Descubre los Secretos del Pulpo Perfecto: ¡Evita Tentáculos de Goma y Conquista la Cocina! 🐙👨🍳

Foto extraida del video de Youtube


Cómo cocinar un pulpo sin que parezca un alien resbaladizo (guía para no arruinarlo)

Congelar, hervir y no llorar: el trío mágico

Primer paso: mete al bicho en el congelador 24 horas. ¿Por qué? Porque el pulpo fresco tiene más colágeno que un filtro de TikTok, y sin congelar, al cocerlo se convierte en una medusa mutante. Después, hierve agua con un chorro de vino blanco (sí, como si fuera tu ex intentando olvidar). Sumerge al pulpo agarrando la cabeza y haz el ritual de «asustarlo»: sumergir y sacar tres veces. Si no, se rebelará y se pegará a la olla como si fuera su nueva pareja tóxica.

El tiempo exacto: ni tan crudo que muerda, ni tan cocido que desaparezca

Olvida el reloj de arena y usa uno de cocina. 20-25 minutos si pesa menos de 2 kg; 30-35 si es más grandullón. Clava un tenedor en una tentáculo: si entra como en mantequilla tibia, listo. Si resiste, sigue cocinando o tendrás que masticarlo como si fuera un neumático de bicicleta. Y no, no vale rezarlo: aquí la fe no ablanda músculos.

El toque final: la parrilla es tu aliada (y el aceite, tu amante)

Una vez cocido, córtalo en trozos que no parezcan tentáculos de Cthulhu. Úntalo con aceite de oliva (el bueno, no el que usas para las patatas fritas del martes triste) y dale un paseíto por la parrilla o sartén bien caliente. ¿Resultado? Una capa crujiente que esconde un interior tierno, no una babosa intergaláctica. Si lo sirves sin este paso, prepárate para ver caras de pánico en la mesa.

¿Pulpo o chicle cósmico? Rescatamos tus dudas

¿Por qué me queda más duro que un examen de matemáticas?
Seguro lo cocinaste sin congelar. El frío rompe las fibras como tu corazón después de ver el precio de la luz. Repite el proceso, pero esta vez con paciencia (y un vino para sobrellevarlo).

¿Se puede cocinar sin que se encoja más que un suéter en la secadora?
Sí, pero no lo sobrecuezas. Si lo dejas horas en la olla, acabará del tamaño de una albóndiga. Cronometra, maldita sea.

¿Y si le pongo vinagre para que no se deshaga?
El vinagre es para los escabeches, no para jugar a Frankenstein con texturas. Si quieres pulpo, sigue los pasos; si quieres experimentar, ve a un laboratorio.

Pulpo a la gallega para mortales: cómo domar tentáculos y no acabar limpiando el techo

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El pulpo no es un alien (aunque lo parezca)

Primera regla: no dejes que el bicho te intimide. Cocinar pulpo a la gallega es como bailar flamenco con un paraguas: requiere ritmo y evitar golpes en la cara. La clave está en congelarlo antes de cocerlo (sí, aunque sea fresco). ¿Por qué? Porque romperle las fibras sin que salga volando como un dron descontrolado. Si lo lanzas a la olla sin este paso, prepárate para que los tentáculos se enrosquen en la cuchara y te salpiquen los azulejos de caldo misterioso.

La olla: tu nueva arma anti-desastres

Olvídate de usar esa cacerola mini que apenas cabe un huevo. Necesitas una olla más alta que tu suegra criticando tu vida. Aquí el método infalible:

  • Hierve agua con una hoja de laurel y un puñado de sal gorda (nada de sal fina, esto no es un cóctel).
  • Sumerge el pulpo 3 veces antes de soltarlo para siempre. ¿Magia? No, tradición gallega para que no se ponga tieso como un palo de selfie.
  • Cuece a fuego lento 40-50 minutos. Si escuchas ruidos raros, no es el pulpo, es tu miedo a que explote.

Cortar sin que parezca un crimen de los Muppets

Aquí viene el examen final: tijeras vs cuchillo. Las tijeras ganan, porque cortar tentáculos con cuchillo es como intentar peinar a un gato con un tenedor. Trocea el pulpo en rodajas de 1 cm (ni más finas que una mentira ni más gruesas que un ladrillo). Luego, el toque divino: pimentón dulce, aceite de oliva virgen extra y sal gruesa. Si te pasas con el pimentón, finge que es una versión «picante» y di que lo has inventado tú.

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¿Y si el pulpo se rebela? Preguntas que no quieres hacer en Google

¿Cómo sé si está cocido sin meterle un termómetro?
Clava un tenedor en la parte gorda del tentáculo. Si entra como en mantequilla tibia, listo. Si resiste, sigue cocinando… o reza.

¿Y si se pega todo a la sartén?
Usa una plancha bien caliente y no lo muevas hasta que se dore. Si se pega, di que es «textura crujiente» y sonríe como si lo hubieses planeado.

¿Puedo usar pulpo congelado directamente?
Sí, pero congélalo aunque ya venga así. ¿Por qué? Porque la vida es dura y el pulpo más. Así evitas que al cocerlo parezca una medusa en una pelea de bar.

¿El truco de la patata es obligatorio?
No, pero si no la pones, los gallegos te enviarán una mirada de decepción que sentirás hasta en el tupper.