Foto extraida del video de Youtube
¿Bar Txintxirri Bilbao? ¡Más bien Bar «Txoripanes» de tanto picoteo! 🍻🥨
El local donde los pintxos se multiplican como panecillos benditos
Si entras al Txintxirri pensando en tomar una caña tranquila, saldrás con la tripa haciendo remix de txakolí y croquetas. Este sitio es la versión bilbaína de los panes y los peces, pero con chorizo a la sidra y gildas con más carácter que un concursante de «Gran Hermano». La barra parece un museo interactivo: cada pintxo tiene su historia (y su cliente dispuesto a contarla entre mordisco y mordisco). ¡Hasta las aceitunas llevan sombrero de anchoa! 🎩🐟
¿Qué pedir? Guía para no acabar en coma etílico-gastronómico
El menú es como un partido de fútbol: intenso, caótico y con riesgo de lesión (en este caso, abdominal). Prioriza:
- «Txoko Bombas»: Albóndigas que explotan más que los fuegos artificiales de La Salve. 💥
- «Gilda la Fiera»: La versión XXL del clásico, con guindilla para valientes. 🌶️
- «Croquetas de abuela 5G»: Te conectan al Wi-Fi del alma. 📶
Y si pides txakolí, asegúrate de que el camarero no te lo sirva con tanta ceremonia que acaben bautizándote el móvil.
Clientes: de hipsters a abuelas con más onda que una vinilo
El Txintxirri es el único sitio donde verás a abuelas cotilleando sobre recetas de bacalao junto a veganos confesos comiendo morcilla como si fuera hummus. El ambiente es tan mestizo que hasta las jarras de cerveza tienen acento. 🍺¿La norma no escrita? Si no te manchas la camisa de pintxo, no has vivido. Y si alguien te pregunta «¿Qué es ese olor?», la respuesta siempre es: «Felicidad frita, vecino».
¿Tienes dudas? Aquí te desTxoripanamos las tripas (de curiosidad)
¿Es caro? Más que el metro de Londres no, pero si pides 15 pintxos, prepárate para vender un riñón… o aprender a hacer trucos de magia para pagar la cuenta. 💸
¿Hay opción vegetal? Sí, pero aquí «verde» es el color de la sidra, no de la lechuga. 🥬=🚫
¿Se puede reservar? Reservar es como intentar domar un potro: teóricamente posible, pero mejor llegar pronto y con actitud de cowboy. 🤠
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*Nota mental: Si sales caminando como un pingüino tras el atracón, no culpes al bar. ¡Culpa a tus ganas de repetir plato! 🐧*
Bar Txintxirri Bilbao: Donde las cañas fluyen más que el Nervión (y el buen rollo está garantizado) 🌊🤣
Si el Nervión tuviera envidia, sería del grifo de cañas del Txintxirri. Aquí, la cerveza corre con más fuerza que las aguas del río y el ambiente es tan vibrante que hasta las pintxos bailan solos. Los camareros son magos del *tiempo récord*: antes de que te suden las manos del hambre, ya tienes una caña fría y una bandeja de bikinis que desafían las leyes de la termodinámica (sí, el queso siempre está *gooey*). ¿Recomendación? Lleva zapatos impermeables… por si la espuma de las cañas intenta replicar las olas de la ría.
El Txintxirri es el único lugar donde “¡voy a tomar solo una!” se convierte en un *maratón de risas, anécdotas torpes y “otra ronda, que la vida es corta”*. La clientela es un mix perfecto: estudiantes que sobreviven a base de tortilla, turistas perdidos que encontraron el paraíso y abuelos que *chulean* su récord de pintxos devorados en una sentada. ¿El sonido ambiente? Una banda sonora de chocar vasos, conversaciones a gritos (nada de mala educación, es la euforia autóctona) y el *clinc* de la máquina de hielo trabajando más que un becario en fiestas.
¿El truco para no morir de éxito? La terraza. Pequeña pero matona, donde el humo de las cigalas a la plancha se mezcla con el olor a nachos con guacamole (que, por cierto, no son un acompañamiento, son un deporte de riesgo). Eso sí, si pides la tortilla, ve mentalizado: aquí la sirven tan jugosa que podrían usarla de ejemplo en las conferencias de la ONU para lograr la paz mundial.
¿Preguntas? Aquí las respuestas (y alguna broma de cerveza floja 🍻)
¿A qué hora abren?
Cuando hay demanda (traducción: casi siempre). Pero si llegas después de las 22:00, prepárate para esprintar entre grupos de amigos que ocupan más espacio que una ballena en una piscina.
¿Se puede ir con mascotas?
Sí, pero solo si tu perro sabe ladrar en Euskera y no se pone celoso cuando le haces fotos a las bravas.
¿Hay gluten-free?
Tienen opciones, pero avisan: “Aquí el único *free* que garantizamos es el buen rollo”.
¿Y si no me gusta la cerveza?
¡Blasfemia! Pero tranquilo, también sirven txakoli que pica más que un comentario de suegra en Nochebuena.