Aunque estas islas se caracterizan por estar cubiertas de un verde tapiz, el adjetivo «azul» las define a la perfección. Seiscientos kilómetros separan la más septentrional (Corvo) de la más meridional (Santa María); las nueve islas que comprenden el archipiélago se reparten sobre un área de influencia de más de 1.000.000 km² en pleno océano Atlántico.
Un abrupto y accidentado paisaje de roca basáltica revela su origen volcánico. De hecho el archipiélago se encuentra en un enclave de importante actividad sísmica conocido como la triple unión, allí donde se unen tres placas tectónicas: la americana, la euroasiática y la africana.
Una isla, un carácter
La historia del archipiélago está intimamente unida a la navegación y las rutas comerciales atlánticas. La insularidad y el aislamiento ha forjado, en cada isla, un carácter y una personalidad propia. Esto hace que la visita a cada una de las nueve islas del archipiélago sea una experiencia singular. Donde es más fácil percibir esto es en las más pequeñas y remotas, como Corvo, Flores y Santa María.
Sumergirse en el océano
En sus aguas podemos encontrar 24 tipos de cetáceos, 5 especies de tortugas marinas y más de 600 especies de peces.
De toda el área marina que abarca el territorio de influencia de las Azores, tan solo el 0,1% es apto para el buceo. Sin embargo, las características de este pequeña franja accesible a los buceadores es tan singular que lo hacen especialmente atractivo. Paredes que caen a plomo, montes que ascienden desde profundidades abisales hasta escasos metros de la superficie y grandes formaciones basálticas, hacen del buceo en Azores una experiencia única. La vida bajo estas aguas es variada, abundante y a menudo desmesurada. Bancos inmensos de pelágicos, grandes grupos de mobulas y tiburones son comuns en los grandes bancos de mar abierto, mientras que en las costas el rey es el mero. Los grandes ejemplares de este emblemático pez son comunes gracias a una estricta regulación que los protege y prohíbe su pesca por parte de los pescadores submarinos. El estar lejos de la masificación de otros destinos, así como una buena gestión de los recursos ha permitido preservar la riqueza y diversidad de esta agua.
Las nueves islas que forman las Azores se dividen en tres grupos: el grupo oriental, el grupo central y el grupo occidental. El grupo oriental lo conforman San Miguel, capital administrativa y la isla de Santa María, la más meridional. El grupo central es el que reúne un mayor número de islas: Pico, Faial, San Jorge, La Graciosa y Terceira.
Cultura Ballenera
Los cetáceos han sido animales clave en la historia del archipiélago. Antaño la caza de ballenas fue la principal industria en Azores, hoy, erradicada esta práctica, miles de turistas se suben a las embarcaciones para avistar a estos gigantes. Algunos se acercan a la costa de paso en sus largas migraciones de norte-sur, como las grandes ballenas de barbas: la yubarta, el rorcual común, la ballena sardinera y la ballena azul. Otros, como los cachalotes, cuentan con un población residente.