Foto extraida del video de Youtube
¿Buscas cocinero? ¡Prueba primero con tu propia sartén! 🍳
¿Cansado de pagar fortunas por platos que parecen obras de arte… pero saben a cartón mojado? Antes de contratar a un chef con nombre francés y sonrisa de reality show, dale una oportunidad a tu sartén abandonada en el cajón. Esa vaquera del aceite que, con un poco de cariño, puede convertir huevos quemados en tortillas aceptables. ¡Y sin pedirte un riñón a cambio! Eso sí, si tu nivel culinario es “quemar hasta el agua”, quizá mejor empieces con recetas que no requieran fuego.
3 razones para enamorarte de tu sartén (o al menos intentarlo)
- El ahorro es más dulce que un flan casero: ¿Sabías que un salteado de verduras hecho en casa cuesta menos que el envío de una pizza congelada? Con lo que te ahorras, hasta podrías comprarte un delantal de chef… o cinco paquetes de galletas para consolarte si sale mal.
- Creatividad sin límites: ¿Quién dijo que los espaguetis con ketchup no son gourmet? Tú. Pero bueno, la práctica hace al maestro. O al menos, a alguien que no confunde la sal con el azúcar.
- Impresionar a tu suegra (o a tu perro): Nada grita “¡soy un adulto funcional!” como servir algo que no tenga instrucciones de microondas en el envoltorio.
Ahora, si después de tres intentos tu cocina parece zona catastrófica y el humo activó las alarmas del edificio… tal vez sí necesites ayuda profesional. Pero hasta los grandes chefs empezaron quemando tostadas. O eso dicen. Lo importante es que tu sartén tenga más protagonismo que ese tarro de Nutella vacío que sigue en el estante.
¿Qué huevos son estos? Preguntas que te freirán la cabeza (y cómo resolverlas)
—“Pero es que ¡no tengo tiempo!”
¡Tonterías! Un revuelto de huevos tarda menos que elegir un filtro para tu foto de brunch. Si tienes 10 minutos para ver memes de gatitos, tienes 10 minutos para no morir de hambre.
—“Siempre se me pega todo”
Aceite, amigo. O mantequilla. O lágrimas de frustración. Cualquiera sirve. Y si no, invierte en una sartén antiadherente. O en un extintor, por si las dudas.
—“¿Y si me quedo sin ideas?”
Internet está lleno de recetas fáciles. Busca “comida para humanos con habilidades de lagarto dormido” y listo. Si todo falla, siempre puedes decir que es “cocina de autor” y servirla con mucha confianza.
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Nota mental: Si después de leer esto tu plato estrella sigue siendo el cereal con leche, no te rindas. Roma no se construyó en un día, ¡pero seguro alguien estaba friendo huevos mientras lo intentaban! 🥓
Contratar un cocinero está de moda… ¡Igual que quedarse sin sueldo a fin de mes! 💸
¿Un chef en casa? Sí, pero prepárate para vivir a base de sopa de sobre en Diciembre 🥣
¿Has visto que ahora todos los influencers tienen un cocinero que les prepara *“bowls de açaí con virutas de oro comestible”*? Pues bienvenido al club de los que quieren imitar ese estilo de vida… hasta que ven el extracto bancario. Contratar a alguien que te haga la comida está genial, hasta que descubres que su sueldo equivale a: 3 salidas mensuales a restaurantes Michelin, 78 suscripciones a Netflix y 1.5 hipotecas de tu gato (sí, los mininos también tienen crisis inmobiliarias).
Lo que nadie te cuenta antes de firmar el contrato 🔍
– El chef llega con su propio diccionario: “productos de temporada” se traduce como “ir a recolectar hierbas al Himalaya en mula”.
– La propina ya no es opcional: si no dejas un 20% extra, tu próxima ensalada tendrá más saliva que aliño.
– Menú degustación de tu cuenta corriente: cada plato tiene nombre francés y costo en euros… ¡como ese *“soufflé de trufa negra”* que en realidad eran huevos revueltos con hollín!
Alternativas para no vender un riñón (aunque el izquierdo está de oferta) 💡
¿De verdad necesitas que alguien te corte las zanahorias en juliana? Aprende a usar un cuchillo sin amputarte un dedo (tutorial en YouTube: gratis; kit de primeros auxilios: 15€). Otra opción: convence a tu suegra de que se mude contigo. Ella cocinará *gratis*… a cambio de criticar tu vida 24/7. ¿Lo peor? Terminarás añorando los días en que solo te vaciaban la cartera, no el alma.
¿Tienes dudas? Aquí las freímos con aceite reciclado 🍳
¿Cuánto cuesta un cocinero personal?
Imagina comprar un iPhone 15 Pro Max. Ahora multiplícalo por 12. Y añade un riñón de propina.
¿Puedo pagarle con exposición en Instagram?
Sí, siempre que el chef acepte *“likes”* como moneda. Spoiler: prefiere comer algo más sustancioso que tu ego.
¿Y si contrato a un chef… pero solo los fines de semana?
Buena idea. Los lunes volverás a tu dieta de cereal con agua del grifo, pero hey, ¡habrás comido *foie gras* el domingo! 🦆
¿Hay opciones veganas?
Claro. Tu cocinero puede preparar platos 100% vegetales… y facturarte en dólares. 🌱💸
¿Y si aprendo a cocinar yo?
¿Para qué? Es más divertido explicarle a tu banquero que “gastos gastronómicos” no es una categoría válida para refinanciar tu deuda. 👨🍳📉
