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Foto extraida del video de YoutubeNo hacen falta cambios radicales ni trucos complicados. Centrándose en las líneas y la textura adecuadas, el rejuvenecimiento óptico es inmediato.
¿Por qué cambiar de peinado después de los 65?
Con el tiempo, el cabello se vuelve más fino, la fibra pierde densidad y la estructura del rostro cambia. ¿Cuál es el riesgo? Aferrarse a una media melena despeinada que lastra los rasgos y tira del rostro hacia abajo. En cambio, unas mechas muy marcadas o contrastadas endurecen los contornos y congelan el conjunto del look. Por el contrario, un corte diseñado para crear movimiento y ligereza aporta relieve donde es necesario: alrededor de los pómulos, cerca de los ojos, a lo largo de la nuca.
Cambiar de peinado no es sólo una cuestión estética. También es una forma de retomar el control de tu estilo, afirmando una presencia moderna y segura. Los cortes de pelo corto -flexibles y bien trabajados- tienen esta ventaja: liberan el rostro, estimulan el volumen y pueden peinarse sin excesivo esfuerzo. Tantas ventajas cuando quieres parecer más fresca y animada, sin pasarte horas delante del espejo.
El corte ganador: un corto suave con flequillo texturizado
Una de las opciones más populares de los peluqueros destaca por su eficacia y versatilidad: el corto suave con flequillo texturizado. Ni un bob fijo ni un pixie ultra estricto, este corte se basa en una base corta -con nuca abierta y contornos suavizados- y un flequillo finamente ahusado formado por pequeños mechones superpuestos. El resultado es un velo vaporoso alrededor de la frente que difumina las líneas marcadas, rejuvenece la mirada y aporta movimiento.
¿Por qué funciona tan bien? Porque el flequillo de textura fina e irregular rompe los ángulos sin enmascarar el rostro. Reduce la impresión de frente ancha, da la ilusión de densidad al cabello fino y enmarca suavemente los ojos. El corte, mientras tanto, conserva suficiente longitud en la parte superior para permitir una variedad de peinados: un poco difuminado, ligeramente inflado, delicadamente aplastado, dependiendo de tu estado de ánimo.
¿Ya tienes el pelo corto? Pide a tu peluquero que aligere las puntas alrededor de la cara y cree este flequillo al aire, evitando las líneas demasiado rectas. ¿Aún tienes algo de longitud? Una suave transición a un corto suave -acortando la nuca, adelgazando los laterales, manteniendo la parte superior más larga- te ayudará a conservar tu evidente feminidad a la vez que realza tu estilo.
¿A quién le sienta mejor?
Este favorecedor corte sienta bien a casi todo el mundo. Es especialmente recomendable si tienes el pelo fino, la frente descubierta o si quieres suavizar unos rasgos pronunciados. También es ideal para las que llevan gafas: el flequillo texturizado se funde de forma natural con la montura, sin sobrecargar visualmente. En cuanto al pelo ondulado, realza el efecto aireado que buscas.
Qué evitar: las medias melenas rígidas y las mechas demasiado visibles
El pelo uniforme y desestructurado de media melena tiende a caerse al perder volumen, lo que hace que el rostro parezca aún más cansado. Evita las rayas rectas demasiado marcadas y las mechas que se acumulan en la línea de la mandíbula. Si te gusta conservar un poco de longitud, insiste en degradados sutiles que aligeren los contornos y envíen el volumen hacia arriba.
En cuanto al color, ten cuidado con las mechas muy contrastadas que segmentan visualmente el cabello. En su lugar, opta por tonos suaves, un ligero balayage o un tono sobre tono luminoso que capte la luz sin endurecer los rasgos. El objetivo es conseguir un halo de brillo y relieve, no bandas de color que congelen el peinado.
Cómo pedir el corte de pelo adecuado en la peluquería
He aquí algunas palabras clave útiles: «corto y flexible», «contornos suavizados», «capas ligeras», «flequillo texturizado y aireado». Haz hincapié en la ligereza: el ahusado debe afinar las puntas sin despojar la fibra. En cuanto al flequillo, no debe ser ni macizo ni perfectamente recto. Pide mechones finos e irregulares que se puedan separar con el dedo. Una foto de inspiración puede ayudarte, pero deja que tu peluquero adapte las proporciones a tu textura y forma.
Una advertencia: mantén un poco de sustancia en la parte superior de la cabeza. Aquí es donde entra en juego la impresión de densidad. Los lados pueden acercarse ligeramente a la cara para afinarla, mientras que la nuca, libre pero femenina, aligera el conjunto. El objetivo no es un corte rígido de chico, sino un corto vivo, que respira.
Peinado y cuidados: sencillos, rápidos, eficaces
¿La mejor rutina? Pocos productos, pero bien elegidos. Un champú suave que respete el cuero cabelludo y un acondicionador ligero que no apelmace el cabello. Sobre el cabello secado con toalla, aplica un poco de espuma voluminizadora en las raíces o un spray texturizador, luego seca boca abajo para aflojar la base. Termina con los dedos en lugar de con un cepillo para mantener el efecto aireado.
En el día a día, se puede utilizar una laca mate o una cera suave para redefinir el flequillo y añadir movimiento sin excesivo brillo. Trabaja con pequeños toques: es mejor añadir que corregir. Con unas pocas pinceladas, puedes levantar el corte y reavivar el look. Una visita al salón cada 6 u 8 semanas es suficiente para mantener la línea y refrescar el flequillo.
Consejos faciales y corporales para personalizar tu look
Rostro redondo: alarga ligeramente el flequillo en el centro y mantén algo de volumen en la parte superior para que el rostro quede más erguido. Rostro cuadrado: opta por un flequillo más largo en las sienes para suavizar el ángulo de la mandíbula. Rostro alargado: un flequillo ligeramente más voluminoso pero con textura equilibra las proporciones. En todos los casos, evita empezar el flequillo demasiado alto o demasiado limpio, ya que resulta poco favorecedor.
¿Y si te pasas al gris?
El gris natural puede quedar espectacular con un corto texturizado. Una pátina fría neutraliza los reflejos amarillos e ilumina el pelo; unos discretos reflejos plateados acentúan el brillo. La clave es trabajar el material para que circule la luz: cuanto más claro sea el corte, más sofisticado parecerá el gris. Si te tiñes, limítate a tonos cercanos a tu base para un resultado chic y creíble.
En resumen: ligereza, movimiento y modernidad.
A partir de los 65 años, no hay nada extravagante en un corte de pelo que realmente rejuvenezca el rostro: un corto bien degradado, unos contornos suavizados y un flequillo texturizado bastan para reavivar el rostro. Despídete de las medias melenas desestructuradas y de las mechas demasiado contrastadas, y opta por el movimiento, las puntas finas y el peinado flexible. Fácil de llevar y rápido de peinar, este corte se centra en lo esencial: la luz de los ojos, la suavidad de los rasgos, el conjunto de la mirada. Es una elección sencilla y eficaz que te da un aspecto más joven sin negar nunca quién eres.