Foto extraida del video de Youtube
¿Restaurante «her»? ¡Aquí no cocinan letras, señores! 🍳🔠
¿Y la sopa de consonantes? 🥄🚫
Si llegaste buscando un menú con palabras al dente o un *alfabeto a la parrilla*, lamento decepcionarte: en este local no freímos vocales ni asamos metáforas. Aquí los únicos “her” que importan son los del huevo frito con jamón (y ni siquiera le ponemos tilde, que esto no es un examen de ortografía). Olvídate de platos *pretensiosos* como ensalada de gerundios o arroz con metáforas glutinosas; aquí lo que se sirve son calorías sin disfraces literarios.
El único «texto» que verás es el de la carta (y está escrito en salsa barbacoa) 🌶️
No, no tenemos poemas al horno ni sonetos en tempura. Nuestra especialidad es descodificar el hambre con cuchillo y tenedor:
- ¿Filete de ternera con error de puntuación? No, pero el chuletón viene jugoso, sin comas.
- ¿Postre de métrica clásica? Mejor una tarta de queso que rima con *“¡quiero otra porción!”*
Eso sí: si pides “her” en vez de huevos rotos, te traeremos lo segundo. Porque aquí las letras solo decoran los manteles.
⚠️ Atención, frikis gramaticales: esto no es un taller de redacción ⚠️
Si vienes a corregir acentos en las servilletas o a discutir si el gazpacho lleva tilde diacrítica, tenemos malas noticias: ¡nuestro corrector ortográfico es la sartén! Aquí no hay *masterclass* de sintaxis, pero sí croquetas que derriten hasta las preposiciones más rebeldes. Eso sí, si dejas propina, te regalamos un emoticono comestible (elige entre 😋 o 🥴, que son los que tenemos en oferta).
¿Tienes hambre de respuestas? Aquí te servimos las dudas bien fritas 🍟
¿Aceptan reservas en verso libre?
Solo si rimas *“mesa para dos”* con *“quiero torreznos”*. Si no, usa el teléfono como Dios manda.
¿Tienen menú vegano?
Claro: berenjenas a la brasa que jamás insultaron a un carnívoro. Eso sí, la ensalada de apostrofes cuesta extra (porque la lechuga viene con toppings de ironía).
¿Puedo llevar mi propio diccionario?
Sí, pero si lo mojas en la salsa alioli, te cobramos por daños a la RAE.
¿Hay wifi?
Sí, pero el nombre de la red es “ConectaYDejaDeMasticarPalabras”. La contraseña es “ElChefNoEsBorges” (con B de buenazo).
Si buscabas un restaurante cerca y te salió «her», tenemos la receta para solucionarlo (y para el hambre) 🗺️🍔
Cuando el autocorrector declara la guerra a tu estómago
Escribiste “restaurante cerca” y el teléfono, en modo traductor de jeroglíficos, te devolvió “her”. ¿“Her” qué? ¿Herpes? ¿Hércules? ¿Hermano político con antojo de sushi? Tranqui, no es un código secreto: es solo que tu móvil cree que eres Shakespeare escribiendo sonetos en vez de alguien con urgencia de tacos. La buena noticia: mientras tu dedo corrige la búsqueda, nosotros te damos la ruta rápida para encontrar desde una hamburguesa con forma de obra de arte hasta un churrasco que haga llorar de emoción a tu suegra. Spoiler: el GPS no viene con críticas pasivo-agresivas.
El menú anti-errores (y pro-saciar)
Olvida escribir como si tuvieras dedos de chorizo. Usa apps que entiendan “tengo hambre” como idioma oficial:
- Google Maps: el Sherlock Holmes de las brunchaderas. Escribe “comida” + tu ubicación y, ¡oh milagro!, aparecen opciones que no son un estacionamiento.
- Glovo o Uber Eats: para los que salen de la ducha y ya tienen antojo de ramen a las 3 a.m. (sin pantalones, sin juicio).
- TripAdvisor: donde las reseñas son más dramáticas que el final de Juego de Tronos. Filtra por “cercano” y evita sitios con comentarios tipo “la paella sabía a despedida de soltero”.
Si todo falla, ¡sabotaje culinario!
¿La tecnología te odia? Plan B: camina 5 minutos en cualquier dirección. Estadísticamente, hay un 90% de probabilidades de toparte con:
1. Un bar donde el camarero te llama “joven” aunque tengas canas.
2. Una pizzeria con masa tan fina que podrías usarla como papel de regalo.
3. Un puesto callejero que vende “el mejor burrito del universo” (según el letrero, claro). Advertencia: puede contener filosofía de vida y salsa picante nivel “llanto existencial”.
¿Ya comiste? Preguntas que surgen mientras masticas
¿Y si busco “her” y realmente quiero un restaurante?
Felicitaciones, has descubierto el modo hardcore. Prueba añadiendo “comida” después, o dile a Siri: “Oye, ¿dónde como si mi vida dependiera de ello?”.
¿Qué hago si encuentro un sitio… pero está lleno de influencers?
Tres opciones: a) Pide selfies con ellos y aprovecha de fondo tu plato. b) Corre. c) Ordena lo mismo que la mesa de al lado y susurra “¡Soy tendencia!” entre mordiscos.
¿Es normal querer postre después de leer esto?
Sí, y si niegas el antojo, tu heladería más cercana te espera con una cucharada de culpabilidad y dos de caramelo. 🍦