¿Cómo quitar las garrapatas del perro en 4 pasos?

No son muy visibles, se esconden por el pelaje de nuestro animal pero las garrapatas y las pulgas son los parásitos son los más comunes en perros y pueden transmitir enfermedades. Suelen propagarse en verano y es la época del año que son más peligrosas. Para prevenir la aparición de pulgas y garrapatas, los propietarios deben bañar de vez en cuando sus mascotas y usar antiparasitarios.

Las garrapatas del perro, más peligrosas en verano

Las garrapatas despiertan en verano. Las altas temperaturas que caracterizan a la época estival son propicias para que estos peligrosos parásitos se activen y, por tanto, traten de engancharse a la piel del perro con el fin de alimentarse.

Las garrapatas son, junto con las pulgas, los parásitos externos más frecuentes en el can. De tamaño pequeño -miden unos pocos milímetros- y con ocho patas, se alimentan de la sangre del animal afectado.

Cuando alcanzan su cuerpo, estos parásitos de la familia de las arañas se agarran a la piel del perro gracias a una potente mandíbula. Las garrapatas muerden entonces al animal y se alimentan de su sangre, con riesgo de infecciones y de que transmitan alguna enfermedad al peludo amigo.

Qué hacer para alejar, evitar y eliminar las garrapatas a su perro?

1. El baño del perro aleja a las garrapatas

La primera pauta para alejar a las garrapatas del perro es el baño: la higiene con agua y jabón para canes es una de las claves para prevenir las garrapatas.

En cachorros de perro, sin embargo, hay que extremar las precauciones, ya que mojar a las crías de can no siempre es posible. Los baños en los cachorros que aún no han terminado su calendario de vacunación hay que evitarlos, siempre que estos puedan ser la causa de un enfriamiento en el animal. Cuando sea necesario, habrá que minimizar los peligros para la salud del cachorro. Un secador, aplicado a unos 30 centímetros de distancia, es una forma eficiente de evitar los constipados del delicado perro pequeño.

2. Garrapatas en perros, productos para prevenirlas

Los productos de desparasitación externa permiten distanciar a las garrapatas y proteger al can. Los métodos de lucha contra las garrapatas en perros son numerosos: desde los clásicos collares y pipetas de aplicación subcutánea hasta los aerosoles, que se pulverizan sobre el pelo del amigo de cuatro patas, con acción inmediata.

También hay productos, como champús y otras lociones antiparasitarias para perros, que pueden formar parte de la rutina habitual del baño del animal.

Los cachorros, sin embargo, pueden ser aún demasiado sensibles para soportar la acción de estos ungüentos. Algunos de los antiparasitarios no pueden ser utilizados en cachorros de menos de tres meses. El veterinario podrá aconsejar cuál es el mejor y qué hacer en cada caso.

3. Garrapatas en perros: ¿cómo eliminarlas?

Las garrapatas esperan entre hierbas y matorrales el paso del perro. Por eso, las precauciones para distanciarlas del can no siempre son suficientes. No es extraño que un animal, en especial si tiene el pelo largo, vuelva con algunos de estos parásitos a casa tras los paseos.

Una vez que ya está adherida a la piel, ¿qué hacer para eliminar la garrapata del perro? La clave está en no aventurarse si no se está seguro de saber cómo extraer la garrapata del perro. El insecto se une con fuerza a la piel canina por lo que parte de su cuerpo puede quedar dentro, con la consecuente infección para el animal. En este caso, la pauta es acudir al veterinario.

Si la garrapata aún no se unido a la piel del can, es posible atraparla con unas pinzas del pelo o un trozo de papel higiénico, siempre por las patas.

4. Curar la herida del perro

La garrapata muerde, por lo que causa heridas en la piel del can. Por ello, tras eliminar el parásito, hay que curar la herida del perro con detenimiento.

El primer paso consiste en limpiar la zona afectada por la garrapata, con jabón y agua templada. Después habrá que desinfectar el corte con antiséptico de yodo, reducido antes con una proporción similar de agua, mezclada con ayuda de un bote cerrado que se agite.

El siguiente paso es dejar airear la herida causada por la garrapata en la piel del perro, con cuidado de que el animal no tenga acceso a ella. En los casos de mayor gravedad, puede ser útil recurrir a un collar isabelino.

 

Las garrapatas y pulgas son parásitos que pueden ser muy peligrosos para los perros y más en verano, cuando los perros salen a dar el paseo. Con las subidas de las temperaturas, las garrapatas de propagan más fácilmente. Para evitar y eliminar las garrapatas, el propietario no debe descuidar el baño del perro, eligir un producto antiparasitario adecuado, eliminar la garrapata del perro cuando ya se haya adherido a la piel y curar la herida cuando haya quitado el parásito para evitar infecciones.

Nuestros perros inclinan la cabeza cuando les hablamos, ¿por qué?

Más de una vez nos hemos preguntado por qué nuestro perro, al llamarle o al hablarle de forma continua según varios tonos de voz, ha inclinado la cabeza. Aunque los científicos no tienen una explicación clara, uno de los motivos es que mejoran su visión de nuestra cara o también porque nos oyen mejor. Seis de cada diez perros inclinan la cabeza cuando les hablamos o les llamamos como un gesto normal. Seguro que tu perro lo ha hecho alguna vez!

¿Por qué los perros inclinan la cabeza cuando les hablamos?

Hablamos con el perro y, de pronto, el peludo amigo ladea su cabeza. La escena no extrañará a quienes han convivido con un can. Este gesto resulta adorable y entrañable a partes iguales. Intriga a los amantes de los animales y fascina a los expertos. Pero, ¿por qué el perro inclina la cabeza cuando le hablamos?

Los especialistas en comportamiento canino no se ponen de acuerdo, pero sí arrojan algunas hipótesis plausibles para entender este agradable gesto, que consigue miles de visitas en YouTube. ¿Quién no ha visto aún el entrañable vídeo con cuatro perros carlinos que inclinan la cabeza cuando su dueño les habla? La grabación ha conseguido, por el momento, nada menos que cerca de cuatro millones de reproducciones.

¿El can ladea la cabeza para entendernos mejor?

Algunos expertos sugieren que los canes inclinan la cabeza con el fin de escuchar mejor lo que les decimos. En otras palabras, el peludo amigo movería su cabeza para adaptar sus pabellones externos del oído a la dirección de nuestra voz y, de este modo, escucharnos mejor.

Los canes reconocen cerca de 165 palabras humanas (algunos más) y son capaces de contar hasta cinco, concluyen investigaciones recientes. Entonces, no sería extraño que ladeen la cabeza para distinguir mejor algunos de estos vocablos y expresiones claves del idioma humano, como «¡Es la hora de la comida!» o «¿Quieres salir a la calle?».

Cuando un perro inclina la cabeza trata de identificar palabras y entonaciones familiares, que el animal asocia a determinadas actividades, como salir al parque u obtener un premio comestible. El adorable gesto, además, no suele tardar en causar efecto positivo en su interlocutor. ¿Quién no puede resistirse ante la cautivadora estampa de un perro que nos mira con semejante expresión de atención? Esto explicaría, en consecuencia, que el animal no dude en repetirlo: las recompensas y muestras de cariño obtenidas por parte de su amigo de dos piernas son un atractivo aliciente y, además, un acicate que fortalece la comunicación entre canes y personas.

Los perros inclinan la cabeza para vernos mejor

Los perros inclinan la cabeza cuando les hablamos porque este gesto facilita su visión de nuestra boca. ¿Cuál es la razón? El hocico reduce la visibilidad frontal del animal y, en concreto, en su posición habitual el can no ve la zona inferior de nuestro rostro: es decir, la boca de su interlocutor.

Cualquiera de nosotros puede experimentarlo: pruebe a colocar su nariz dentro de su mano enrollada en forma de puño; eso le permitirá ver el mundo del mismo modo que un perro con hocico. Una vez realizado este intento frente a una persona que habla, no es difícil entender cómo la visibilidad de la cara del que habla se reduce. Pero, ¿qué ocurre si uno ladea su cabeza, igual que haría un perro mientras le hablamos? Entonces, ¡el campo de visión crece y es más difícil perder de vista la boca de quien charla!

Un científico apoya su versión con un experimento, realizado con 582 canes. Sus dueños fueron preguntados acerca de los ladeos de cabeza de sus peludos compañeros. ¿Cuáles fueron los resultados? El 60% de los perros mueve su cabeza de forma habitual cuando las personas les hablamos.

Pero este dato tiene sus matices, en función del tamaño del hocico. Siete de cada diez canes con hocicos grandes (peores para la visión, por su mayor longitud) inclinan su cabeza de manera habitual cuando sus dueños hablan con ellos. Esta es una cifra superior a la de sus compañeros chatos o braquiocefálicos, como el bulldog o bóxer (el 50%). ¿El motivo? Para estos peludos amigos, sin hocico largo, es más sencillo leer nuestros labios sin inclinar tanto la cabeza.

 

Este gesto tan tierno que nos reproducen muchos de nuestros perros tiene ciertas explicaciones como una forma de que nuestro perro nos oiga mejor, dirigiendo los oidos hacia la fuente de voz, o incluso una forma de vernos mejor cuando les hablamos ya que el hocico les impide una amplia visión.

¿Es bueno darle a los gatos leche?

Uno de los premios favoritos de los gatos es la leche y los yogures. No es extraño para los amantes y dueños de estos felinos verlos enloquecer cuando se les da una cucharada de yogur u otro producto lácteo como el queso. Siempre que no sean alérgicos, es importante darles estos productos como un premio y no que se convierta en una comida habitual, sobre todo para los gatos adultos.

¿Pueden los gatos tomar leche y yogures?

Hay gatos a los que les encanta la leche. La prueba para saber si el felino con el que vivimos es uno de ellos es sencilla: basta con servir un cuenco de cereales y dejarlo a su alcance. ¡El gato que disfruta de la leche no dudará en abalanzarse sobre el recipiente! Otros felinos, además de con la leche, enloquecen con los yogures, quesos y otros productos lácteos.

Aunque la imagen de los gatos alimentándose de leche es recurrente en el cine, la literatura y las artes escénicas, ¿es bueno o peligroso este alimento lácteo para los felinos comensales? Los gatos adultos no necesitan ingerir leche. Es más, algunos felinos, como ocurre en las personas, no toleran bien la lactosa. Para estos animales, tomar un plato de leche suele implicar cuanto menos problemas gástricos.

Gatos con alergia a la leche

Los gatos, además, pueden desarrollar alergia e intolerancia a algunos alimentos, entre ellos, la leche. De hecho, las reacciones adversas a la leche se encuentran entre las alergias alimentarias más frecuentes en felinos.

La intolerancia a la lactosa de la leche es bastante frecuente en gatos y perros. Esta alergia ocurre cuando el felino no tiene el número suficiente de enzimas encargadas de romper las moléculas de lactosa de la leche y, en consecuencia, su cuerpo responde de forma adversa a la presencia de estos alimentos.

Algunos alimentos básicos, como la leche, pueden causar una reacción alérgica en los felinos. De este modo, los gatos adultos pueden desarrollar intolerancia a la leche de vaca. La leche no es el único alimento que puede causar alergia en los gatos. El pescado y la carne de ternera son otros dos alimentos que más alergias provocan en estos peludos comensales.

¿Cómo reconocer a un gato alérgico a la leche?

La señal más evidente de que el felino padece intolerancia a la lactosa y alergia a la leche son los vómitos. Además, las alergias a los alimentos en gatos están relacionadas con entre el 10% y el 20% de las enfermedades de la piel en felinos.

Aunque las reacciones alérgicas a la leche u otras comidas suelen producirse pocos minutos después de que el gato haya ingerido el alimento, en ocasiones los síntomas pueden desencadenarse horas después, incluso algunos días más tardes.

En cualquier caso, hay que acudir con urgencia al veterinario con el fin de evitar cualquier peligro mayor.

 

Por lo tanto, siempre que no padezcan alergias, tanto a los cachorros felinos que acaben su etapa de lactancia como a los adultos, se les puede dar productos lácteos en forma de premio. Nunca se debe dar de forma continua, ya que es peligroso para el gato y podría causarles problemas gástricos. Eso sí, evite los productos con exceso de edulcorantes como los yogures azucarados. Si se da de forma esporádica, la leche puede ser una fuente de proteínas.