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Autocontrol: aprende a entrenar tu fuerza de voluntad

 

La fuerza de voluntad, o el autocontrol, es uno de los músculos que más ejercitamos a lo largo del día. Lo utilizamos para tomar decisiones, para realizar tareas pendientes, para proponernos otras nuevas… Y es un músculo, metafóricamente hablando, porque necesita entrenamiento para funcionar de manera correcta, del mismo modo que el entrenamiento cerebral es imprescindible para conseguir un alto rendimiento mental.

 

Sí, la típica excusa de ‘me falta fuerza de voluntad’ no es válida, ya que el autocontrol no es una cualidad con la que nacemos, sino una que vamos descubriendo y puliendo a lo largo de nuestra vida. Esto es una buena noticia, ya que significa que podemos enfrentarnos a cualquier reto: dejar de fumar, salir a correr todos los días, cumplir los propósitos de Año Nuevo… Sólo necesitamos entrenar nuestra fuerza de voluntad.

 

¿Quieres saber cómo?

 

Tabla de ejercicios

Marta Romo, pedagoga y autora del libro Entrena tu cerebro, sostiene que “la fuerza de voluntad opera como un músculo: se fortalece con la práctica, se fatiga con el uso excesivo o se atrofia con la falta del mismo”. Es decir, cuanto más autocontrol ejercitemos en nuestro día a día, más autocontrol ganaremos para más adelante tomar una decisión complicada o enfrentarnos a un reto difícil.

 

Para fortalecer la fuerza de voluntad no es necesario asumir grandes desafíos todos los días, basta con realizar algunos de estos sencillos ejercicios.

 

Lleva un registro de tus avances: si sigues una dieta, apunta los alimentos que ingieres cada día y las calorías que consumes; si estás dejando de fumar, anota en qué momentos han sentido la tentación de encender un cigarrillo; o si te has propuesto hacer más deporte, lleva la cuenta de las horas que destinas a hacer ejercicio. El sentido de registrar tus rutinas es que de este modo serás más consciente de tus logros, y eso te ayudará a seguir adelante.

 

Cambia un hábito durante unos días, como lavarse los dientes con la otra mano o decir ‘buenos días’ en lugar de ‘hola’. Con este pequeño esfuerzo ya estás fortaleciendo tu capacidad de autocontrol.

 

mujer registra actividades diarias

 

Medita. Aprenderás a concentrarte para así evitar las distracciones cuando te propongas un nuevo objetivo.

 

Cinco comidas al día. Cuando tenemos hambre, nos cuesta mucho más trabajo realizar cualquier actividad. De ahí que mantener una dieta equilibrada resulte fundamental para poder cumplir nuestros objetivos.

 

Realiza una buena acción. El investigador Kurt Gray, de la Universidad de Harvard, demostró con una serie de experimentos que cuando realizamos una buena acción, como puede ser donar dinero a una ong, nos sentimos mejores personas, ganamos autoestima, y eso repercute en nuestra fuerza de voluntad, ya que ‘mejores personas’ implica no sólo ser más bondadosos, sino también más capaces de alcanzar cualquier meta.

 

Administra, no malgastes

Por mucho que ejercitemos nuestra capacidad de autocontrol, lo cierto es que ésta tiene un límite. Debemos verla como una pila, cargada de energía al principio del día pero que poco a poco va agotándose.

 

Así, es mejor tomar las decisiones difíciles por la mañana, cuando nuestra fuerza de voluntad está fresca después de un reparador descanso; y dejar para última hora del día todo aquello que apenas nos requiera esfuerzo.

 

Por eso también es recomendable tomarnos un tiempo para no hacer nada. Relajarnos en el sofá, escuchar música, dar un agradable paseo… Debemos dejar descansar la fuerza de voluntad para que esté en buena forma cuando la necesitemos.

 

Otro truco para no agotar la pila del autocontrol es proponernos retos uno por uno, no todos al mismo tiempo. Si queremos dejar de fumar, hacer más ejercicio, aprender un nuevo idioma y llevar una dieta más sana, lo peor que podemos hacer es intentarlo todo a la vez. Nuestra fuerza de voluntad se agotará enseguida, y en un par de días habremos dado por perdidos algunos de estos propósitos. Si, en cambio, dedicamos varias semanas al primer objetivo, y cuando se haya convertido en rutina (y apenas requiera fuerza de voluntad) pasamos al siguiente…. entonces sí tendremos autocontrol suficiente para cumplir todos los propósitos.

 

hacer ejercicio

 

Y recuerda…

Dice la famosa Ley de Parkinson que el tiempo consumido para una tarea será el disponible para esa tarea. En otras palabras, tendemos a dilatar las tareas en el tiempo hasta completarlas en el último momento. Y eso supone exprimir nuestra voluntad de manera innecesaria. Si nos fijamos plazos tempranos y nos concentramos con ellos, no sólo alcanzaremos nuestras metas antes, sino que evitaremos agotar nuestra capacidad de autocontrol.

 

Y tú, ¿conoces algún otro truco para fortalecer la fuerza de voluntad?