Foto extraida del video de Youtube
¿Chenoa le robó el trono a Elsa en Frozen? La verdad detrás del doblaje que hizo temblar Arendelle
Imagina esto: Elsa está a punto de cantar “Libre soy”, pero en vez de escuchar su voz épica, suena… ¿Chenoa? ¡Sí, la misma que te hizo bailar reggaetón en los 2000! Resulta que en el doblaje latino de Frozen: Una aventura de Olaf (2023), la cantante española prestó su voz a la Reina de las Nieves. ¿Robo de trono? Más bien un “préstamo temporal”, porque Gisela, la voz original de Elsa en Latinoamérica, estaba ocupada… ¡probablemente construyendo un muñeco de nieve en otra dimensión! Disney lo aclaró: Chenoa solo dobló canciones, no diálogos. Aunque, seamos honestos, si Elsa hubiera soltado un “Dame tu cosita” en medio de Arendelle, la cosa habría sido épica.
¿Por qué Chenoa y no un Yeti con megáfono?
La respuesta es más aburrida que un discurso de Hans: presupuestos y agendas. Gisela, la Elsa oficial, no estaba disponible (¿quizás congelando algo en otro proyecto?). Disney necesitaba alguien con credenciales musicales y Chenoa, que ya había trabajado en Moana, dijo “¡Hola, soy la solución!”. Eso sí, los fans notaron el cambio como Olaf nota el calor. Hubo memes, quejas y hasta teorías conspirativas: “¿Chenoa usó magia de hielo para quitarle el puesto a Gisela?”. Spoiler: no. Fue solo el clásico lío de doblajes con prisas.
Elsa vs. Chenoa: Batalla de Tonos en Re Mayor
Comparar ambas voces es como elegir entre chocolate caliente y un helado. Gisela tiene ese tono dramático que grita “soy una reina atormentada”, mientras Chenoa le mete un aire pop que casi pide una pista de baile en el palacio. ¿Funcionó? Depende: si te gusta Elsa como diva de Broadway, hubo descontento. Si te imaginas a Elsa cantando en una discoteca de hielo, ¡éxito total! Eso sí, Disney aprendió la lección: en futuros proyectos, avisar con tiempo… o contratar a un yeti que cante bien.
🧊❄️ Preguntas que congelan el alma (y sus respuestas calentitas) ❄️🧊
- ¿Chenoa es ahora la voz oficial de Elsa?
¡Nop! Gisela sigue siendo la dueña del trono. Chenoa fue solo un cameo vocal, como Olaf apareciendo en Rapunzel sin avisar. - ¿Elsa cantará reggaetón en Frozen 3?
Si Disney quiere que Arendelle se convierta en una pista de baile, quizá. Pero de momento, no hay planes… aunque nunca digas nunca con un estudio que hizo bailar a un dragón en Raya. - ¿Gisela y Chenoa se tiraron bolas de nieve por el papel?
Cero drama. Gisela incluso publicó un apoyo a Chenoa en redes. Menos mal, porque si no, hasta los trolls de Frozen habrían pedido mediación diplomática. - ¿Por qué no avisaron del cambio?
Buena pregunta. Disney a veces actúa como Elsa escondiendo sus poderes: sin explicaciones. Al final, tuvieron que sacar un comunicado más frío que el palacio de hielo.
Chenoa vs. Elsa: el duelo vocal que podría congelar hasta a Olaf (y no es broma de verano)
Notas agudas vs. calor humano: ¿quién rompe el termómetro?
Imagina a Chenoa lanzando un «¡Baila, Olaf, baila!» con esa voz que parece caramelo derretido en agosto, mientras Elsa responde con un «Let It Go» tan potente que hasta los pingüinos se ponen bufanda. ¿Quién gana? La española lleva en la mochila décadas de ronquera controlada y pasión desenfrenada, pero la reina de Arendelle tiene el poder de convertir un karaoke en una tormenta de nieve. Si esto fuera un combate de boxeo, el árbitro ya estaría congelado en el tercer asalto.
Lista de supervivencia para el duelo (por si acaso)
- Chenoa: Un megáfono, una guitarra desafinada y un termómetro para medir la temperatura del escenario (spoiler: sube como la espuma).
- Elsa: Un castillo de hielo portátil, un vestido que brilla más que el ego de Gastón y un coro de trolls que tararean de fondo.
Si juntas a ambas en un estudio, probablemente necesites un extintor para la química vocal. Chenoa arrasa con su registro rasgado y letras que suenan a desamor veraniego, mientras Elsa te deja tieso con esos falsetes que desafían las leyes de la física. Olaf, por su parte, ya está buscando un abrigo anticongelante.
¿Y si cantan juntas? Apocalipsis karaokero
El tema sería algo así como «Libre soy… de amarte bajo cero», una balada que mezcla lágrimas, copos de nieve y un puente musical donde hasta los micrófonos se sonrojan. Chenoa le pondría un ad-lib de esos que hacen temblar las paredes, y Elsa respondería con un agudo capaz de partir un iceberg. El resultado: una canción tan épica que Spotify la clasificaría como «categoría huracán». Eso sí, los vecinos de Arendelle tendrían que evacuar… por envidia.
¿Preguntas que queman más que un verano en Arendelle?
¿Chenoa podría cantar en la ducha sin descongelar el baño?
Imposible. Su voz es tan caliente que hasta el hielo del pelo de Elsa empezaría a sudar. Mejor que se quede con los conciertos al aire libre… y lejos de los iglús.
¿Elsa le ganaría a Chenoa en un concurso de playback?
Solo si los jueces son renos o tienen debilidad por los vestidos azules. Eso sí, Chenoa tendría que dejar el alcoholímetro en casa: su energía es 100% proof.
¿Olaf sobreviviría a un dueto de ambas?
Sobrevivir, sí. ¿Sin derretirse? Ni con 10 abanicos de papel. Al menos le quedaría el consuelo de vender paletas en la salida del concierto.