Arreglar las puertas de casa cuando rozan contra el marco o el suelo
A medida que pasa el tiempo, los objetos nuevos que hemos comprado van perdiendo de su brillo y perfección y pueden aparecer varias imperfecciones. Con las puertas, el paso del tiempo pueden empezar a rozar contra el marco de la puerta o contra otra misma puerta si se trata, por ejemplo, de un armario. Generalmente este problema surge por culpa a causa de los tornillos, que con el tiempo se van aflojando o por una deformación de la madera. En este post vamos a ver como solucionar los problemas de roce de las puertas.
Revisar las bisagras
Por eso, lo primero que se tiene que hacer es revisar las bisagras y, en caso de que se detecte que están flojas, ajustarlas.
Esta tarea se puede llevar a cabo con la ayuda de alguien que empuje la puerta desde el lado hacia el que se ha inclinado (es decir, el opuesto a donde están las bisagras), o bien con la colocación de unas cuñas de madera debajo de la puerta, para que la sostengan en la posición apropiada.
Si no se puede resolver de esa manera, lo más probable es que la puerta se haya deformado. En tal caso, será necesario observar con atención tanto la parte lateral de la puerta como la inferior, con el fin de identificar el área donde radica el problema.
Lijar o cepillar la puerta para eliminar el roce lateral
En caso de que se detecte que el problema está en el lateral, pero sea difícil determinar en qué lugar exacto de la superficie, hay un truco que permite determinarlo. Se pinta con tiza el costado de la puerta, se cierra y se abre de nuevo: la parte del marco que haya quedado pintada señalará el lugar donde hay contacto.
Una vez detectado el sitio preciso de la puerta que roza con el marco o el suelo, habrá que desgastarlo para que deje de hacerlo. Cuando el roce no es demasiado grave, la tarea se podrá realizar con un papel de lija, incluso sin quitar la puerta si se trata de alguna parte del lateral. Si el problema está en la parte inferior, lo más conveniente será quitarla para lijar ese sector.
Se recomienda el uso de un taco de madera en el cual envolver la lija, no solo para obtener una mayor comodidad, sino también para garantizar que se trabaje de manera uniforme sobre toda la superficie. Sin el taco de madera, se corre el riesgo de deformar la puerta y que la solución de un problema represente la aparición de uno aún más grave.
Por lo general, la cantidad de madera que hay que retirar es poca y, por eso, con un papel de lija grueso es suficiente. Pero en ocasiones, hay que quitar bastante madera, por lo que se puede considerar el empleo de un cepillo (manual o eléctrico). Habrá que tener mucha precaución para evitar excederse con la cantidad de madera que se rebaje, además de las medidas de seguridad que se deben respetar siempre que se trabaja con esta clase de herramientas.
Después de eliminar la madera sobrante, tanto si es con un cepillo como con una lija gruesa, se debe pasar un papel de lija de grano fino para dar suavidad a la superficie.
En el caso de que el problema sea por una deformación de la madera y tengamos que lijar la puerta es importante saber que el taco de madera es la mejor herramienta para hacerlo. De esta forma, se quedará mucho más uniforme en toda la superficie. Finalmente, para rematar el trabajo es recomendable barnizarlo o echar pintar en la zona trabajada para que no queden rastros. En todo momento, habrá que tener en cuenta de lijar lo justo y necesario para no crear un desnivel en la puerta y empeorar la situación. Como siempre, el mejor consejo es hacerlo suavemente y poco a poco para evitar cualquier error.
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