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Foto extraida del video de Youtube
Rejuvenecimiento facial: porque no todo es crema de caracol y aguacate
¿Te has pasado media vida untándote crema de caracol y aguacate esperando que tu cara vuelva a los 20? Tranqui, no eres la única. Pero vamos, que si las cremas fueran la solución definitiva, todos tendríamos la piel de un bebé recién nacido y los caracoles estarían en peligro de extinción. El rejuvenecimiento facial va más allá de esos botes mágicos que prometen milagros. Hoy en día, hay opciones que no requieren que te conviertas en un chef de mascarillas caseras.
La ciencia ha avanzado más que tu ex en Instagram, y ahora existen tratamientos como el láser, la radiofrecuencia o los peelings químicos que hacen que tu piel luzca como si hubieras dormido ocho horas seguidas (algo que, admitámoslo, no pasa desde que tienes hijos o un trabajo). Estos métodos no solo tratan las arrugas, sino que también mejoran la textura, el tono y la elasticidad de la piel. Vamos, que son como un spa, pero sin la musiquita relajante y las velas aromáticas.
Y no, no estamos hablando de cirugías extremas que te dejan con cara de sorprendida perpetua. Hay opciones mínimamente invasivas como el bótox o los rellenos dérmicos que te dan un aspecto fresco sin que parezca que te han estirado la piel con una grapadora. Así que, si estás cansada de que tu crema estrella sea más cara que tu cena, quizás es hora de explorar otras alternativas. Tu cara te lo agradecerá (y los caracoles también).
¿Tienes dudas? Aquí te las resolvemos
¿Duele el rejuvenecimiento facial?
Depende del tratamiento, pero en general, no es peor que escuchar a tu vecino cantar en la ducha. Algunos métodos pueden causar una ligera molestia, pero suele ser tolerable y rápido.
¿Cuánto duran los resultados?
Varía según el tratamiento. Algunos, como el bótox, duran unos meses, mientras que otros, como el láser, pueden mantenerte radiante durante más tiempo. Piensa en ello como una inversión en tu autoestima.
¿Es seguro para todo tipo de piel?
La mayoría de los tratamientos son seguros, pero siempre es mejor consultar con un profesional. No todos tenemos la misma piel, y lo que funciona para tu amiga puede no ser lo mejor para ti.
Rejuvenecimiento facial: el arte de parecer 20 años más joven sin que te pregunten si eres hijo de tu hijo
¿Cansado de que te confundan con el abuelo de tu sobrino? El rejuvenecimiento facial es tu salvación. No se trata de magia, aunque casi lo parece. Con técnicas como el láser, los rellenos de ácido hialurónico o el famoso botox, puedes borrar esas arrugas que te delatan más que un tuit a las 3 a.m. Eso sí, elige bien a tu especialista, porque no quieres terminar con una sonrisa de Joker o una frente tan lisa que refleje la luz como un espejo.
¿Qué opciones tienes? Desde tratamientos no invasivos como la radiofrecuencia hasta cirugías más serias como el lifting, hay para todos los gustos y bolsillos. Lo mejor es que muchos de estos procedimientos son rápidos y con poco tiempo de recuperación. O sea, puedes ir a la consulta un viernes y el lunes volver a la oficina como si hubieras pasado el fin de semana en un spa, no en el quirófano. Eso sí, no esperes milagros: seguirás siendo tú, pero con menos arrugas y más estilo.
Y no, no es solo cosa de mujeres. Los hombres también se apuntan a esta tendencia, porque ¿quién no quiere verse bien sin parecer que acabas de salir de una máquina del tiempo? Lo importante es mantener un aspecto natural. Nada de exagerar, porque el objetivo es que la gente diga “¡qué bien te ves!”, no “¿qué te hiciste en la cara?”.
¿Tienes dudas? Aquí te las resolvemos
- ¿Duele? Depende del tratamiento, pero la mayoría son más incómodos que dolorosos. Piensa en una sesión de depilación láser, pero en la cara.
- ¿Es para siempre? Ojalá. Algunos efectos duran meses, otros años. Es como el gimnasio: si no lo mantienes, se nota.
- ¿Y si no quiero cirugía? Hay mil opciones no quirúrgicas. Desde cremas hasta láser, puedes empezar poco a poco sin pasar por el quirófano.