Foto extraida del video de Youtube
López Iturriaga, cocinero: ¿el mejor saque de pucheros o un fuera de juego gastronómico?
¿Qué hace un tipo famoso por hablar de balones entre fogones? López Iturriaga, el “Lord Balón” de la prensa deportiva, se coló en la cocina como si fuera un delantero en área chica. ¿Su receta? Una mezcla de gazpachos con pinceladas de humor, tortillas de patatas sin reglas offside y algún que otro discurso televisivo entre sartenes humeantes. ¿Triunfo rotundo o penalti fallado? Los puristas culinerios arrugaron la nariz, pero los fans del “champagne y chorizo” le dieron like.
Si pensabas que un experto en faltas técnicas solo domina el fuera de juego, prepárate: el hombre tiene más fogones que un derbi en Primera. Desde *El Comidista* hasta programas donde mezcla pimientos de padrón con análisis táctico, López Iturriaga cocina como si narrara un partido: rápido, con gracia y dejando claro que aquí el VAR no revisa si el solomillo está en su punto. Eso sí, sus platos son como un partido de tercera división: o te enamoran por el puro espectáculo o sales corriendo a buscar un tupper de tu abuela.
¿Y la crítica gastronómica? Ni Michelin ni moscatel. Algunos dicen que sus recetas son un cóctel molotov de simplón y televisivo, otros aplauden que haya bajado la cocina de su torre de marfil. ¿Es Ferran Adrià? No. ¿Es el tío que te enseña a freír un huevo sin quemar la cocina? Tampoco. Es el tipo que pone kétchup en la paella y provoca que media España grite “¡¡manco!!” mientras la otra mitad pide la receta en Twitter.
¿Sartenazo o tarjeta roja? Lo que realmente quieren saber los fans (y los que odian con pasión)
¿Un periodista deportivo tiene derecho a enseñar cocina?
Si un fontanero puede ganar Eurovisión, López Iturriaga puede hacerte un caldo con más onda que una final de Champions. Derecho no, obligación moral.
¿Sus platos tienen más estilo que sustancia?
Imagina un pichichi que celebra cada gol con piruetas… pero marca uno cada tres temporadas. Ahí lo tienes: sabor variable, espectáculo garantizado.
¿Alguna vez le han dicho “metete en tus asuntos, que esto no es un estadio”?
Seguro. Pero él sigue ahí, revolviendo el puchero como si fuera un balón de oro, mientras los hashtags #TeamLordCocina y #FueraDeLaOlla se pegan en redes. ¿Estrategia o caos? El tiempo dirá si esto es un menú degustación o un autogol con aroma a laurel.
Bonus track: ¿Qué haría López Iturriaga con un microondas y una lata de fabada?
Pregunta trampa. Él ya lo hizo: calentarla, ponerle un chorro de vino y soltar un monólogo sobre la liga de los guisos. ¿Triunfó? Como un córner mal tirado: algunos lo corean, otros piden un cóctel molotov.
López Iturriaga en los fogones: ¿su receta secreta es el chorizo o el autogol culinario?
El periodista deportivo convertido en chef televisivo tiene más giros argumentales que un partido de tercera división. ¿El chorizo es su Messi entre los ingredientes? Lo cierto es que cada vez que López Iturriaga enciende los fogones, la audiencia se divide: mitad expectantes, mitad rezando por que no le explote la salsa. Sus platos son como una jugada de contraataque: rápido, impredecible y con un 50% de posibilidades de terminar en caos. Eso sí, si algo sobra en su cocina es autocrítica (o autogoles, según se mire).
Chorizo vs. Desastres: el duelo más épico
Sus seguidores juran que el embutido es su talismán gastronómico, pero los escépticos señalan que:
- Usa chorizo como si fuera un extintor: para apagar cualquier crisis culinaria.
- Sus “innovaciones” podrían hacer llorar a una abuela vasca.
- La leyenda dice que una vez confundió el azúcar con la sal… y lo atribuyó a “un toque de realismo mágico”.
Mientras, él sigue tan pancho, repartiendo consejos entre cuchilladas al tomate y reflexiones sobre si freír huevos es más estresante que narrar un Clásico.
¿Genio o superviviente de MasterChef?
El misterio persiste: ¿sabe realmente cocinar o solo domina el arte del teatro con sartén? Sus recetas tienen algo de partido de fútbol: a veces ganas por goleada, otras veces abandonas el estadio a los 10 minutos. Pero ahí está el truco: nadie cambia de canal. Entre chorizos chisporroteantes y guisos que desafían las leyes de la física, López Iturriaga demuestra que, en la cocina como en la vida, lo importante es no quemar el arroz… o fingir que fue adrede.
Lo que nadie se atreve a preguntar (pero todos mascamos)
¿De verdad el chorizo salva cualquier plato?
Según él, sí. Según cualquier nutricionista, es una bomba de papada con patas. Pero ojo: en dosis controladas, hasta un puré de cartón quedaría épico.
¿Algún autogol confirmado?
El rumor de una sopa de ajo que terminó como cemento rápido sigue sin verificarse. Oficialmente, son “texturas innovadoras”.
¿Cocina o parodia culinaria?
Ah, amigo. Es como preguntar si el fútbol es deporte o espectáculo. Él ya ganó: mientras hablemos, el chiste se cocina solo. Y si todo falla, siempre le queda lo suyo: commentary con una cuchara de madera.