Foto extraida del video de Youtube
Decretos de nueva planta: cuando el rey Felipe V decidió hacer un «makeover» del reino (y a ti ni te preguntó) 👑💥
Felipe V y su obsesión por el «centralismo chic» 🏰✂️
Imagina a Felipe V, recién aterrizado en España con su peluca empolvada y su aire de «aquí el que manda soy yo», decidido a convertir el país en su particular proyecto de reformas. Los Decretos de Nueva Planta (1707-1716) fueron su manera de decir: «¿Fueros? ¿Autonomía? No, gracias, esto lo hacemos *a mi estilo*». Tras ganar la Guerra de Sucesión (básicamente, el reality show más sangriento del siglo XVIII), el Borbón aplicó una «dieta extrema» administrativa: borró leyes regionales, cambió instituciones por otras más fashion y puso a todo el mundo a hablar castellano. ¿Consultar con los afectados? ¡Para qué, si él tenía un plan de decoración… digo, de gobierno!
El reinado del «¡Borrad esto y punto!» 📜💢
Los territorios de la Corona de Aragón (Valencia, Aragón, Cataluña y Mallorca) se llevaron la peor parte. Felipe V les aplicó el equivalente histórico a bloquearles en redes sociales: eliminó sus Cortes, impuso funcionarios afines y les clavó impuestos como si fueran ofertas del Black Friday. ¿El lema? «Un reino, un sistema, un rey… y si protestas, te caen mis soldados». Para colmo, el catalán y el valenciano quedaron relegados a «eso que habla tu abuela» en documentos oficiales. Menos mal que la resistencia fue épica: ¡hasta hubo contrabando de folios con leyes viejas!
El legado: ¿reforma visionaria o caos con peluca? 👀💼
¿Resultados? Un país más centralizado que un influencer mirándose el ombligo. Por un lado, agilizó la burocracia (algo así como pasar de enviar cartas por paloma mensajera a un email… pero con tinta y pluma). Por otro, generó un rencor histórico que aún perdura (sí, Cataluña, te estamos mirando). Eso sí, nadie puede negar que Felipe V tenía estilo: hizo del «porque yo lo valgo» su filosofía de gobierno. Aunque, seamos sinceros, algunos aún le deben estar mandando memes insultantes desde el Más Allá.
¿Te arden las preguntas? Aquí las respuestas (más o menos) 🔥🤔
¿Por qué Felipe V tenía tanta prisa por cambiar las leyes?
Pasó de ser un duque francés a rey de media España y pensó: «Si no uniformizo esto, me van a hacer un golpe de estado con tapas y siesta incluida». Plus: quería parecerse a Luis XIV, su abuelo, pero con más sol y menos Versalles.
¿Alguna región se salvó del «makeover» borbónico?
El País Vasco y Navarra hicieron contacto visual con Felipe V y negociaron: «Nos quedamos nuestros fueros, tú te quedas tu trono, y todos felices». El rey, que no quería más líos, dijo: «Vale, pero me debéis una».
¿Hubo alguien que dijera: «Felipe, esto es demasiado»?
Sus consejeros le advirtieron: «Señor, esto puede terminar como el rosco de San Juan». Pero él, en plan «soy el drama», ignoró las críticas. Total, ¿quién necesita amigos cuando tienes un ejército y un salón del trono? 😎
Decretos de nueva planta: el «ctrl+alt+delete» del siglo XVIII que borró hasta el acento catalán 🤖✂️
Cuando Windows aún no existía, pero Felipe V ya tenía su «reinicio forzoso»
Imagina que tu jefe decide eliminar tu idioma, tus leyes y hasta la forma de llevar la contabilidad… ¡sin preguntar! Eso fue el Decreto de Nueva Planta: el «actualizar e reiniciar» de la Corona de Aragón en 1716. Tras la Guerra de Sucesión, Felipe V dijo «hold my sangría» y formateó Cataluña, Valencia y Mallorca como si fueran un disco duro corrupto. ¿El resultado? Instituciones locales ctrl+z, fueros borrados más rápido que un meme caduco y un nuevo sistema administrativo traído desde Madrid. Lo único que faltó fue un mensaje de error: «¿Seguro que quiere eliminar 500 años de autogobierno? ✔️❌».
El «tú obedecerás» legal que ni el Tinder de la época supera
Si los decretos fueran un perfil de citas, la bio diría: «Busco reinos centralizados. Nada de derechos históricos, solo leyes castellanas y buenos modales». Los catalanes, valencianos y mallorquines pasaron de tener normas propias a un «todo incluido» con horario de pleitos en castellano. ¡Hasta los notarios tuvieron que aprender a firmar sin acentos! Y ojo, que esto no fue un «cambiamos cuatro cosas y ya». Fue un auténtico delete a lo bruto: tribunales, aduanas, consejos… como si cancelaran tu suscripción a Netflix pero con cañonazos de fondo.
Idiomas, banderas y el «qué mal empezamos»
El catalán pasó de ser lengua oficial a «eso que tu abuelo masca en el bar». Las escuelas, los documentos legales y hasta los parte meteorológicos (si los hubiera) se volvieron #TeamCastellano. Las banderas locales fueron guardadas en el trastero de la historia, sustituidas por la rojigualda, que por entonces lucía más fresca que un traje de torero en verano. Y aunque técnicamente no prohibieron bailar sardanas, la sensación era clara: «Aquí manda el que paga el wifi».
🔍 Preguntas que nadie hizo en 1716 (pero que Google ahora responde)
- ¿Los decretos venían con manual de instrucciones en catalán? No. Y si hubiera existido IKEA, seguro que Felipe V habría montado el «FLAERDEN» (para gobernar sin piezas sobrantes).
- ¿Podías rechazar los cambios como en un pop-up? Sí, pero la opción «Cancelar» activaba un batallón de soldados en tu ciudad.
- ¿Hubo meme histórico sobre el tema? Sin duda: el «Ya no hay fueros, pero seguimos empanats» circuló en bares y plazas.
Decretos de nueva planta: el primer «hold my beer» de la monarquía española (spoiler: terminó en guerra de sucesión) 🍺⚔️
Imagina a Felipe V, el primer Borbón español, entrando en el chat de la historia con un “¿Vieron lo que hicieron mis abuelos en Francia? Hold my beer” 🍻. Así nacieron los Decretos de Nueva Planta, el equivalente del siglo XVIII a borrar todas las carpetas del sistema operativo de los reinos de la Corona de Aragón. ¿El motivo? Castigar a los que apoyaron al otro Felipe (el Austriaco) en la Guerra de Sucesión. ¿El resultado? Centralizar el poder como si fuera un *Ctrl+Alt+Delete* a los fueros, instituciones y derechos locales. Spoiler: la gente no lo celebró con fiestas de pueblo.
Cuando Castilla le dijo “copy-paste” a media España 🇪🇸
Los decretos fueron el “todo para Castilla y nada para vosotros” más épico. Cataluña, Valencia, Aragón y Mallorca vieron cómo sus leyes, tribunales y hasta el idioma oficial se esfumaban más rápido que un churro en una boda real. Felipe V implantó leyes castellanas, dividió el territorio en provincias y puso a sus colegas en cargos clave. Y lo hizo con la elegancia de un toro en una cacharrería: “¿Autonomía? Qué bonita palabra… No”. Eso sí, Navarra y el País Vasco se salvaron (por ser team Borbón desde el minuto uno).
La jugada que hizo arder media Europa (y no, no era por el calor) 🔥
La monarquía pensó que unificar España a hostias sería como poner orden en un grupo de WhatsApp lleno de tíos con armaduras. Pero, oh sorpresa, la gente no tragó. La Guerra de Sucesión ya había dejado el terreno abonado para rencores, y los decretos le echaron gasolina. ¿Consecuencias? Revueltas, resistencia pasiva y una identidad catalana que empezó a cultivar su rebeldía como si fuera un huerto urbano. Eso sí, España se convirtió en el primer Estado “moderno” europeo… aunque el precio fue una resaca histórica de siglos.
¿Tienes más dudas que un austriaco viendo un mapa de España? 🧐
- ¿Por qué Felipe V hizo esto? → Porque ganar una guerra te da derecho a jugar al SimCity con países reales (y borrar los códigos de los anteriores jugadores).
- ¿Hubo algún reino que se libró del lío? → Sí. Navarra y el País Vasco, por hacer “booty call” borbónico a tiempo, conservaron sus fueros. #Estrategia.
- ¿Los decretos causaron la guerra? → ¡Al revés! La guerra fue el previo; los decretos, el cubata mal tirado que despertó odios eternos.
- ¿Algo positivo salió de esto? → España dejó de ser un puzzle de reinos para ser un Estado centralizado. Eso o un experimento social fallido, según quién lo cuente.