¡Salsa pimientos piquillo sin nata: el secreto cremoso (¡y vegano!) que seduce hasta al más escéptico! 🍴💃

Foto extraida del video de Youtube


La salsa de pimientos del piquillo sin nata: ¡el héroe bajo en calorías que tu nevera necesitaba!

¿Cansado de salsas que prometen ser light pero tienen más trampas que un político en año electoral? La salsa de piquillo sin nata llega para salvar tus platos (y tu conciencia). Con menos calorías que un suspiro de monja, este líquido rojo y seductor es el Clark Kent de los aderezos: se pone sobre una tostada, un pescado a la plancha o incluso un zapato viejo (no lo hagas) y ¡zas!, todo sabe a gloria sin sumar centímetros a tu cinturón. ¿El secreto? Cero nata, todo sabor. Los pimientos del piquillo, ajo, aceite de oliva y unas hierbas que ni tu abuela sabría nombrar. ¡Hasta el tupper más aburrido levanta el vuelo con esta salsa!

¿Y por qué debería ficharla?

Porque es más versátil que un actor de doblaje. ¿Quieres ejemplos? Ahí van:
Pasta «yo sí me cuido»: Mézclala con espirales integrales y atún. Boom, cena en 5 minutos que no te hará llorar en la báscula.
Dip «sálvame, estoy aburrido»: Úntala en palitos de zanahoria o apio. Hasta los crudités dejarán de mirarte con desprecio.
Carne «adiós, sosa»: Marinar pollo o cerdo con esta salsa es como ponerle un traje de luces a un ladrillo. ¡Hasta el tofu se pondría firme!

Y por si fuera poco, aguanta en la nevera como un campeón. No se pone mala, no ocupa espacio y no te juzga cuando abres la puerta a las 3 a.m. buscando algo que no sean galletas. ¿Lealtad? Esta salsa la define mejor que tu perro cuando hueles a jamón.

¿Preguntas? La salsa responde (y sin spoilers)

¿De verdad no lleva nata?
¡Cero, zilch, nada! Si encuentras algo cremoso, revisa la etiqueta… o tu nevera. Quizá se coló un yogur griego por error.

¿Y si odio cocinar?
Abre el bote, remueve y listo. Hasta un niño de 5 años podría usarla (pero no le des el bote, que luego pintan la pared).

¿Funciona en «operación bikini»?
Sí, pero no la bebas directamente. Aunque con esos 30 kcal por cucharada, casi da igual. ¡Hasta el agua tiene envidia!

¿Y si soy team «picante»?
Añádele guindilla o tabasco. La salsa de piquillo no se ofende… pero tú vigila, que luego la lengua pide auxilio.

¿Sirve para ligar?
Depende. Si tu cita odia los pimientos, mejor llévate chocolates. Pero si le gusta lo bueno, ¡este es tu wingman en formato salsa!

Adiós a las cremas pesadas: cómo hacer salsa de pimientos del piquillo sin nata (y que sepa a gloria)

¿Cansado de salsas que parecen ladrillos líquidos? Olvídate de la nata y sus efectos «siesta obligatoria». La salsa de pimientos del piquillo puede ser ligera, vibrante y más sabrosa que el chisme del vecino. El truco está en usar ingredientes que jueguen al escondite con tu paladar: aceite de oliva virgen extra (que no sea de juguete), ajo tostado y un chorrito de vinagre de Jerez para dar ese puntazo *«¿qué me has puesto aquí?»*. Si quieres cremosidad sin lácteos, añade miga de pan remojada en agua. ¡Sorpresa! Tu estómago no tendrá que contratar a un equipo de rescate.

Ingredientes que no son abuelos cebolletas

  • Pimientos del piquillo (12 unidades, que no sean de la Edad del Hielo).
  • Aceite de oliva virgen extra (el que escondes de los invitados).
  • 1 diente de ajo (o dos si te gusta ahuyentar vampiros y citas románticas).
  • Vinagre de Jerez (1 cucharada, para dar vidilla).
  • Miga de pan (la del final de la barra, esa que nadie reclama).

Pasos más fáciles que explicar TikTok a tu tía

Primero, sofríe el ajo en aceite hasta que esté más dorado que un influencer en Ibiza. Luego, añade los pimientos escurridos (¡nada de nadar en su jugo!). Tritura todo con la miga de pan hidratada y el vinagre. Si queda más espeso que un drama de telenovela, corrige con agua caliente. ¡Voilà! Tienes una salsa que funciona con pescado, pasta o hasta para mojar el pan mientras nadie te ve.

¿Y si no tengo miga de pan? ¡Socorro!

No entres en pánico: un puñado de almendras molidas o un chorrito de leche de coco (sí, la que usas para presumir en el café) también valen. Eso sí, si pruebas esto y no te gusta, revisa tus papilas gustativas. Avisado quedas.

Quizás también te interese:  Cuponazo hoy: la oportunidad que no sabías que necesitabas

Preguntas que nadie hace pero todos piensan

¿Puedo congelar esta salsa o es un crimen contra la humanidad?
Congélala sin miedo. Si queda algo raro al descongelar, échale la culpa al microondas y sigue con tu vida.

¿Sirve para acompañar cerveza?
Amigo, esto sirve hasta para untar en la tostada de las 3 a.m. después de salir de fiesta. Versatilidad nivel diosa.

¿Y si le pico un chili para darle emoción?
¡Adelante! Pero si luego necesitas un extintor lingual, recuerda: te lo advertimos (no, en realidad no).