Piscina de sal: el chapuzón más elegante y saludable que no sabías que necesitabas

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Foto extraida del video de Youtube


¿Piscina de sal? ¡Más bien piscina de sabor!

¿Te imaginas nadar en una piscina que sabe a margarita? Bueno, quizás no llegue a tanto, pero una piscina de sal es lo más cercano a un cóctel refrescante sin la resaca. A diferencia de las piscinas tradicionales con cloro, que huelen a limpiador de baños, las de sal son como un spa en tu jardín. El agua es más suave, no pica los ojos y, lo mejor de todo, no deja ese olor a “químico” que parece perseguirte hasta el día siguiente.

¿Cómo funciona esta magia? Pues es sencillo: la sal se convierte en cloro mediante un proceso llamado electrólisis. Pero no te asustes, no es ciencia ficción. Es como si la piscina tuviera su propio laboratorio secreto que mantiene el agua limpia sin necesidad de echarle cubos de cloro cada dos por tres. Además, el agua salada es más amable con la piel, así que si eres de los que se ponen rojos como langostas después de nadar, esto es tu salvación.

Y no, no te preocupes, no vas a salir de la piscina como si hubieras estado en el mar. La concentración de sal es mucho menor, así que no tendrás que preocuparte por ese sabor a sopa de mar que se te queda en la boca. En serio, es como nadar en un sueño: relajante, refrescante y sin complicaciones.

¿Tienes dudas? Aquí te las resolvemos

¿La piscina de sal sabe a mar? No, tranquilo. La concentración de sal es tan baja que apenas la notas. Es como si el agua tuviera un toque gourmet, pero sin pasarse.

¿Es más cara que una piscina tradicional? Al principio puede que sí, pero a la larga ahorras en productos químicos y mantenimiento. Además, ¿puedes ponerle precio a no oler a cloro todo el día?

¿Necesito un doctorado en química para mantenerla? Para nada. El sistema es bastante sencillo y, una vez que lo tienes configurado, casi se mantiene solo. Eso sí, no te olvides de echarle un ojo de vez en cuando, porque hasta las piscinas necesitan un poco de cariño.

Olvida el cloro, la piscina de sal es tu nuevo mejor amigo (y tu piel te lo agradecerá)

¿Cansado de salir de la piscina oliendo a producto de limpieza y con la piel más seca que el desierto del Sahara? Las piscinas de sal son la solución que no sabías que necesitabas. Olvídate del cloro y sus efectos secundarios, porque el agua salada es como un spa natural en tu propio jardín. Tu piel, tu pelo y hasta tu nariz te lo agradecerán.

Las piscinas de sal funcionan con un sistema que convierte la sal en cloro de manera suave y controlada. ¿Lo mejor? No hay ese olor fuerte ni esa sensación de picazón que te hace sentir como si te hubieras bañado en lejía. Tu piel se mantiene hidratada y suave, como si acabaras de salir de un tratamiento de belleza. Y no, no te preocupes, no saldrás de la piscina con sabor a marisco.

Además, estas piscinas son más fáciles de mantener. No tienes que andar comprando químicos cada dos por tres ni preocuparte por los niveles de cloro. Es como tener un mayordomo invisible que se encarga de todo. Y si te preocupa el medio ambiente, las piscinas de sal son más ecológicas. Menos químicos, más naturaleza. ¿Qué más se puede pedir?

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¿Tienes dudas? Aquí te las resolvemos

  • ¿Huele a mar? No, no te preocupes. El agua tiene un ligero toque salado, pero no es como nadar en el océano. Es más suave y agradable.
  • ¿Es más cara que una piscina tradicional? La inversión inicial puede ser un poco más alta, pero a la larga ahorras en productos químicos y mantenimiento.
  • ¿Puedo convertir mi piscina de cloro en una de sal? ¡Claro que sí! Con un sistema de conversión, puedes darle un giro a tu piscina sin problemas.