Foto extraida del video de Youtube
Bahamas: más que palmeritas y selfies con cerdos (spoiler: también hay mosquitos)
El paraíso tiene picaduras (y no, no son de los cerdos)
¿Pensaste que Bahamas era solo arena blanca, influencers posando con lechones en la playa y atardeceres dignos de postal? Error. Aquí hay mosquitos que parecen entrenados por la NASA para colarse bajo cualquier sombrilla. Mientras te enfocas en capturar al cerdo más fotogénico de Exuma, un ejército de insectos te merienda los tobillos como si fueran tapas gratis. Eso sí, los cerdos son más listos: ellos nunca olvidan su repelente.
Lo que las fotos no muestran (porque pica)
Entre selfie y selfie, descubrirás que Bahamas es como ese amigo que parece tranquilo pero tiene una colección de tiburones en el sótano. ¿Sabías que tiene el tercer arrecife de coral más grande del mundo? Perfecto para bucear… o para que los mosquitos te persigan en modo submarino. Ah, y si creías que los únicos animales curiosos eran los puercos nadadores, espera a ver iguanas que posan mejor que tu ex, flamencos rosas que ignoran tus stories y tiburones limón que, por suerte, prefieren el pescado a los turistas. Ojo aquí: los mosquitos no discriminan. Turista, local, iguana… todos somos buffet.
Kit de supervivencia: más allá del bikini
Olvida el traje de baño coordinado. Lo esencial en Bahamas es:
- Repelente (que huela a químicos apocalípticos, no a vainilla orgánica).
- Ropa que cubra el 90% de tu cuerpo (sí, aunque sudes como helado al sol).
- Un abanico (para espantar bichos y disimular cuando el calor te derrite el rimel).
Y no, no sirve de nada rezongar. Los mosquitos aquí tienen ciudadanía honoraria y cero empatía con tu viaje «instagrameable».
¿Preguntas que no hiciste pero igual te respondemos?
¿Hay forma de evitar a los mosquitos?
Sí: quédate en casa. Si insistes en ir, convierte tu piel en una zona catastrófica con DEET al 50%. Funciona… hasta que llueve y los mosquitos celebran con fiesta húmeda.
¿Los cerdos también sufren picaduras?
Obvio. Pero ellos tienen mejor actitud: se rascan contra las palmeras y siguen sonriendo para la cámara. Aprende de ellos.
¿Qué ver además de playas y bichos chupasangre?
Andros, la isla salvaje con agujeros azules que hipnotizan, Nassau (donde los colores de las casas compiten con tu filtro Valencia) y las cavernas de Lucayan, que parecen escenario de película de aventuras… sin mosquitos. Ahí ganaste.
¿Valen la pena las Bahamas a pesar de los insectos?
Claro. Después de todo, ¿qué sería de un paraíso sin un pequeño ejército de vampiros alados para hacerte sentir vivo (y constantemente alerta)? *Bienvenido a la vida real, que aquí ni las palmeras son decorativas.*
Bahamas para principiantes: cómo no arruinarte en paraíso (y volver con un tatuaje que no planeaste)
Presupuesto: porque hasta el sol te cobrará por brillar
Las Bahamas son como ese amigo que siempre pide la cuenta más cara del restaurante y luego “se olvida” la cartera. ¡Atención! Un cóctel en la playa puede costar lo mismo que tu Netflix del año. ¿Solución? Hazte amigo del “happy hour” (y del agua de coco que venden los locales, que es 300% más barata). Si piensas en excursiones, compara precios: un paseo en barco pirata puede salirte por un riñón, pero regatear con pescadores locales podría dejarte en *modo ahorro* (y con historias mejor que cualquier tour).
El tatuaje no planeado: cuando el daiquiri de mango toma el control
Entre el sol, la arena y el tercer mojito, no es rato para decisiones permanentes. Las tiendas de tatuajes aquí tienen nombres sospechosos tipo *“Ink of Regret”* o *“Dolphin Tattoo & Bail Bonds”*. Si de verdad quieres un recuerdo indeleble, asegúrate de que el diseño no incluya:
- El nombre de ese “amigo” que conociste anoche.
- Un delfín con la cara de Kevin Costner.
- La frase *“Carpe Diem”* en tahitiano falsificado (sí, pasa).
Pro tip: Si lo ves borroso, NO es el momento.
Dinero extra: lo que nadie te dice (pero deberías saber)
El “todo incluido” en las Bahamas a veces significa *“todo menos lo que quieres”*. Las propinas son arte marcial aquí: desde el botones que te mira con tristeza hasta el pelícano que posa para tu selfie. Lleva efectivo en pequeños billetes o prepárate para el lado oscuro de la hospitalidad. ¿Y el transporte? Los taxis acuáticos son geniales… hasta que descubres que el precio depende de cuánto brillen tus ojos de turista. Bonus: el protector solar cuesta como oro líquido; llévalo desde casa o aprende a usar toallas de hotel como sarong.
¿Bahamas? Responde esto antes de subirte al avión
¿Cuál es el mes más barato para ir sin morir de calor?
Septiembre y octubre: los precios bajan, los huracanes suben la emoción. ¡Apostar con la naturaleza es gratis!
¿Cómo evitar que me timben con una excursión?
Si te ofrecen nadar con cerdos y una botella de ron incluida, revisa que los cerdos no estén más borrachos que tú. Pregunta a locales en mercadillos; sus recomendaciones suelen ser más reales que las de Instagram.
¿Y si ya me tatué un pulpo con sombrero panameño?
Primero: felicidades, eres oficialmente una leyenda. Segundo: busca en Nassau clínicas con láser (y prepárate para explicar en casa que fue “una metáfora del caos marino”).