Foto extraida del video de Youtube
Los regalos de comunión que nadie quiere (pero todos terminan recibiendo)
El crucifixote que parece sacado de un set de rodaje de El Exorcista. ¿Quién no ha recibido ese Jesús de medio metro que brilla en la oscuridad y ocupa más que el televisor? Perfecto para decorar… el armario del pasillo, donde lo esconderás hasta que la tía Carmen pregunte por él. Acompañado de rosarios que jamás saldrán del envoltorio y vírgenes con mirada de «sabía que esto pasaría», estos regalos son el equivalente espiritual a una tostadora en Navidad. Y ojo, si recibes una cuarta medalla de la Virgen, ya puedes montar un negocio de joyería religiosa.
Plata que no brilla (ni emociona)
La vajilla de plata con tus iniciales grabadas. Porque ¿qué necesita un niño de 8 años? ¿Una PS5? ¡Ja! Mejor un cubierto que pesa como un lingote y que, tras dos lavados, parece sacado de una excavación arqueológica. Lo bueno: cuando te independices, tendrás 12 cucharillas de postre para intercambiar en Wallapop. Lo malo: tendrás que explicar a tus hijos por qué el «tesoro de la familia» huele a óxido y sueños rotos.
Biblias y huchas: el combo celestial para arruinar la infancia
- La Biblia ilustrada: misma edición que la del abuelo, mismo polvo acumulado. Ideal para cuando quieres que tu sobrino asocie la religión con las siestas de los domingos.
- La hucha con forma de iglesia: para guardar monedas que jamás saldrán porque el cierre es más complicado que descifrar el Génesis. Consejo: si la rompes, encontrarás 3,50€ y una nota de 2006 de tu padrino segundo.
¿Por qué mi tía cree que necesito otro rosario? (y otras preguntas incómodas)
—¿Hay forma de que no me regalen la octava bandeja de comunión?
Sí: hazte ateo a los 7 años y declara que tu espiritualidad se basa en el universo Marvel. Aun así, tu abuela intentará colarte un San Loki de resina.
—¿Qué hago con 17 ángeles de porcelana?
Monta un belén alternativo en julio. O entiérralos en el jardín y espera a que broten chocolatinas. Spoiler: no funcionará.
—¿Por qué la gente sigue comprando esto?
Tradición, remordimiento católico y la esperanza secreta de que algún día, ese candelabro de plata sirva para algo más que decorar el ataúd de los gatos.
Escapa de la tiranía de las joyas horteras: ideas originales para regalos de comunión que no dan ‘penita ajena'
Juguetes que no parecen sacados del ‘Corte Inglés, 1987'
Olvida los rosarios brillantes que ni el abuelo usaría y las medallas que pesan más que el libro de catequesis. ¿Qué tal un kit de ciencia loca para crear volcanes en miniatura? O un dron de iniciación (sí, sin cámara, que tampoco queremos que graben a la tía Mónica bailando chachachá). Si el niño es de los que prefieren desmontar el mando de la tele, regálale un robot programable: le hará ilusión y a ti no te quemarán los ojos los pedreritos dorados.
Experiencias, que no ocupan espacio en el cajón del olvido
¿Para qué regalar una pulsera con su nombre en letras góticas si puedes darle una jornada de surf o un taller de cocina infantil? Incluso una excursión en globo aerostático (con suerte, el viento se lleva de paso los recuerdos de la corbata que le obligaron a ponerse). Si presupuesto ajustado, entradas al cine + palomitas gigantes: garantía de sonrisas sin remordimientos estéticos.
Cosas útiles que no hagan pensar “¿esto pa’ qué sirve?”
– Una mochila personalizada con su personaje favorito (que no sea Bob Esponja, por dios).
– Una suscripción a un audiolibro mensual: menos aburrido que la Biblia ilustrada.
– Un reloj inteligente infantil: para que aprenda a llegar puntual… o al menos a poner excusas creativas.
– Un set de acuarelas y lienzos: si pinta bien, triunfo; si pinta mal, siempre puedes decir que es arte abstracto.
¿Y si el niño me mira raro al desenvolver el regalo?
Pregunta seria: ¿Qué hago si el crío arruga la nariz al ver mi regalo *no-hortera*?
Respuesta: Sonríe y recuérdale que dentro de 20 años te lo agradecerá cuando no tenga que explicar en terapia por qué lleva un colgante con su foto de bebé.
Pregunta incómoda: ¿Y si los padres insisten en que *“es tradición”* regalar joyas?
Respuesta: Compra una medalla de chocolate envuelta en papel dorado. Tradición dulcemente respetada y cero remordimientos cuando se la coman a escondidas.
Pregunta trampa: ¿Se puede ser original sin vender un riñón?
Respuesta: Claro. Un álbum de fotos vacío (para que lo llene con selfies sin filtro) o un kit para cultivar su propia planta (si se le muere, lección de vida incluida). Originalidad a precio de chicle.