Ahorrar dinero y comida gracias a una buena organización

A la hora de ir a hacer la compra solemos ir con una lista básica de las cosas más urgentes para comprar y si pensamos que nos puede faltar alguna otra cosa, terminamos por comprarla y al llegar a casa, nos damos cuenta de que sí teníamos. En casos muy frecuentes como estos, una buena organización y planificación de las tareas a llevar a cabo puede ayudarnos a ahorrar dinero y evitarnos desechar alimentos que ya hayan caducado. En este post te damos unos pequeños consejos para organizarte mejor.

Organización y planificación de tareas: la clave del ahorro

Aunque parece simple, la organización y la planificación son quizás las tareas más difíciles de llevar a cabo y la que nos pueden ayudar más a ahorrar y evitar desechar alimentos. Ante todo, deben planificarse los menús, saber qué se va a consumir antes de comprarlo, las personas que van a comer y tener en cuenta la cantidad de alimentos que pueden estar almacenados ya en el frigorífico de casa, en el congelador o en la despensa.

Debe comprarse solo aquello que en principio se vaya a consumir y, una buena manera de hacerlo, es comprar alimentos de temporada. Debe organizarse la despensa de manera que los alimentos que caduquen antes queden al frente y colocar los nuevos detrás con el fin de evitar que los alimentos caduquen antes de tener tiempo de consumirlos.

Es importante saber aprovechar los restos de las comidas, bien para llevarse al trabajo al día siguiente, para comer en casa pasados dos días o para congelar. También es una buena opción utilizar los alimentos que no se han consumido para elaborar nuevos platos, por ejemplo cremas con verduras, croquetas, ensaladas variadas, sopas o purés. Incluso con la fruta más madura pueden elaborarse pasteles, batidos o mermeladas. Aunque la mejor manera de evitar que sobre comida es racionalizar la cantidad, servirse el que se sabe que se consumirá, un consumo justo y sin excesos, ya no solo para evitar que sobren alimentos sino también para consumir lo que el cuerpo necesita, sin excederse.

Temperatura de los alimentos y buena conservación

El tándem temperatura y conservación de los alimentos resulta clave para mantenerlos seguros y evitar undeterioro antes de consumirlos. Mantener los alimentos crudos en el frigorífico es indispensable, carne, pescado, huevos, verduras, hortalizas, precisan de bajas temperaturas. Los alimentos deben estar almacenados entre un 1ºC y 4ºC en el interior del frigorífico. Debe asegurarse el correcto funcionamiento del frigorífico, comprobar que las puertas cierran de forma adecuada y controlar la temperatura interna.

En verano, debido al calor, se puede bajar la temperatura interna ya que al abrir el frigorífico, la temperatura exterior es elevada y hace subir la temperatura del interior. En cuanto a la conservación, deben seguirse al pie de la letra las indicaciones de los envases y de las etiquetas. Es importante saber qué alimentos deben mantenerse en el frigorífico, cuáles no, cuáles no necesitan luz o los que deben resguardarse de la humedad. Cada producto es diferente, se debe leer con atención las instrucciones de uso de cada uno.

 

Para muchas familias es cada vez más difícil llegar a fin de mes y poder comer todos los días de forma saludable. Por esto, prestamos cada vez más atención a los precios, a las cantidades y a las fechas de caducidad. Conseguir comer todos los días de forma saludable es muy importante y cada vez más difícil para muchas familias. Organizar bien nuestro frigorífico es una forma inteligente de no desechar nunca alimentos y por lo tanto, no desechar el dinero.

Las frutas y verduras de temporadas: los mejores aliados de las dietas

Antes de que llegue el verano, todo tenemos en mente empezar la «operación bikini». Cada uno a su manera, cada uno eligiendo la que más le conviene pero para la gran mayoría, lo importante es mantener una dieta baja en calorías. En este sentido, las frutas y verduras de temporada son el aliado perfecto para llevar a cabo estas dietas. En este post veremos veremos algunas ideas para cocinar las frutas y verduras a diario, en casa, de forma muy económica y muy saludable.

 

El objetivo es crear versiones bajas en calorías de algunos de los platos favoritos, sustituyendo los ingredientes con alto contenido calórico por frutas y verduras bajas en calorías. No consiste en comer menos alimentos. El agua y la fibra (presente de manera natural en estos vegetales) aumenta el volumen de los platos, así que se puede comer la misma cantidad (un plato hondo, un bocadillo) con menos calorías. Y dado que comer debe resultar placentero para que tenga sentido el esfuerzo y el cambio de mentalidad y de hábitos alimentarios, estas son algunas de las ventajas que ofrece aumentar la presencia de frutas y hortalizas en los menús diarios:

  1. Frescura y ligereza: los platos de arroz, pasta o legumbres (alimentos energéticos tan saludables y, al mismo tiempo, tan denostados en muchos planes de adelgazamiento sin justificación alguna) resultan más frescos y ligeros si se les agregan frutas u hortalizas. Las frutas como la manzana, la naranja y las mandarinas, o las tropicales como lapiña y la papaya, ofrecen un delicioso resultado añadidas a ensaladas. Con este sencillo cambio se puede reducir en más de 100 Kcal el valor energético de una receta.
  2. Jugosidad en mini bocadillos, tostadas y sándwiches: más del 90% del peso de las frutas y las hortalizas es agua, por lo que añadidas a cualquier plato, suman jugosidad. Un bocadillo de queso magro es más sustancioso si se acompaña de unas rodajas finas de tomate natural. Se requiere la mitad de queso cremoso para que el sándwich o el bocata sea tanto o más apetitoso si se combina con variedad de vegetales. Los braseados de verduras como el calabacín y la cebolla, u otras verduras asadas hacen más jugosos y apetecibles los bocadillos, que en una cantidad justa y una presencia ocasional, pueden contemplarse dentro de las dietas de adelgazamiento.
  3. Dulzor con muy pocas calorías: escoger frutas para elaborar recetas dulces es una oportunidad para innovar en la cocina y ofrecer platos acorde a las limitaciones de parte de los comensales. La conveniencia de cuidar la dieta y restar calorías, grasas y azúcares es extensible a todo el público, y en particular a quienes tienen algún trastorno de salud por el que estén obligados a seguir algún tipo de nutrición terapéutica. Por ello, antes que comer una porción de tarta se sugiere la receta de frutas cubiertas con chocolate o la de frutas asadas en su propio caramelo (mejor sin azúcar añadido). En la misma línea, antes que tomar un helado de nata o chocolate, es preferible calmar la apetencia con helados, sorbetes o granizados caseros con frutas, como el de cerezas o el ligero y refrescante sorbete de sandía.
  4. Más saciedad, menos hambre: la fibra abundante de los vegetales proporciona a estos alimentos la cualidad de saciar más. La fruta ha de anticipar a las comidas principales, al igual que las ensaladas, con el fin de que hagan su efecto y reduzcan la gana de comer más cantidad de otros platos más energéticos del menú.

 

Aunque a la hora de realizar una dieta todo el mundo piensa en comer menos, la realidad es que lo importante está en comer mejor. Añadir frutas y verduras a todas nuestras comidas y cenas es una forma muy sencilla de conseguir todas las vitaminas y nutrientes que necesita nuestro organismo. Estos alimentos podrán ser la clave a la hora de cambiar alimentos más calóricos y menos sanos para poder llevar a cabo una dieta sana y saludable. Además, muchos de ellos ofrecen un dulzor y una frescura para acompañar todos nuestros platos consiguiendo recetas con mejor perfil nutricional.