Cura negro cerveza: ¿el secreto mejor guardado para brindar con elegancia? ¡Descubre el elixir más oscuro… y sabroso!

Foto extraida del video de Youtube

La ‘cura negro cerveza': ¿el invento más ridículo desde los zapatos para gatos?

¿Qué ocurre cuando juntas a alguien con resaca, un marketing tramposo y cero bases científicas? ¡La “cura negro cerveza”! Un brebaje que promete curar todo, desde el mal amor hasta la factura de la luz, usando como único ingrediente una cerveza oscura calentada con especias. ¿Quién lo ideó? Alguien que, claramente, confundió un bar con un laboratorio médico. *“Toma esto en ayunas y verás cómo se te quita el catarro”*, dicen, mientras tu hígado envía mensajes de auxilio en código Morse.

¿De verdad alguien se lo toma en serio?

La lista de beneficios atribuidos a esta “cura” parece escrita por un borracho creativo:
– *“Refuerza el sistema inmunológico”* (o sea, te emborrachas y olvidas que estás enfermo).
– *“Mejora la digestión”* (claro, porque nada ayuda más a la acidez estomacal que el alcohol y la levadura fermentada).
– *“Equilibra el ánimo”* (si por “equilibrio” entendemos llorar frente a Netflix con una pizza a las 3 a.m.).

Y ojo, que no es solo beberla: hay que prepararla con rituales dignos de un aquelarre. ¿Hierbas? Sí. ¿Miel? También. ¿Fe ciega en que esto no es una intoxicación etílica disfrazada? Imprescindible.

Pero, ¿es peor que ponerle botas a un felino?

Imagina explicarle a tu médico que “la cerveza negra con canela” es tu nuevo tratamiento para la migraña. Su cara de “¿en qué momento la humanidad se descarriló?” competiría con la de un gato viendo zapatitos de lana. Eso sí, los defensores de la “cura” juran que funciona… aunque su única evidencia sea un vídeo viral de un tipo bailando flamenco después del tercer tarro. Ciencia de garrafón, le llaman.

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¿Tú también te ríes? Aquí las dudas que todos tenemos (pero fingimos no tener)

¿Si me tomo tres “curas”, me convierto en inmortal?
No, pero tu resaca alcanzará niveles mitológicos. Recomendamos tener suero intravenoso y un contrato con Alcohólicos Anónimos a mano.

¿Es una broma elaborada por una marca de cerveza?
Ojalá. Sería menos triste que creer que alguien invirtió tiempo en esto. Eso sí, si ves un anuncio que dice *“Ahora con un 20% más de pseudociencia”*, huye.

¿Qué pasa si mezclo la “cura” con unos taquitos?
Técnicamente, sería tu desayuno. Aunque, legalmente, no podemos avalar que sustituyas la avena por alcohol tostado. Tu nutricionista llorará. Y tu hígado también.

¿Al menos sabe mejor que los zapatos para gatos?
Depende. ¿Has probado morder una suela de lana? La “cura” lleva miel, así que gana por goleada… hasta que recuerdas que estás bebiendo cerveza caliente. *Bon appétit*.

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Tomar cerveza negra para curar tus males: spoiler, solo conseguirás una resaca épica

Imagina que alguien te dice: “¿Gripe? ¡Tómate una cerveza negra! ¿Dolor de espalda? ¡Otra! ¿Mal de amores? ¡Un barril!”. Suena a chiste, pero hay gente que sigue creyendo que este brebaje oscuro es el elixir mágico de los vikingos. Spoiler: no cura náuseas, sino que las provoca. La cerveza negra tiene hierro, dicen. ¡Claro! Igual que un tornillo oxidado, pero nadie anda chupando clavos para combatir la anemia. Si tu plan es “vitaminizarte”, mejor come una manzana y deja la pintas para cuando no quieras fingir que eres médico improvisado.

Al día siguiente de seguir el “remedio”, tu hígado enviará una carta de renuncia por correo certificado. La resaca será tan épica que sentirás que un duende con martillo neumático se mudó a tu cráneo. ¿Dolor de garganta? Ahora tienes dolor de existir. La cerveza negra no es un analgésico, es un boleto directo al “Vomitatrón 3000”. Eso sí, el placebo funciona… hasta que el cuerpo recuerda que el alcohol deshidrata más que un safari en el Sahara y tu cerebro se convierte en una pasa. ¿Milagro? El único milagro será sobrevivir hasta el mediodía.

Y atención al círculo vicioso: “Me duele la cabeza, me tomo una cerveza” → “La cerveza me dio resaca, me tomo otra”. Es como tener una relación tóxica con un brujo medieval que solo sabe ofrecer más veneno. ¿La tos desapareció? No, te emborrachaste tanto que olvidaste toser. ¿El malestar se esfumó? Temporalmente, hasta que tu estómago declare la independencia y empieces a jurar que jamás volverás a probar alcohol (mentira, en dos días repites).

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¿Y si la cerveza negra fuera mágica? (Spoiler: no lo es, pero vamos a fingir)

  • ¿Puedo sustituir el jarabe para la tos por una Guinness?

    ¡Claro! Si tu meta es toser como un león fumador. Eso sí, el efecto “burbujas” en la garganta será inédito. ¿Eficacia? Cero, pero al menos estornudarás con sabor a malta.
  • ¿La cerveza negra caliente con limón sirve para algo?

    Sí: para comprobar que el alcohol evaporado deja un regusto a decepción. Es como hacer té con lágrimas de arrepentimiento. Mejor hierve agua y haz manzanilla, hippie.
  • ¿Al menos es “más sana” que la rubia?

    ¡Ajá! Igual que un pastel de chocolate es “más nutritivo” que uno de vainilla. Tienen más calorías, más alcohol y más posibilidades de que tu resaca tenga nombre propio: “La Maldición del Lúpulo Oscuro”.

Bonus track: Si ves a alguien pregonando los “beneficios saludables” de la cerveza negra, huye. Seguro también vende crema anticaída hecha con mayonesa o te dice que el tequila cura el pie de atleta. ¿Que sí tiene antioxidantes? ¡Y el sol tiene vitamina D! Pero nadie en su sano juicio se asa en la playa 12 horas “para fortalecer los huesos”. Coherencia, gente, coherencia.

Ahora, si necesitas una excusa para tomar cerveza, inventa algo mejor. Como: “Es que quebré el termómetro y necesito algo para ver si tengo fiebre”. Eso sí, si al final terminas con una resaca legendaria, no digas que no te avisamos. Bueno, en realidad sí: está en el título.