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Foto extraida del video de Youtube
Javier baeza y el arte de ser cura (sin dejar de ser humano)
El cura que rompe el molde (y los bancos de la iglesia)
Javier Baeza es como ese profesor cool que te hacía olvidar que estabas en clase. Con una sotana que parece llevar jeans debajo (metafóricamente, eh), este cura gaditano ha logrado lo imposible: ser humano sin dejar de ser sacerdote. ¿Su secreto? Tirar el guion de «cura serio» por el balcón. En vez de sermones que arrullan como una canción de cuna, suelta reflexiones que podrían competir con los monólogos de El Club de la Comedia. Y sí, habla de fútbol, series y hasta del WhatsApp en misa. ¿Resultado? La gente no va a rezar, va a escucharlo como si fuera un podcast en vivo.
De TikTok a la eucaristía: cuando la fe se hace viral
Si crees que los curas y las redes sociales son como el agua y el aceite, Javier Baeza te saca un checkmate. Con videos donde mezcla humor, denuncia social y teología de barrio, este tío ha convertido su perfil en un trending topic espiritual. ¿Temas? Desde el agobio de los jóvenes hasta cómo no morir de aburrimiento en un funeral. Y ojo, no usa la Biblia como un martillo, sino como un meme con mensaje. ¿La gente? Se identifica más que con un test de «¿Qué personaje de Friends eres?».
La receta de Baeza: fe sin formalidades (y un chorro de autenticidad)
¿Qué pasa si un cura confiesa que duda, se equivoca y hasta se mosquea? Que la gente le cree. Javier Baeza no vende una espiritualidad de catálogo, sino una fe con arrugas y manchas de café. Organiza quedadas para ver el partido, se planta frente a desahucios y llama «hermanas» a las monjas con la complicidad de un hermano mayor. ¿Su lema? «Ser santo no es ser perfecto, es ser humano hasta en los tuitazos». Y así, sin querer, ha creado una comunidad donde Dios parece más el compi de piso que el juez del tribunal.
¿Te arden estas preguntas como hostia en la mano?
¿Javier Baeza realmente juega al FIFA?
¡Más de lo que imaginas! El tío no le huye a una partida, aunque asegura que pierde más que el Betis en Champions.
¿Y si me confieso con él de haber pirateado Netflix?
Probablemente te diría: «Hermano, por eso Jesús multiplicó los panes… y no los derechos de autor».
¿Acepta memes en lugar de limosnas?
Si el meme es bueno, quizá hasta te ofrece un café. Eso sí, el café de parroquia sigue siendo intragable, avisados quedáis.
¿Puede un cura ser influencer sin que le caiga un rayo?
Según Baeza, Dios ya tiene suficiente con el spam de las oraciones genéricas. Prefiere los stories con alma.
¿Por qué javier baeza es el cura más trending topic? (spoiler: no es por los milagros)
Javier Baeza no anda repartiendo panes y peces por ahí, ¡pero sí likes y retuits! Este cura madrileño tiene más *engagement* que un influencer de batidos detox. ¿El secreto? Combina sotana con Twitter como si fueran zapatillas y traje de gala. Sus comentarios sobre el día a día, la política o hasta el fútbol son tan picantes como el sermón de un cura en misa de domingo después de tres cafés. No necesita multiplicar el vino: le basta con soltar verdades como puños (y algún que otro meme sacrílego).
De los bancos de la iglesia a los trending topics: el manual del cura 2.0
Baeza no se conforma con rezar el padre nuestro. Prefiere subir historias a Instagram desde el confesionario (con filtro de perrito, claro). ¿Sus herramientas?
– Ironía fina: describe la Cuaresma como “el enero fitness de los católicos”.
– Actualidad cruda: habla de inflación y corrupción con más pasión que de las bienaventuranzas.
– Memes: compara a San Pedro con el portero de discoteca que te mira mal si llegas tarde al cielo.
Si la Iglesia tuviera un *marketing team*, Javier sería el community manager que se pasa de frenada pero duplica las visitas. ¡Hasta los ateos le siguen por si suelta un chiste sobre el apocalipsis!
¿Y el Vaticano? ¿No le ha dicho nada?
Parece que el Papa Francisco le da visto bueno con un RT tácimo. Mientras otros curas se pelean por el incienso de mejor calidad, Baeza domina el arte de la hilaridad sin blasfemar (o casi). No hace falta excomulgar a nadie cuando un tweet tuyo sobre el calor en el infierno se vuelve viral. Eso sí, algún devoto tradicionalista debe de rezar por su alma… y por su cuenta de Twitter.
¿Quién le da like al cura? (preguntas que no están en el catecismo)
¿Es herejía seguir a un cura en TikTok?
Según San Google, no. Pero si te aparece Jesús en una tostada, mejor ve a misa… o coméntaselo a Javier.
¿Y si un día se le va la olla y twittea un spoiler de la Biblia?
Tranqui: ya sabemos cómo acaba. Spoiler alert: ¡el amor gana! (y el cura, de paso, se lleva el crédito).
¿Sus sermones tienen hora de peak en redes?
Más que el lanzamiento de una zapatilla Nike. Si sube un hilo sobre los pecados capitales, hasta Satán le pone “me divierte”.
¿Cómo evitar que tu abuela le escriba pidiendo que bendiga a su perro?
Imposible. Javier ya es el Santo Patrón de los Trends, y hasta el gato de tu vecina quiere su bendición en formato GIF.