Foto extraida del video de Youtube
Cardenales: ¿las divas del mundo aviar o solo pájaros con complejo de supermodelo?
Plumas rojas, actitud de estrella de rock
Si los pájaros tuvieran Instagram, el cardenal sería el influencer que sube selfies con filtro de “brillo eterno”. Con ese rojo escarlata que parece sacado de un tutorial de maquillaje fallido pero épico, estos bichos no pasan desapercibidos. ¿Necesidad biológica? Quizá. ¿Drama visual para que los gorriones se sientan básicos? Definitivamente. Hasta su cresta puntiaguda parece un peinado de “¡me levanté así, pero soy fabuloso”.
El karaoke de la mañana: ¿territorio o ego?
A las 5 AM, mientras tú buscas desesperadamente el botón de snooze, el cardenal macho ya está en su concierto solista de “yo soy el rey del jardín”. Su canto no es un simple piar: es un aria operística con aires de divo. ¿Marcar territorio? Sí. ¿Pero también para que le graben un TikTok viral? No lo descartes. Las hembras, en cambio, prefieren el bajo perfil: plumaje discreto y cero drama. ¿Será que ellas son las verdaderas jefas tras ese espectáculo de *reality show* emplumado?
Dieta fitness vs. banquete de semillas
Mientras otros pájaros picotean migajas como si fueran extras de una película, el cardenal exige semillas gourmet y frutas frescas (nada de pan viejo, gracias). Ese pico color coral no es solo para decorar: es la herramienta perfecta para lanzar miradas de desprecio a los comedores de alpiste genérico. ¿Complexo de supermodelo? Más bien, un manual de supervivencia titulado *“Cómo ser fabulous sin morir en el intento”*.
¿Preguntas? ¡Aquí las respuestas que ni los loros se atreven a repetir!
- ¿Por qué son tan rojos? Porque el rosa petirrojo ya estaba tomado. En serio: es carotenoides, pero nos gusta pensar que se equivocaron con el tinte.
- ¿Los machos cantan tanto por amor o por ego? Sí.
- ¿Las hembras son menos divas? No, solo son más listas: dejan que los machos hagan el ridículo mientras ellas eligen casa.
- ¿Pueden sobrevivir sin atención? No. Si no los ves, cantan más fuerte. Como tu prima en su cumpleaños.
Cardenales de la iglesia: ¿qué hacen detrás de esas capas rojas y sombreros ridículamente geniales?
El club exclusivo de los «superpoderes eclesiásticos»
Los cardenales no solo son expertos en arrastrar capas rojas por el Vaticano como si fueran superheroes de una película de bajo presupuesto. Su trabajo real es más tipo Jedi mezclado con gerente de corporación. Además de elegir al Papa (sí, ese evento que parece un reality show con humo blanco), son los jefazos de diócesis importantes, consejeros del Vaticano y, a veces, hasta influencers religiosos. Eso sí, sin historias de Instagram. Su sombrero rojo, llamado galero, es como el equivalente eclesiástico de una corona de laureles, pero con más estilo y menos hojas secas.
De reuniones secretas y votaciones con estilo
Imagina una junta directiva donde todos visten como Merlín el Encantador en su día de suerte. Los cardenales se reúnen en cónclaves (fiesta privada para elegir Papa) y en sínodos (reuniones para discutir temas como «¿Qué hacemos con los TikTokers arrepentidos?»). También administran dinero, propiedades y hasta museos. ¿Su herramienta secreta? El anillo del pescador, que usan para sellar documentos. Nada de varitas mágicas, aunque algunos juran que el café vaticano tiene poderes sobrenaturales.
¿Fashionistas o funcionarios?
El rojo de sus trajes no es casual: simboliza que están listos para morir por la fe (o para que no los confundan con turistas en Roma). Entre misa y misa, firman decretos, resuelven escándalos financieros y ocasionalmente bendicen a alguien con mirada de «Dios te ve, pero yo también». Eso sí, el sombrero de ala ancha lo guardan para ocasiones especiales. Dicen que si lo usaran diario, se les caería de la cabeza cada vez que niegan un milagro dudoso.
¿Quién le lava las capas rojas a los cardenales? (Y otras preguntas que nadie se atreve a hacer)
- ¿El rojo de la capa es a prueba de manchas de vino?
No, pero tienen un equipo de costureras expertas en quitar hostias consagradas pegadas. Prioridades, hermano. - ¿Algún cardenal ha intentado ponerse el sombrero en un aeropuerto?
La seguridad lo detectaría como «objeto punzante espiritual». Mejor viajar con gorra de béisbol. - ¿Pueden jugar a las cartas con su «cardenalato»?
Sí, pero si pierden, les quitan el anillo. Es el único poker donde apostar el alma está mal visto.
Y por si te lo preguntabas: no, no tienen descuento en tiendas de tinte rojo. Pero sí acceso ilimitado a incienso de calidad. Algo es algo.