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Foto extraida del video de Youtube
Recetas que te harán decir: ¡eso sí que es darle sabor al ‘trago’!
El cóctel que convierte el «trago» en trago-loco
¿Cansado de llorar tus penas con un whisky solo? Prueba el Margarita de lágrimas de cocodrilo (sí, en serio). Mezcla tequila, triple sec, zumo de lima y una lágrima auténtica… o agua con sal si eres de los que fingen drama.
- Ingredientes: tequila (50 ml), triple sec (20 ml), lima exprimida (1), sal para el borde, una gota de salsa picante (para que arda como tu ex).
- Preparación: moja el vaso con la lágrima, rebana el borde en sal, agita todo como si batieras chismes y sirve con hielo. ¡Salud… o lo que sea!
Cuando la vida te da limones, ¡haz un limoncello explosivo!
Este no es el limoncello de la abuela. Hablamos de Granada-Limón Furioso: licor de limón, granadina, vodka y un toque de jengibre fresco. Perfecto para esos días en que todo sale mal… pero sabes fingir que es un brindis.
- Ingredientes: limoncello (60 ml), vodka (30 ml), granadina (15 ml), jengibre rallado (1 cucharadita), hielo picado (para enfriar el drama).
- Preparación: mezcla todo en una coctelera, agita como si estuvieras sacudiendo tu mala suerte y cuela en una copa. Añade una rodaja de limón… ¡y ni se te ocurre llorar!
El trago que sabe a venganza (y a piña colada)
Si te dejaron por WhatsApp, el Piña-K.O. es tu aliado. Combina ron blanco, crema de coco, zumo de piña y un chorrito de ira contenida.
- Ingredientes: ron blanco (60 ml), crema de coco (30 ml), piña natural (100 ml), hielo triturado (para simular tu corazón roto).
- Preparación: licúa todo hasta que quede tan suave como la excusa de “no era tú, era yo”. Decora con una piña en rodajas… y bloquea a quien haga falta.
¿Preguntas? Aquí las respuestas (para borrachos curiosos)
¿Puedo usar lágrimas de verdad en el Margarita?
Sí, pero si no lloras con telenovelas, sustituye por agua de grifo. Eso sí, la sal en el borde es sagrada.
¿Y si no tengo jengibre para el Granada-Limón?
Usa wasabi. Total, si el trago es fuerte, ¡que lo sea de una vez! (No, no lo hagas. Mejor cómprate un jengibre).
¿El Piña-K.O. funciona como terapia post-ruptura?
Mejor que llorar frente al espejo, peor que un psicólogo. Pero con tres rondas, hasta el ex te parecerá buena gente.
¿Se puede hacer estos tragos sin alcohol?
Claro. Añade zumo de manzana y… espera, ¿para qué quieres un trago sin alcohol? ¿Eres un espía de los zumos?
¿Cuántos tragos son demasiados?
Si ves doble, bebe el doble. Luego tú decides si es problema tuyo o del vaso.
De la sartén a la resaca: cómo usar alcohol sin quemar la cocina (ni el hígado)
El alcohol en la cocina: cuando el chef también es pirómano
¿Sabías que el 90% de los incendios culinarios empiezan con un “¿qué pasa si le echo ron aquí?” y terminan con un extintor como invitado estrella? Si quieres flambear sin convertirte en meme de TikTok, recuerda: nunca viertas alcohol directamente de la botella sobre la llama. Usa una cuchara o sartén aparte, calienta el licor a fuego bajo y, cuando esté listo, añádelo con la elegancia de un James Bond evitando el caos. Vino, cerveza o whisky son geniales para salsas, pero si vas a quemar, que sea el ego de tu ex, no las cortinas.
Brindis sin lamentos: la hidratación es tu nueva mejor amiga
Aquí la regla de oro: por cada chupito de tequila que uses para los tacos, bebe un vaso de agua. ¿Por qué? Porque nadie quiere despertarse con una resaca que compita con la trama de *The Walking Dead*. Si mezclas tragos mientras cocinas, prueba alternar con bebidas sin alcohol o jugos. Bonus points si congelas cubitos de caldo para añadir sabor sin pasarte con el vodka. Y sí, suena raro, pero un “gin-tonic de pepino y albahaca” siempre será mejor idea que lamer la mesa después de tres mojitos.
El postre de la resaca: cuando la prevención falla
Si ayer fuiste Gordon Ramsay con una botella de brandy y hoy te sientes como un zombi en huelga, tenemos soluciones:
– Tostadas con mantequilla y miel (el azúcar es tu aliada, juez no).
– Zumo de tomate con tabasco (sí, es un Bloody Mary sin el Mary, pero funciona).
– Ducha fría (para recordar que la vida sigue, aunque duela).
Y recuerda: el alcohol se evapora al cocinar, así que no culpes al tiramisú de tu caída al abismo. Eso fue el chupito de más.
¿Y esto cómo se aplica? Preguntas que todos nos hacemos (pero con estilo)
¿Puedo usar cerveza en las tortitas si soy un desastre en la cocina?
Claro, pero mejor opta por una rubia suave y no por una IPA que sabe a pies de yeti. Y no, no cuenta como desayuno saludable.
¿El vino en la paella me hará bailar flamenco espontáneamente?
Solo si usas tres botellas. Con una, lo máximo que lograrás es un arroz con personalidad y una sonrisa tonta.
¿Qué hago si mi flambé se convirtió en llamarada?
Tapa la sartén, apaga el fuego y repite después de mí: “soy un cocinero, no un dragón”. Y compra un extinguidor, por si las moscas (o las llamas).