¿Qué tengo que hacer para ser voluntario o cooperante?

Con la llegada del verano, aumenta el tiempo libre de nuestros hijos. Los programas de voluntariado están hechos tanto para jóvenes como para adultos que quieran conocer una nueva forma de vida apoyando a los que más lo necesitan. Los programas de voluntariado son una forma de realizar una actividad que nos ocupe y que a la vez, ayude a los demás. Para los jóvenes, algunos servicios de voluntariado brindan la oportunidad de abrir mundo y descubrir nuevas culturas… Una iniciativa más que enriquecedora para ellos. En este post veremos las opciones que existen para realizar dichos programas: ya sea a nivel europeo o a nivel mundial.

 

Servicio Voluntario Europeo

El Servicio Voluntario Europeo (SVE) se puede pedir durante todo el año, aunque es en verano cuando más personas se plantean esta opción. Al ser voluntario, esta actividad no se remunera, aunque supone «una experiencia de aprendizaje en el ámbito de la educación no formal». El objetivo es que los jóvenes que se acogen a este programa «mejoren o adquieran competencias para su desarrollo personal, educativo y profesional, así como para su integración social».

Para este fin, todas las personas participan en un ciclo obligatorio de formación a la llegada al país de destino. A continuación, forman parte del proyecto correspondiente, que siempre se desarrolla en un país distinto al de residencia, y cuentan con apoyo continuado -antes, durante y después del SVE- sobre las tareas, lingüístico y administrativo (seguro, visado, permiso residencia).

Pueden tomar parte jóvenes entre 18 y 30 años de edad, residentes legales en el país de la organización de envío. La participación oscila entre un mínimo de dos semanas y un máximo de 12 meses y se lleva a cabo en un país donde esté implantado el Programa Juventud en Acción, en el que se integra esta iniciativa, o en otro asociado. El proyecto solo financia parte de los gastos mediante el pago de una ayuda, por lo que conviene informarse sobre este aspecto.

El plan SVE se puede centrar en acciones de cultura, deporte, juventud, provisiones sociales, patrimonio cultural, arte, protección civil, medio ambiente o cooperación para el desarrollo, entre otras cuestiones. La fecha límite para la presentación de solicitudes es el 1 de mayo para los proyectos que comiencen entre el 1 de agosto y el 1 de enero.

Para acceder a toda la información, se puede consultar la guía 2013 del programa Juventud en Acción (página 56) o bien contactar con las entidades de envío y acogida a través de la base de datos de entidades acreditadas o con el organismo de juventud de la comunidad autónoma correspondiente.

Becas para jóvenes cooperantes

Hasta el 27 de abril, los jóvenes vascos pueden inscribirse en el programa Juventud Vasca Cooperante. Se concederán un total de cien becas en acciones de cooperación al desarrollo en países de América, Asia y África. El Gobierno vasco se hará cargo del viaje de ida y vuelta en el país de destino, el visado y una póliza de seguro de accidentes y enfermedad. Por su parte, cada participante ha de abonar una cuota de 90 euros a la ONGD de acogida. Entre otros requisitos, se pueden apuntar los jóvenes nacidos entre los años 1983 y 1993, ambos inclusive.

Otras convocatorias, ya cerradas pero interesantes para consultar de cara al próximo año, son las propuestas del Observatorio de la cooperación universitaria al desarrollo. En su página web cuenta con un apartado de becas donde se destacan los programas y ayudas para participar en proyectos de cooperación al desarrollo o prácticas solidarias en países en desarrollo.

Cooperantes con perfil sanitario

Quienes tengan un perfil profesional sanitario y deseen un compromiso más allá del verano puedencontactar con Solidaridad Médica para ser cooperante. Hay que rellenar una solicitud y enviarla junto con el currículum vítae. Esta organización desarrolla su trabajo en Bolivia y los cooperantes han de firmar un certificado de compromiso para ratificar su participación en el proyecto y el cumplimiento de unas condiciones mínimas.

Existen programas de voluntariado para todos los gustos, como era de esperar. Y aunque cada uno pueda decidir que tipo de programa realizar, hay que tener en cuenta muchas cosas en esta elección: sobre todo si para ello habrá que viajar hasta un país lejano. Algunos de estos programas son caros, pero hay que tener en cuenta que algunos destinos son muy exóticos y que la estancia allí es muy costosa. El envío de alimentos u otras comodidades clave para nuestra estancia serán las que marquen la diferencia en el precio. Lo más importante a tener en cuenta, es que es una experiencia que no deja indiferente a nadie.

Ahorrar dinero y comida gracias a una buena organización

A la hora de ir a hacer la compra solemos ir con una lista básica de las cosas más urgentes para comprar y si pensamos que nos puede faltar alguna otra cosa, terminamos por comprarla y al llegar a casa, nos damos cuenta de que sí teníamos. En casos muy frecuentes como estos, una buena organización y planificación de las tareas a llevar a cabo puede ayudarnos a ahorrar dinero y evitarnos desechar alimentos que ya hayan caducado. En este post te damos unos pequeños consejos para organizarte mejor.

Organización y planificación de tareas: la clave del ahorro

Aunque parece simple, la organización y la planificación son quizás las tareas más difíciles de llevar a cabo y la que nos pueden ayudar más a ahorrar y evitar desechar alimentos. Ante todo, deben planificarse los menús, saber qué se va a consumir antes de comprarlo, las personas que van a comer y tener en cuenta la cantidad de alimentos que pueden estar almacenados ya en el frigorífico de casa, en el congelador o en la despensa.

Debe comprarse solo aquello que en principio se vaya a consumir y, una buena manera de hacerlo, es comprar alimentos de temporada. Debe organizarse la despensa de manera que los alimentos que caduquen antes queden al frente y colocar los nuevos detrás con el fin de evitar que los alimentos caduquen antes de tener tiempo de consumirlos.

Es importante saber aprovechar los restos de las comidas, bien para llevarse al trabajo al día siguiente, para comer en casa pasados dos días o para congelar. También es una buena opción utilizar los alimentos que no se han consumido para elaborar nuevos platos, por ejemplo cremas con verduras, croquetas, ensaladas variadas, sopas o purés. Incluso con la fruta más madura pueden elaborarse pasteles, batidos o mermeladas. Aunque la mejor manera de evitar que sobre comida es racionalizar la cantidad, servirse el que se sabe que se consumirá, un consumo justo y sin excesos, ya no solo para evitar que sobren alimentos sino también para consumir lo que el cuerpo necesita, sin excederse.

Temperatura de los alimentos y buena conservación

El tándem temperatura y conservación de los alimentos resulta clave para mantenerlos seguros y evitar undeterioro antes de consumirlos. Mantener los alimentos crudos en el frigorífico es indispensable, carne, pescado, huevos, verduras, hortalizas, precisan de bajas temperaturas. Los alimentos deben estar almacenados entre un 1ºC y 4ºC en el interior del frigorífico. Debe asegurarse el correcto funcionamiento del frigorífico, comprobar que las puertas cierran de forma adecuada y controlar la temperatura interna.

En verano, debido al calor, se puede bajar la temperatura interna ya que al abrir el frigorífico, la temperatura exterior es elevada y hace subir la temperatura del interior. En cuanto a la conservación, deben seguirse al pie de la letra las indicaciones de los envases y de las etiquetas. Es importante saber qué alimentos deben mantenerse en el frigorífico, cuáles no, cuáles no necesitan luz o los que deben resguardarse de la humedad. Cada producto es diferente, se debe leer con atención las instrucciones de uso de cada uno.

 

Para muchas familias es cada vez más difícil llegar a fin de mes y poder comer todos los días de forma saludable. Por esto, prestamos cada vez más atención a los precios, a las cantidades y a las fechas de caducidad. Conseguir comer todos los días de forma saludable es muy importante y cada vez más difícil para muchas familias. Organizar bien nuestro frigorífico es una forma inteligente de no desechar nunca alimentos y por lo tanto, no desechar el dinero.