Foto extraida del video de Youtube
Grupeta bar: ¿el único lugar donde la «grupeta» es la resaca?
Cuando la fiesta se convierte en leyenda (y tu hígado en víctima)
En Grupeta Bar, la palabra «grupeta» no se refiere a un equipo de fútbol amateur ni a un club de fans de Shakira. Aquí, es sinónimo de ese momento en que abres los ojos a las 11 AM, con sabor a tequila y culpa en la boca, preguntándote ¿quién aprobó la quinta ronda de chupitos?. Los cócteles tienen nombres tramposos como «Despertar sin Memoria» o «Sueño de Limón», y la única «grupeta» garantizada es la que formarán tus neuronas al intentar recordar cómo llegaste a casa. Eso sí: las fotos borrosas en tu móvil serán tu mejor *blackmail* contra tus amigos.
El menú: tragos que desafían la gravedad (y tu sistema digestivo)
La carta de Grupeta Bar es como un juego de ruleta rusa, pero con más azúcar y menos dignidad:
- «El Resacómetro»: mezcla oscura de energizante + algo que brilla bajo luz negra (no preguntes).
- «La Bomba de las 3 AM»: te la tomas pensando que eres divertido; a las 7 AM, juras ser abstemio.
- «Agua de Limón Revenge»: el único trago sin alcohol, diseñado para que los valientes sobrevivan al día siguiente.
Y si crees que pedir una ensalada te salvará, olvídalo: hasta las aceitunas tienen un 0.5% de vodka aquí.
Testimonios reales (o eso dicen ellos)
«Fui a Grupeta Bar buscando diversión y salí con un contrato de alquiler en el sofá de mi mejor enemigo» – Ana, 28, fanática de los arrepentimientos matutinos. «El único sitio donde la resaca incluye grupo de WhatsApp lleno de memes de tu baile flamenco-hiphop» – José, 32, víctima de la pista de baile. Eso sí: nadie sabe si las 5 estrellas en Google son por los mojitos o por la terapia gratuita de ver a otros más borrachos que tú.
¿Sobrevivirás a la Grupeta? (Y otras dudas existenciales)
¿Hay entrada gratis si prometo no llorar?
Sí, pero llorar da derecho a un chupito de consolación. Eso o un abrazo incómodo del DJ.
¿Aceptan tarjetas o solo órganos vitales como garantía?
Tarjetas, efectivo y, en casos extremos, fotos comprometedoras del dueño de 2008.
¿La «grupeta» incluye asistencia médica?
Solo moral: el staff te dirá «tranqui, ayer hubo uno que se comió un cactus de adorno». Y sí, el cactus sobrevivió.
¿Puedo llevar a mi ex para impresionarle?
Claro, pero si terminas cantando reggaeton en la mesa de otro, no cubrimos gastos de terapia de pareja.
¿El desayuno post-resaca tiene descuento?
Sí, pero cuidado: el café «Despertar Brutal» tiene más hierbas que la abuela de Red Bull.
Grupeta bar: donde los tragos son amargos y las experiencias, ¡para olvidar!
¿Alguna vez saliste de un bar pensando *“¿y si mejor me quedo en casa viendo documentales de pandas?”*? En Grupeta no solo te lo preguntarás, ¡lo gritarás! Aquí los tragos saben a desilusión líquida y el ambiente huele a “alguien debió llamar a emergencias hace media hora”. ¿El clásico mojito? Olvídalo. Nuestra especialidad es el “¿En serio esto es un daiquiri?”, un cóctel que combina hielo derretido, azúcar negra vencida y un toque de lágrimas de limón. Eso sí, los bartenders son expertos en servir con una sonrisa irónica y un “te lo tomas rápido, así no lo pruebas”.
El decorado es una mezcla entre mercado de pulgas abandonado y “este sillón lo encontré en la calle”. Las luces tenues no son para crear ambiente, sino para que no veas las manchas en el piso (ni a la persona que ronca en la esquina). La música es un playlist de éxitos del 2007 que nadie pidió, tocados por un speaker que parece tener asma. Si vas al baño, prepárate: el espejo tiene el filtro “realista” y la puerta no cierra, pero hey, ¡al menos el jabón huele a cloro con esencia de “algo pasó aquí”!
La clientela es tan variopinta como un meme sin contexto. Tenemos al “llevo tres horas llorando por mi ex”, la “voy a contarte mi vida aunque no me hayas preguntado” y el clásico “¿esto tiene gluten?” (spoiler: todo aquí tiene gluten, bacterias y arrepentimiento). Si logras sobrevivir hasta la tercera ronda, quizá te ofrezcan el “shot del valiente”, que en realidad es tequila con jugo de naranja caducado. Eso sí, las anécdotas que te llevarás son únicas: ¿dónde más verías a alguien cantando karaoke de Los Piojos… en modo balada triste?
¿Preguntas? Acá las respuestas (antes de que las olvides)
- ¿Por qué los tragos son tan amargos?
Filosofía de vida, compa. Si el alcohol no te quema el alma un poco, ¿qué gracia tiene? Además, así compensamos la dulzura de las mentiras que te contó tu ex. - ¿Hay opciones sin alcohol?
Sí: agua del grifo en un vaso sucio. Pero ojo, si pides eso, te ganarás una mirada de desprecio épica. - ¿Se puede reservar mesa?
Reservar implica planificar, y aquí odiamos la planificación. Llega, lucha por un taburete cojo y siéntate… o no. La gravedad es opcional. - ¿Qué hago si quiero irme pero estoy “atrapado” en una conversación?
Grita “¡MIRÁ, UN FANTASMA!” y corre. Funciona el 80% de las veces. El otro 20%… bueno, al menos tendrás una historia para terapia.
Ah, y por si lo dudas: sí, ese olor es el de la alfombra. No, no vamos a limpiarla. Es parte del *charm* místico del lugar. ¿Vas a venir? Trae un amigo que no te importe perder… y un desfibrilador, por si las dudas.
