnesio y fibra), o se volverá insoportablemente presumido.
¿El mijo tiene algo que declarar? Preguntas que nadie se atreve a hacer
¿Es cierto que el mijo es gluten-free?
¡Más libre que un pájaro en TikTok! Ideal para celíacos y para quienes quieren lucir trendy en el brunch. Eso sí, no le hables de harinas refinadas: se ofende.
¿Por qué sabe a hierba recién cortada?
Es su forma de recordarte que viene de la tierra, no de un laboratorio. Si prefieres sabor neutro, tuéstalo un poco. Pero cuidado: si se calienta demasiado, te mirará con desdén desde el plato.
¿Es lo mismo que dan de comer a los pájaros?
Sí, pero aquí el mijo usa corbata. La versión humana viene lavada, sin plumas, y con ínfulas de gourmet. Eso no quita que, si te descuidas, termine siendo banquete de gorrión. ¡Doble rebelde!
Cocinar mijo sin que quede como arena de playa: misión (casi) imposible
¿Alguna vez has intentado cocinar mijo y terminaste con un plato que parece el souvenir de tus últimas vacaciones en Cancún? Tranqui, no eres tú, es él. El mijo tiene un doctorado en transformarse en textura desértica si lo miras mal. Pero ¡sopla las palmadas de arena! Aquí van los trucos para domar este grano rebelde sin que tu cena parezca un experimento de geología.
El secreto está en el remojo (y no, no es terapia)
El mijo viene con una capa de saponinas que le dan un sabor más amargo que tu ex. Lávalo como si te hubiera hecho una jugarreta personal: bajo el grifo, frotando con las manos hasta que el agua salga transparente. Si lo saltas, prepárate para masticar tierra. Luego, la proporción de agua es clave. 1 taza de mijo por 2,5 tazas de líquido (sí, el caldo cuenta). ¿Por qué más agua que con otros cereales? Porque este pequeño Houdini absorbe como si le debieran dinero.
La cocción: ni microondas ni telepatía
Olvídate del «fuego y reza». Usa una olla con tapa hermética y sigue estos pasos:
- Hierve el agua primero, añade el mijo y baja el fuego al mínimo.
- 10-15 minutos de cocción suave. Si escuchas crujidos, ya la has liado.
- Apaga el fuego y déjalo reposar 5 minutos más con la tapa puesta. Este paso es como el afterparty: sin él, todo se desmorona.
¿Y si ya parece el Sáhara? ¡First aid!
Si abriste la olla y te saludó una duna, no todo está perdido. Añade un chorrito de agua (o leche vegetal), tapa y deja que se hidrate 5 minutos. Si sigue en plan playa nudista, conviértelo en croquetas o úsalo para rellenar pimientos. La creatividad salva más platos que los superhéroes.
Preguntas que nadie hace pero todos deberíamos
¿Y si no lo lavo? ¿Me multa la policía culinaria?
No, pero tu paladar sufrirá un ataque de amargor existencial. Lávalo como si tu vida dependiera de ello.
¿Puedo usar cerveza en vez de agua? 🍺
Técnicamente sí, pero el mijo no es tu compa de fiesta. Si quieres darle un toque, usa caldo de verduras. La cerveza mejor para ti.
¿El mijo queda pegajoso como el arroz sushi?
Si buscas cohesión, usa menos agua (1:2). Pero ojo: sin pasarte, que luego vuelves a la arena. La textura ideal es esponjosa, no playera.