Foto extraida del video de Youtube
Español valencia: cuando el idioma se toma un «xumet» y se pone cómodo con la terreta
Imagina que el castellano y el valenciano se encuentran en una paella gigante, se mezclan con un caldero de ironía, un chorreón de «xiquets» y un toque de socarrat lingüístico. Ahí nace el español valencia: un dialecto que usa «xumet» para todo lo pequeño (desde un perrito hasta el café del día después de fiesta) y «fer el poti» como verbo oficial para describir el arte de vaguear con estilo mediterráneo. Si el diccionario de la RAE tuviera una playlist, aquí sonaría *»Bon dia»* mezclado con reggaeton y un pitido de flauta fallera de fondo.
Palabras que viajan en cercanías: del huerto a la plaza
En Valencia, el español no pide permiso para colar términos como «mocadorà» (dulces envueltos en pañuelo, no aptos para dietas) o «esmorzar» (que aquí significa desayunar, almorzar y merendar, según la hora en que te levantes de la siesta). Hasta las plantas tienen acento: un «trencat» no es un accidente de Metro, sino una maceta rota que alguien reconvirtió en jardín improvisado. Y ni hablemos de la «terreta», ese apodo cariñoso que convierte a toda la comunidad en el sofá loungue del Mediterráneo.
Pronunciación: donde la «s» se tomó unas vacaciones en la Malvarrosa
- «¿Vamo' a la playa?»: la teoría de que las consonantes finales son opcionales, como llevar chanclas a una boda.
- «Falla» no es solo un monumento que arde, sino también lo que le pasa a tu español cuando intentas imitar el acento y suenas como un guiri con hipo.
- «Cotxo» (coche), «crema» (para la paella, no para la cara) y «llauror» (esa envidia sana cuando el vecino tiene mejor tomatera) completan el kit de supervivencia lingüística.
¿Te has quedado de panses? (Preguntas que nadie hizo pero igual respondemos)
¿El valenciano y el español valencia son lo mismo?
¡Ni de coña! El primero es lengua propia; el segundo es lo que pasa cuando el castellano se pone alioli y decide que las normas gramaticales son sugerencias. Como usar «apoquin» (un poquito) para medir cualquier cosa, desde azúcar hasta paciencia.
¿Cómo entender a un valenciano sin que note que eres de fuera?
Aprende tres frases: «Què curro!» (para quejarte del trabajo), «Pica bé» (si algo está bueno) y «Em fa goig» (cuando algo te da alegría, como encontrar horchata sin cola). Y si todo falla, di «bueno, chacho» y márchate silbando un pasodoble.
¿Por qué usan «xumet» y «xiquet» para todo?
Por la misma razón que tienen 300 nombres para la lluvia fina: aquí la productividad lingüística se mide en diminutivos por minuto. Xiquet es niño, pero también puede ser un amigo, un perrete o ese mosquito que te persigue en agosto. Si no sabes cómo llamar algo, añade -et al final y listo: tienes un término legalmente válido.
Español valencia para principiantes: cómo no meter la pata (o la «dents» en la meseta)
La pronunciación: cuando la «dents» no es lo que brilla en tu sonrisa
Si vas a pedir una caña en el bar y sueltas un “dientes” en lugar de “dents”, prepárate para que el camarero te mire como si hubieras hablado en klingon. En valencia, la “ll” se convierte en “y” (¿“pollo”?, aquí es “poyo”, y no, no es un chiste). Y ojo con la “ch”, que a veces parece una “ts” salida de un trabalenguas: “Xiquet” (niño) suena más cercano a “chiquet”, pero si lo dices como en Sevilla, te corrigen con una sonrisa que ni el Tío Calducho.
Expresiones que te harán pasar de “foraster” a “soc” en dos tardes
Olvida el “por favor” castizo. Aquí se usa “per favor”, como si le faltara una letra a todo (y sí, falta). Si quieres ligar, suelta un “mola mogollón” en vez de “está guay”. Pero cuidado: decir “cullons” (traducción: cojones) para expresar sorpresa puede hacer que la abuela de al lado se persigne. Y si alguien te invita a “fer el borrá”, no es a bailar, es a tomar una copicha. Lista de supervivencia:
– “Esmorzar” ≠ desayunar: aquí es un bocata de jamón a las 11 am.
– “De quin barri ets?”: pregunta trampa. Si no eres de Benimaclet o Ruzafa, di que eres “de fora” y punto.
Verbos que se rebelan si los pronuncias como en Madrid (o peor: como en Google Translate)
El verbo “fer” (hacer) es tu nuevo mejor amigo. “Fer el favor”, “fer un cafè”, hasta “fer fum” (fardar). Pero si lo conjugas mal, vas “fet” (jodido). Y atención al “haber” valenciano: “Haver de + infinitivo” significa “tener que”, no “haber” de toda la vida. Ejemplo: “Haque de anar al mercat” (Tengo que ir al mercado). Si usas el castellano puro, te señalarán como el “xiquet del retrato” (el rarito de turno).
¿Y ahora qué? Preguntas que te salvarán de decir “tengo calor” cuando quieres una cerveza
¿”Bon dia” vale para todo? Sí, desde las 8 am hasta que el sol se esconde tras la Ciutat de les Arts. Pero si es de noche, suelta un “Bona nit” aunque sea para pedir otra birra.
¿Es verdad que aquí se come paella los miércoles? Más falso que un valenciano sin alergia al polen. Los domingos, y si la cocinas con guisantes, prepárate para el exilio automático.
¿Cómo reconozco a un valenciano en estado salvaje? Fácil: habla a gritos, lleva una bolsa de “cremaet” en la mano y suelta un “Qué bo!” cada tres segundos. Si imitas eso, te darán la nacionalidad… o al menos, una horchata gratis.