Se podría decir que tender la ropa para muchos de nosotros se convierte en un arte, día tras día. Cada uno tiene su forma y ninguno podrá nunca hacerlo de la misma forma. Hoy en día existen diferentes formas de tender la ropa, ya sea en un tendedero interior o exterior. Lo más importante es saber cual es la forma que mejor nos viene dependiendo de la zona en la que vivimos y sobre todo, del tipo de vivienda en la que vivimos. Aquí os dejamos unos consejos para tender nuestra ropa de forma más eficiente.
Tender la ropa de la colada después del lavado es una tarea simple del hogar que, a menudo, se convierte en un auténtico desafío. Sobre todo en las casas y pisos actuales, donde los espacios son muy reducidos, y más aún durante el invierno, cuando la humedad tarda más en irse, el dilema es: ¿dónde tender toda la ropa?
El mejor recurso, sin duda, es colgar la ropa en el exterior (siempre que no llueva o nieve, por supuesto). Si bien la incidencia directa de los rayos del sol en días de verano o temperaturas muy bajas en invierno pueden dañar los tejidos, no habrá mayor problema si las ropas se exponen solo durante el tiempo que necesitan para secarse y luego se guardan.
En verano, lo normal es que unas cuantas horas basten para que las prendas queden secas, mientras que en invierno pueden necesitar más de un día. Un consejo para regiones de mucha humedad: descolgar la ropa al caer la noche y, si es necesario, volver a colgarla el día siguiente. De este modo se evita que el rocío nocturno humedezca las prendas.
Ropa tendida en balcones, ventanas y azoteas
Antes de colgar la ropa en zonas exteriores, hay que tener cuidado de que esto no represente ninguna infracción. En muchas ciudades, la legislación impide colocar tendederos en balcones exteriores o ventanas que dan a la vía pública, debido a que esto -como la colocación de aparatos de aire acondicionado o toldos- implica una alteración de la fachada del edificio. Otro motivo es el riesgo de accidentes por la eventual caída de objetos sobre los transeúntes que pasen por debajo.
En todo caso, lo correspondiente es obtener un permiso expreso de la comunidad de vecinos y del ayuntamiento. Infringir esta reglamentación puede derivar en la aplicación de multas que, según la comunidad autónoma, alcanzan hasta los 750 euros.
Una alternativa, siempre que resulte posible, es colgar la ropa en la azotea del edificio. Este espacio común puede ser compartido por todos los vecinos de la comunidad, y no modifica el aspecto de la fachada ni representa riesgo alguno contra los peatones. Basta con lograr el acuerdo en la junta de propietarios para instaurar la azotea como zona de tendido de ropas.
Tendederos interiores clásicos para la ropa
Cuando por causas climáticas, legales o de falta de espacio, la ropa no se puede colgar en exteriores, se debe recurrir a los tendederos en el interior de la casa. Si las dimensiones son reducidas, hay que extremar el ingenio para aprovechar cada rincón.
Los tendederos más comunes son los plegables. Son muy prácticos porque ocupan muy poco cuando no se usan (caben detrás de una puerta, en un costado del armario, en unpasillo, etc.) y, en general, sirven para colgar una buena cantidad de ropa. Algunos modelos incluyen barras también en sus patas, lo cual aumenta su capacidad.
Existen diseños útiles que tienen una forma similar a la de un biombo, con la diferencia de que sus paneles, en lugar ser lisos para evitar que se vea a través de ellos, están compuestos de barras horizontales para colgar ropa. Estas estructuras son prácticas, porque se colocan en cualquier esquina de la casa y sus lados siguen las líneas de las paredes, mesas, etc., y de esa forma no obstruyen la zona de circulación.
Otros tendederos para aprovechar los rincones
Además de los diversos modelos de tendederos clásicos, hay también diseños menos conocidos y más novedosos. Un caso es el de los tendederos que se cuelgan del techo y, a través de un sistema de cuerdas y poleas, se baja en el momento en que se necesita colgar la ropa y se vuelve a subir, con el fin de que quede lo bastante alto para no molestar.
También hay unos modelos pequeños de tendederos, construidos a partir de varias estructuras circulares superpuestas que penden todas de un solo gancho. De las estructuras circulares vienen enganchadas unas pinzas, preparadas para sostener prendas pequeñas (sobre todo ropa interior: calcetines, calzoncillos, bragas, etc.). Es un sistema muy práctico: colgado en cualquier rincón, sin estorbar en absoluto, permite secar una gran cantidad de ropa.
Otros tendederos son más específicos. Algunos se colocan en lasventanas como si fuesen persianas, pero con unas bisagras en la parte inferior. Cuando se necesita secar ropa, se baja la estructura hasta que queda en posición horizontal (o cercana a ella) y de sus barras se cuelga la ropa. Como está junto a la ventana, el acceso de la luz natural y de las corrientes de aire está asegurado.
También los radiadores toalleros de baño son una especie de tendedero y, aunque su uso está pensado para las toallas, con ellos se puede secar cualquier otra prenda, salvo piezas demasiado grandes, como sábanas).
Además de tender la ropa de forma más eficiente, también podemos contar con algunos trucos para que la ropa se seque mejor o no se arrugue demasiado. Los jerseys y las camisas, por ejemplo, se pueden colgar en perchas para que la prenda vaya guardando esa forma al secarse. Hay que tener también especial cuidado en no lavar más ropa de la que nos pueda ocupar en los tendederos. Lo más probable es que si dejemos ropa mal tendida por falta de espacio, terminará cogiendo el olor a humedad y tengamos que volver a lavarlo…
Todos y cada uno de nosotros tenemos nuestros pequeños trucos personales a la hora de tender la ropa… ¿Alguno que quieras compartir?