¿Listo para reír más que una hiena en rebajas? descubre el chiste que nos hizo escupir el café (y pedir disculpas al monitor) ☕🤣

Foto extraida del video de Youtube

¿Cuéntame un chiste gracioso? ¡Llaman a la puerta! 🚪😂

El chiste que hace reír hasta a las paredes (y no, no es de yeso)

Imagina esto: estás en una fiesta aburrida, el silencio es más ruidoso que un tambor con hipo, y alguien suelta: *“¿Cuéntame un chiste gracioso? ¡Llaman a la puerta!”*. De repente, todos ríen como si les hubieran hecho cosquillas con una pluma de avestruz. ¿Por qué funciona? Simple: la respuesta es tan absurda que te deja con cara de “¿en serio me reí de esto?”. Es el equivalente verbal a tropezar con una banana invisible.

Ahora, si quieres versiones *premium* del chiste, aquí van tres variantes para impresionar en tu próxima reunión:

  • Opción friki: “¿Sabes por qué los zombies no usan puertas? ¡Porque prefieren las ventanas… y a ti te toca explicarles que no son delivery!”
  • Opción dramática: *[En tono de telenovela]* “¡Llaman a la puerta!… Era el destino, tocando para decirte que olvidó la contraseña del WiFi.”
  • Opción existencial: “Si la puerta suena y nadie está ahí, ¿el chiste sigue siendo gracioso o solo es tu suegra escondida?”

¿Y si la puerta tiene alergia a las risas?

Claro, no todos los chistes de puertas son exitosos. Ejemplo real: le contaste este *golpe cómico* a tu cuñado y se rió tan fingidamente que hasta el perro lo miró con pena. ¿Qué hacer? Fácil: dile que el siguiente chiste incluye un taladro, un cerrajero y una factura de 200 euros. ¡Ahí seguro suelta una carcajada… o llama a su abogado!

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¿Tienes más dudas que un perro en una peluquería?

¿Este chiste funciona por WhatsApp?
Sí, pero con reglas: si usas más de tres emojis de puertas (🚪😅🚶♂️), te conviertes automáticamente en el tío raro del grupo.

¿Puedo usarlo para ligar?
Depende: si al decirlo guiñas un ojo y añades *“¿abres tu corazón o llamo otra vez?”*, hay un 50% de chances de que funcione… y un 100% de que te pongan de nombre “Risitas” en Tinder.

¿Y si la puerta está rota?
Ahí tienes dos caminos:
1. Improvisar: *“¿Cuéntame un chiste? ¡Llaman al portón del jardín!”* (nivel dificultad: experto).
2. Aceptar que la vida es caótica y reírte igual, porque ¿acaso hay mejor terapia que un chiste malo dicho con entusiasmo? 🚪💥😂

Cuéntame un chiste gracioso (pero que no tenga efectos secundarios… ¡como la risa en el trabajo!) 💼🤣

Chistes que no harán que te despidan (o eso esperamos) 😅

¿Qué le dice un teclado a otro? *“¡Oye, no me copies!”*. ¿Y por qué el Excel fue al psicólogo? *Porque tenía demasiadas “hojas de cálculo” emocionales*. Estos chistes son como el café de oficina: inocuos, pero te salvan de quedarte dormido en la reunión de las 3 p.m. Eso sí, si tu jefe se ríe, aprovecha para pedir aumento… o al menos un postre en la próxima comida de equipo.

La ciencia detrás de reírse sin que suene la alarma de HR 🔬

Un estudio *no confirmado* revela que el 99% de los chistes laborales seguros incluyen:
Animales (¿Por qué el pingüino no usa WhatsApp? *Porque se le congela el Windows*).
Objetos cotidianos (¿Cómo se llama el primo vegano del USB? *El Tofu-B*).
Gente tropezando con cables (no es un chiste, es un documental de tu oficina).
La clave está en evitar temas sensibles: café frío, impresoras que tragan hojas o salarios.

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“¿Y si nadie se ríe?” 😬

Si cuentas un chiste y solo escuchas el zumbido del aire acondicionado, di: *“Era una metáfora sobre la productividad”* y corre. O usa el clásico: *“¿Sabéis qué es peor que un chiste malo? ¡La cara de Alberto de contabilidad cuando ve sus impuestos!”*. Así desvías la atención y sobrevives otro día sin que te bloqueen en Slack.

Preguntas que nadie hizo pero que igual respondemos 🤔

¿Cómo sé si un chiste es apto para la oficina?
Si no incluye palabras como “presupuesto”, “horas extras” o “jefe en calzoncillos”, vas bien. Prueba primero con la planta de la recepción: si no se marchita, es señal.

¿Y si mi risa suena como una hiena con hipo?
Mejor eso que el silencio incómodo después de una presentación de ventas. Si te preocupa, practica en el baño: la acústica es tu aliada y nadie preguntará por los ruidos.

¿Puedo usar memes como chiste verbal?
Describir un meme sin pantalla es como bailar flamenco en calcetines: técnicamente posible, pero te arriesgas a que alguien grite “¡ESO NO ES UN BAILE, ES UN ESPASMO!”. Mejor quédate con los clásicos: *¿Qué hace una abeja en el gimnasio? ¡Zum-ba!* 🐝💪.

¿Qué hago si mi jefe cuenta un chiste malo?
Ríete como si te hubieran subido el sueldo. Luego, en privado, dile que tiene futuro en la comedia… *de monólogos para insomnes*.