Foto extraida del video de Youtube
¿Cuánto gana un cardenal? ¡Descubre si el cielo paga en euros o en indulgencias!
¿Salario celestial o sueldo terrenal? El misterio del talonario vaticano
¿Te imaginas a un cardenal pasando la tarjeta «por la obra de Dios» en el supermercado? Pues la realidad es menos divina: el Vaticano paga en euros, no en milagros. Un cardenal recibe un salario neto de unos 4.000 a 5.000 euros mensuales, según reveló el presupuesto vaticano de 2023. Nada mal para alguien que técnicamente hizo voto de pobreza… aunque, ¡eh!, ese dinero es para «gastos de representación», no para comprarse un Ferrari con asientos de cuero bendecido.
Indulgencias: el bonus track que no cotiza en Hacienda
Aquí llega el *cripto de los cielos*: las indulgencias. Según el Catecismo (y unos cuantos memes medievales), no son cheques para el paraíso, sino remisiones de penas temporales. ¿Traducción? Nadie cobra con ellas, pero algún cardenal fan de las tradiciones podría regalarte una si le caes bien. Eso sí, intenta pagar la hipoteca con indulgencias y verás cómo tu banquero se convierte en el mayor ateo del mundo.
Extras que harían llorar de envidia a un influencer
Olvida los sponsors de batidos detox: los cardenales tienen beneficios que venden más que un retuit del Papa. ¿Ejemplos?
- Alojamiento en palacios con vistas a la Capilla Sixtina (el Airbnb definitivo)
- Viajes en avión con escala en misión diplomática
- Guardarropa gratis (solo en color rojo carmesí, eso sí)
¿El Vaticano tiene nómina en PayPal? Y otras dudas terrenales (o celestiales)
— ¿Puede un cardenal invertir en Bolsa?
Técnicamente no, pero si descubre el próximo Bitcoin, igual le dejan llamarlo *«cripto de san Pedro»*.
— ¿Las indulgencias caducan?
Según el manual, son eternas. Perfectas para coleccionistas: ¡el *NFT* original!
— ¿Hay que declarar el sueldo al SAT (o al ángel de Hacienda)?
El Vaticano es un estado, así que pagan impuestos allí. Menos mal, porque explicar *«ingresos por sacramentalización»* en la declaración de la renta debe dar migraña hasta a un contador.
— ¿Hay bonus por bautizos o exorcismos?
No consta, pero si un cardenal te saca un demonio del cuerpo, ¿no debería llevarse al menos un café de propina?
Y por si lo preguntas: no, tampoco aceptan pagarés en oraciones. La fe mueve montañas, pero el wifi de la curia vaticana se paga en efectivo. 😇💶
Del Vaticano a tu bolsillo: el sueldo de un cardenal tiene más secretos que el cónclave
¿Te imaginas tener un jefe que vive en un palacio, usa capa roja y cobra en “bendiciones por metro cuadrado”? Pues olvídate del folclore: el sueldo de un cardenal es menos místico de lo que parece, aunque más enrevesado que descifrar el guion de *El Código Da Vinci*. No hay billetes con la cara del Papa, pero sí una mezcla de estipendios, gastos cubiertos y algún que otro *extra* celestial. Eso sí, no esperes cifras exactas: aquí los números bailan más que un exorcismo fallido. ¿Cuánto ganan? Depende de si tecleas en Google o le rezas a San Expedito.
De dónde sale la plata (y no, no es un milagro)
Los cardenales no tienen nómina fija como la del resto de los mortales. Su dinero viene de:
– El Óbolo de San Pedro: Donaciones de feligreses que, entre sueños, creen que su billete de 20 euros irá a salvar almas, no a comprar wifi para la Biblioteca Vaticana.
– Inversiones: El Vaticano tiene más bienes raíces que un magnate de Dubai, pero con menos escándalos (o eso dicen).
– Gastos “especiales”: Viajes, alojamiento en hoteles de cinco estrellas (¿o pensabas que dormían en catacumbas?) y hasta trajes a medida que harían llorar a Armani. Eso sí: el voto de pobreza es como el gimnasio, todos lo mencionan pero pocos lo practican.
El asterisco más grande del mundo cristiano
Si buscas transparencia, mejor pídele a un fantasma que te haga un balance contable. No existen documentos públicos detallados, y los rumores varían más que el humor de un feligrés en misa de domingo. Algunos hablan de 4.000 a 5.000 euros mensuales, otros juran que es simbólico… ¡pero nadie explica cómo se financian esos Rolex que brillan en las fotos! Eso sin contar los ingresos por libros, conferencias y asesorías espirituales VIP (sí, eso existe).
¿Quieres saber más? Aquí van las preguntas que hasta San Pedro teme responder
¿Un cardenal puede pedir aumento si se le gasta la sotana?
Claro, pero en vez de una reunión con RRHH, toca rezar una novena y cruzar los dedos para que el Espíritu Santo haga de intermediario.
¿Hay bonificaciones por bautizar a un influencer?
No confirmado, pero si un cura logra que un famoso se arrodille en TikTok, seguro le suben el cielo un par de escalones.
¿Y si el Vaticano se queda en bancarrota?
Tranquilo: tienen de reserva el arte más caro del mundo y una línea de crédito con… ejem, el banco más antiguo del planeta (que no es precisamente el más transparente).
¿Pueden los cardenales invertir en criptomonedas?
Imagina al Papa explicando Bitcoin en un tuit. Mejor seguirán con oro, incienso y mirra. Al menos esas no tienen *flash crashes*.
Ahí lo tienes: el sueldo de un cardenal es como su sombrero, grande, vistoso y lleno de plumas que nadie entiende. ¿Dinero divino? Más bien terrenal, con un toque de misterio y un posgusto a incienso caro.
Cuanto gana un cardenal: menos que Messi, pero con mejor guardarropa ceremonial
Salario celestial vs. goles millonarios
Si creías que Messi era el único con ventajas laborales, espera a ver el paquete económico de un cardenal. Según el Vaticano, un príncipe de la Iglesia cobra alrededor de 5.000 euros mensuales (sin contar donativos, claro). Messi, mientras tanto, podría comprar una catedral renacentista con lo que gana en un día. La diferencia: mientras el argentino paga impuestos en París, los cardenales viven en Roma… y su «sueldo» está libre de Hacienda. ¿Ventaja divina? Quizás. Eso sí, a Lionel nunca lo verás luciendo capa roja y birrete como para desfilar en Met Gala.
El dress code definitivo: hilos sagrados y mucho bling-bling
Hablemos del armario de un cardenal: sotanas de seda, fajines bordados a mano, anillos de oro con rubíes… ¡Hasta Zara se rendiría ante tanto esplendor! Y ojo, que la mayoría de estas prendas no las pagan ellos. Las donan fieles adinerados o talleres eclesiásticos. Messi, en cambio, tiene patrocinadores, pero ni Adidas ni Gucci le regalan un conjunto completo para misa de gallina. Eso sí, ambos comparten algo: sus uniformes generan memes. Los del cardenal, al menos, no sudan en pleno partido.
¿Y los extras? Banquete vs. prima por Champions
Aquí la Iglesia gana por goleada. Un cardenal no cotiza en Bolsa, pero tiene derecho a residencia en palacios centenarios, viajes en Mercedes blindados y banquetes con tarta papal incluida. Messi, aunque vuele en jets privados, no recibe bendiciones oficiales al anotar un gol. Eso sí, el futbolista puede retirarse a los 40… Los cardenales, en cambio, trabajan hasta que San Pedro les dé el alta médica. ¿Quién dijo que el cielo no espera?
Lo que no te atreves a preguntar (pero nosotros sí)
¿Un cardenal puede fichar por el PSG si se aburre?
Técnicamente, no. La Curia no permite traspasos, aunque sus «contratos» son vitalicios. Eso sí, si Messi se cansa del fútbol, siempre podría probar con un look de capa púrpura. Total, ¡la moda clerical es eterna!
¿Y si un cardenal quiere una Switch o un iPhone 15?
Con 5.000 euros al mes, no hay problema (aunque mejor pedir el iPhone en señal de penitencia). Messi, por su parte, podría comprar la fábrica de Nintendo… y aún le sobraría para un par de zapatillas litúrgicas.
¿Hay bonus por exorcismos o bautizos VIP?
Nada de comisiones, según el Derecho Canónico. Pero si un cardenal bautiza al hijo de un magnate, seguramente el sobrecito en la sacristía compense. Messi, mientras, sigue cobrando por cada gol… y por respirar cerca de una bebida energética.