¿Eres Tú la Ganadora del Premio Mujer del Año? 🏆 Spoiler: El Trofeo Incluye Superpoderes (¡y Chocolate!)

Foto extraida del video de Youtube


¿Premio mujer del año? Más bien «concurso de disfraces con diploma»

Cuando el mérito se disfraza de purpurina (y te dan un papelito brillante)

¿Qué hay detrás de un «Premio Mujer del Año»? Algoritmos secretos como «sonríe aunque tu jefe te robe el crédito» o «usa tacones sin que se note que odias la humanidad». Imagina un jurado evaluando si tu peinado resistió el estrés laboral o si lograste criar dos hijos, tres plantas y una reunión de Zoom al mismo tiempo. Spoiler: el trofeo es un diploma que combina con cualquier outfit de gala… porque lo importante es la foto para Instagram, no la hazaña.

Requisitos absurdos para ganar: más flexibilidad que un yogui cirquense

  • «Demostrar liderazgo»: Traducido: aguantar que te interrumpan en cada reunión y seguir sonriendo como si fuera un cumplido.
  • «Innovación disruptiva»: Inventar la forma de recalentar café sin microondas mientras contestas emails a las 2 a.m.
  • «Impacto social»: Lograr que tu suegra deje de comentar «¿Y para cuándo lo de ser mamá?» en cada cena familiar.

La ceremonia incluye ovaciones por no haber llorado en público en 365 días (aunque por dentro hayas convertido el baño de la oficina en tu terapia express).

El diploma: porque un abrazo no cabe en el currículum

¿Y qué ganas al final? Un PDF descargable con fuentes cursivas y un logo que parece diseñado en Paint. Nada dice «reconocimiento» como un documento que ni siquiera sirve para empapelar la habitación del gato. Eso sí, el verdadero premio es el derecho a poner en LinkedIn «Galardonada 2024» mientras tus colegas hombres siguen cobrando un 20% más por el mismo trabajo. ¡Toma ya, empoderamiento!

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¿Y esto con qué se come? Preguntas incómodas que nadie hace (pero deberían)

¿Dan puntos extra por llevar falda en invierno?
Solo si combina con la alfombra roja. Los resfriados por nevar en tacones cuentan como «resistencia ante adversidades climáticas».

¿Aceptan nominaciones post-mortem por mujeres que aguantaron a su cuñado 30 años?
Sí, pero el diploma se lo dan a su marido «por el apoyo incondicional». Ironic mode: ON.

¿El premio incluye curso de cómo aplaudirte a ti misma cuando nadie lo hace?
No, pero hay un tutorial en YouTube patrocinado por una marca de vino. Prioridades, queridas.

¿Puedo canjear el diploma por una sesión de gritos en un cojín?
Solo si lo transmites en directo como «masterclass de gestión emocional para mujeres multitarea». Hashtag #LiderazgoAuténtico.

Premio mujer del año: cuando la perfección se vuelve un deporte extremo (spoiler: nadie gana)

Imagina un campeonato mundial donde las participantes corren en tacones, saltan obstáculos de expectativas sociales y hacen parkour sobre los comentarios de la suegra. ¡Bienvenida al Premio Mujer del Año! Aquí, la meta es simple: ser CEO, madre ejemplar, influencer de gluten-free recipes, tener un matrimonio digno de telenovela turca y —oh, sí— lucir como si acabaras de salir de un spa suizo. El truco está en que, mientras más puntos acumules, más se aleja el podio. ¿Trofeco? Una medalla de “lo intentaste” y un certificado de deuda emocional.

Los jueces invisibles (y sus críticas en 4D)

El panel de evaluación incluye:

  • La tía que compara tu vida con la de su hija “que sí estudió medicina”.
  • El algoritmo de Instagram que te sugiere “rutinas de 5 AM para ser productiva”.
  • Tu propio cerebro, que repite “¿Y si no eres suficiente?” en loop.

La competencia es tan real como el filtro de esa influencer que sigue a tu ex. Y aunque corras con la elegancia de una gacela en stilettos, siempre habrá alguien susurrando: “¿Y el segundo hijo?”.

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¿Qué pasa si logras el check-list de la perfección?

Fácil: el universo inventa nuevos requisitos. Terminaste tu maestría → ahora debes emprender. Lograste tener glúteos de acero → llega la moda de “cuerpos reales”. Es como jugar al Squid Game, pero con más bolsas de diseño y menos calamar. Eso sí, la presión por ser “la que puede con todo” tiene un efecto secundario: convertirte en una máquina de cortisol con taquicardia incluida. ¿Premio al esfuerzo? Un año gratis de terapia… que no tienes tiempo de usar.

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¿Alguna pregunta más? (Nosotras tampoco tenemos respuestas)

  • ¿Existe un manual para ganar? Sí, pero está escrito en código binario y solo lo entienden los hombres que opinan sobre cuerpos femeninos.
  • ¿Se puede competir sin caer en la locura? Claro, igual que se puede comer un litro de helado sin remordimiento. Teóricamente posible, pero nadie lo ha visto.
  • ¿Hay reglas universales? Sí: son cambiantes, contradictorias y se aplican retroactivamente. ¿Te relajaste un fin de semana? Resta puntos.
  • ¿Alguna ganadora histórica? Dicen que en 1993 alguien llegó cerca, pero luego inventaron el concepto de “girlboss” y se descalificó sola.

Ah, y por si lo preguntas: ¿Cómo se termina este juego? Simple. Dejas de jugar. O te ríes en su cara mientras quemas el guion. Eso sí, cuidado con las llamas… podría contar como ejercicio cardiovascular.