Foto extraida del video de Youtube
¿Quién carajos escribió Caperucita Roja? (Spoiler: no fue un lobo)
Resulta que el lobo feroz no solo quería comerse a la abuelita, sino también robarse el crédito literario. ¡Ja! La verdadera autora de la versión más famosa es Charles Perrault, un francés del siglo XVII que, además de usar peluca empolvada, le encantaba darle moralejas turbias a los cuentos. En 1697, publicó “Le Petit Chaperon Rouge” en su colección de historias, donde Caperucita… spoiler alert… termina en la panza del lobo sin final feliz. ¿Moraleja? No hables con extraños, ni confíes en franceses con pluma y tintero.
Pero espera, ¿los hermanos Grimm no tenían algo que ver?
¡Claro! Jacob y Wilhelm Grimm, esos dos alemanes que coleccionaban cuentos como si fueran cromos, le dieron un giro más light en 1812. Quitaron lo macabro, añadieron un leñador heroico (que ni aparecía en el original) y listo: versión para toda la familia. Eso sí, Perrault ya había muerto, así que no pudo reclamar derechos de autor. #JusticiaParaCharles.
¿Y antes de Perrault? ¿Existía el mito?
- ¡Sí! Circulaban versiones orales por Europa medieval, algunas con finales caníbales (sí, la abuela se comía a Caperucita).
- En Italia, un tal Giovanni Straparola ya había escrito algo similar en 1550, pero con menos lobos y más ogros.
- En el siglo X, hasta hay un poema latino sobre una niña con capa… que probablemente nadie leía en la playa.
¿Tienes más dudas que Caperucita en el bosque? Aquí las resolvemos
¿Perrault inventó el cuento de cero?
Nah, él solo lo puso de moda. Como un influencer barroco que reciclaba chismes de pueblo.
¿Por qué el lobo es el malo?
Porque en el siglo XVII no había villanos Disney, y los lobos eran el equivalente a los spoilers de Twitter: todos les tenían miedo.
¿Hubo juicio por plagio?
Ojalá. Imagina a Perrault demandando a los Grimm: “¡Ese leñador es un copypaste!”. Pero no, en esa época el copyright era… un cuento.
Ahí lo tienes: Caperucita es una mezcla de tradición oral, plagios creativos y un lobo que jamás firmó un contrato editorial. Y tú pensando que el único peligro era el bosque…
El autor de Caperucita Roja: entre cuentos, lobos y un cazador con mala leche
Charles Perrault: el abuelito de los cuentos macabros
Si creías que Caperucita Roja era un cuento para dormir, Charles Perrault te hubiera regalado una sonrisa irónica. Este francés del siglo XVII, con peluca empolvada y pluma en mano, convirtió una leyenda oral en un manual de “no hables con desconocidos, o te meriendan”. Su versión, publicada en 1697, terminaba con la abuela y la niña en la panza del lobo… y sin cazador heroico. Sí, el tipo prefería moralejas oscuras sobre finales felices. ¿Lección? Si un lobo te pregunta por la abuela, corre. O aprende a mentir mejor.
Los Hermanos Grimm: los reyes del “y vivieron traumatizados para siempre”
Un siglo después, los hermanos Grimm rescataron la historia, le añadieron al cazador (un tipo con más mala leche que un café sin azúcar) y salvaron a Caperucita con tijeretazo incluido. Pero ojo: su versión tampoco era Disney. El lobo acababa relleno de piedras y la niña aprendía que, en la vida, o llevas un leñador en el bolsillo o te conviertes en banquete. ¿Por qué el cazador tenía tanto odio acumulado? Quizás le debían horas extra en el bosque.
¿Perrault vs. Grimm? Batalla de egos con lobos de por medio
La pelea secreta entre ambas versiones es épica:
- Perrault: Moralina + final trágico + advertencia para señoritas.
- Grimm: Violencia gráfica + héroe con complexidad emocional + piedras como arma mortal.
Mientras Perrault usaba el cuento para decir “chicas, no coqueteeen con lobos”, los Grimm lo convirtieron en un thriller de supervivencia. El lobo, por su parte, nunca tuvo abogado que lo defendiera.
¿Y el cazador? Preguntas que nadie se atreve a hacer
¿Por qué el cazador de los Grimm tenía tanta mala leche?
Posible teoría: el hombre estaba harto de que le llamaran solo para abrir lobos. Imagina su currículum: “Especialista en disección de cánidos con estómago lleno”.
¿Hubo un autor original de Caperucita o fue un invento colectivo?
La historia viene de tradiciones orales medievales. Perrault y Grimm fueron como los influencers que le pusieron filtro. Uno le añadió drama, otro acción, y todos se olvidaron del pobre lobo, que solo quería comer sin que le llenaran la tripa de piedras.
¿Algún autor le dio final feliz a la abuela?
En algunas versiones populares, la abuela escondía una botella de vino en la cama y se salvaba a base de astucia. Pero eso no vende tanto como un cazador con problemas de ira.