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Foto extraida del video de Youtube
Trucos para dormir: porque contar ovejas es para principiantes (y otros fracasos nocturnos)
Cuando las ovejas se rebelan: técnicas que sí funcionan (o al menos no te harán rebañar la paciencia)
Si contar ovejas te pone a calcular cuántas lanas podrías vender en el mercado negro, prueba esto: el método militar. Acuéstate boca arriba, relaja cada músculo como si fueras un espagueti cocido y repite mentalmente “no pienso, no pienso, no pienso…” hasta que tu cerebro se rinda. Si fracasas, siempre puedes fingir que estás en una misión secreta: “Objetivo: apagar neuronas. Código rojo: almohada en posición de combate”.
¿Otro truco? Respira como si el aire fuera gratis (porque lo es). Inhala cuatro segundos, aguanta siete, exhala ocho. Repite hasta que tu mente entre en modo “pantalla azul”. Si el insomnio persiste, escucha sonidos de ballenas cantando o lluvia tropical. Eso sí, evita los podcasts de crímenes reales: “La víctima fue encontrada… ¡Zzz”.
Apps vs. almohadas: la batalla tecnológica por conquistar el sueño
¿Tu teléfono es tu peor enemigo? Conviértelo en cómplice con apps como *Sleepiest* (cuentos para adultos que no son de hadas) o *White Noise Generator* (donde el sonido de un ventilador es más relajante que un spa). Pro tip: si te desvelas viendo TikTok, pon el filtro de luz nocturna y mira videos de gente doblando toallas. La aburrición es el nuevo valium.
Lista de cosas que NO hacer antes de dormir:
– Beber café pensando “¿qué puede salir mal?” (spoiler: todo).
– Revisar correos del trabajo y entrar en pánico existencial.
– Intentar resolver ecuaciones matemáticas para “cansar el cerebro” (eres humano, no una calculadora con pijama).
El arte de engañar a tu cerebro: estrategias para zurcir el sueño
Si todo falla, prueba el “dormir sin querer dormir”. Acuéstate y repite: “No necesito dormir, solo voy a descansar los ojos”. Tu cerebro, rebelde por naturaleza, dirá: “¡Ah, ¿sí? ¡Pues ahora mismo me da sueño!”. También sirve leer un libro físico (sí, de papel). Dos páginas de filosofía griega y estarás más tieso que un fósil en un museo.
¿Y si el problema es el colchón? Gíralo como si fuera una pizza y prueba posiciones absurdas. A lo mejor eres de esos que necesitan dormir en forma de estrella de mar o enrollado como un sushi. Experimenta hasta que encuentres tu postura “feliz” (y que no requiera fisioterapia después).
¿En serio alguien hace eso? Preguntas que te mantienen despierto (literalmente)
¿Funciona eso de ponerse calcetines mojados? Solo si quieres sentirte como un personaje de telenovela abandonado en la montaña. Mejor calienta los pies con una bolsa de agua tibia o abraza a tu gato (si te lo permite).
¿Puedo reemplazar las ovejas con dinosaurios? Claro, pero imagina un T-Rex roncando… ¿ves? Ahora estás más despierto que un loro con café. Prueba con manatíes. Flotan lentamente y tienen cara de paz interior.
¿Y si mi pareja ronca como un motor de tractor? Dos opciones: graba el sonido y véndelo como ASMR “vibraciones industriales” o usa tapones. Si nada funciona, recuerda: el amor verdadero incluye dormir en habitaciones separadas. ¡Romántico y práctico!
Trucos para dormir que solo funcionan si eres un vampiro (o un zombie con insomnio)
1. Si tu cama es un ataúd, ya vas por buen camino
Olvídate del colchón memory foam o las almohadas de plumas. Lo que necesitas es una buena caja de roble macizo, preferiblemente forrada con tierra de tu país de origen (Transilvania, Cleveland, da igual). Pro tip: añade una tapa con cerrojo automático para evitar que entren los rayos del sol… o los vampiros rivales que quieran robarte el puesto. Si eres zombie, sustituye el ataúd por una fosa recién excavada: el olor a humedad y lombrices actuará como tu white noise personal.
2. Sangre caliente vs. Cerebros fríos: el menú nocturno
Nada de tés relajantes o leche con galletas. Tu ritual pre-sueño exige:
- Vampiros: Un chupetón express a un vecino pesado (quejarse del ruido por la noche cuenta como consentimiento, ¿no?).
- Zombies: Un batido de cerebro medium-rare. Si no encuentras humanos, sirve cualquier cosa con glutamato monosódico: ¡las papas fritas son el placebo perfecto!
3. Luces fuera… o mejor dicho, ¡que no te parta un rayo de sol!
La melatonina es para los mortales. Tú necesitas oscuridad absoluta y un sistema de cortinas blindadas que desafíen hasta el amanecer apocalíptico. Si te sobra presupuesto, instala una alarma con voz de Drácula que grite “¡Cierra las persianas, maldito!” al primer asomo de luz. Zombies:
– Si no puedes dormir, prueba a caminar en dirección contraria a los carteles de “salida” durante 8 horas seguidas.
– Si lo anterior falla, ve a un centro comercial: el ambiente fluorescente y las ofertas del Black Friday simularán tu hábitat natural.
¿Más preguntas que cabezas tiene un zombie?
¿Puedo sustituir la sangre humana por ketchup?
Solo si eres un vampiro de nivel 1 (principiante). A partir del mes 3, tu paladar exigirá algo con más «personalidad».
¿Los zombies necesitan contar ovejas?
No, pero puedes contar cabezas cercenadas. Eso sí:
– Si pierdes la cuenta, empieza de nuevo… o cómete a la oveja por distraerte.
¿Funciona el ASMR para no-muertos?
¡Claro! Prueba con sonidos de uñas arañando lápidas, cadenas arrastrándose o el clásico “¡ugh… cerebros…” en loop.
¿Y si nada funciona?
Simple: declárate en huelga de sueño eterno. Total, ¿qué es un zombie sin ojeras? Un humano con mala suerte.