¿Sabes por qué el Institut Lluisa Cura es el secreto mejor guardado de la educación? ¡Descúbrelo aquí!

Foto extraida del video de Youtube


Institut lluisa cura: ¿el lugar donde los lápices van a morir de aburrimiento?

Institut Lluisa Cura: ¿el lugar donde los lápices van a morir de aburrimiento?

¿Alguna vez has visto un lápiz bostezar? En el Institut Lluisa Cura, los rumores dicen que las puntas de los lapiceros se desafilan solo por el pánico existencial. Entre ecuaciones que nadie recuerda al día siguiente y lecturas obligatorias de libros que ni sus autores entenderían, este centro educativo podría ser el cementerio clandestino de la creatividad. Eso sí, con WiFi gratis y fotocopiadoras que escupen hojas como si fueran máquinas tragamonedas al revés.

Profesores que convierten el tiempo en arena… de reloj, no de playa

Si creías que las clases de filosofía eran abstractas, aquí te explican la teoría de la relatividad mientras el segundero del reloj se ralentiza a propósito. Los pupitres tienen más grietas que un teléfono con pantalla rota, y los borradores desaparecen misteriosamente… igual que las ganas de hacer trabajos en grupo. Eso sí, el instituto tiene un récord Guinnes no confirmado: 7 alumnos lograron dibujar un cómic en el margen de un examen de trigonometría. Arte bajo presión, le llaman.

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¿Sobrevivir al día a día? Tips no aptos para lápices sensibles

Evita el contacto visual con la campana de salida: Dicen que si la miras fijamente, el recreo se alarga 20 minutos (mentira, sigue durando lo que un meme viral).
No alimentes a los diccionarios: Algunos ejemplares de la biblioteca muestran signos de canibalismo (hojas arrancadas en la «H» de «horror ortográfico»).
Usa calculadoras con modo «piloto automático»: Porque resolver ecuaciones a mano es como intentar domar un pulpo en una piscina de gelatina.

¿Te arden las dudas como las gomas de borrar mal usadas?

¿Hay WiFi en el inframundo de los útiles escolares?
Sí, pero la contraseña cambia cada vez que un profesor pronuncia «esto entra en el examen».

¿Los lápices realmente se suicidan?
No, pero algunos optan por reencarnarse en ceras de colores para huir de las clases de economía.

¿Se puede sobrevivir sin memorizar los ríos de Europa?
Técnicamente sí, pero te perseguirán en sueños. Uno de cada tres exalumnos confiesa haberlos dibujado en servilletas de forma involuntaria.

¿Las excursiones son una leyenda urbana?
Las hay, pero solo a lugares donde el silencio es tan denso que podrías cortarlo con una regla de 30 cm.

¿Por qué las sillas crujen como fantasmas?
Es su forma de protesta. Llevan décadas soportando teorías de alumnos sobre cómo escapar antes de que termine la hora de historia.

Institut lluisa cura: cómo sobrevivir (y no perder la cabeza) en el colegio más «especial» de la ciudad

El primer día: cuando descubres que el mapa del colegio fue dibujado por M.C. Escher

¿Listo para encontrar tu aula? Ja. En el Institut Lluisa Cura, los pasillos tienen más giros que una telenovela venezolana. Spoiler: el aula de matemáticas está al lado del gimnasio, pero para llegar necesitas pasar por el laboratorio de biología… y un jardín zen que nadie sabe quién lo puso ahí. Consejo vital: lleva migas de pan como Hansel y Gretel o terminarás en el almacén de escobas otra vez. Eso, o hazte amigo de los *fantasmas de las excursiones perdidas* que merodean por el ala este (tranquilos, son inofensivos… creemos).

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Horarios y otras fantasías utópicas

Aquí el horario es una *sugerencia*, no una ley. ¿Clase de química a las 9:00? Quizás. ¿Taller de interpretación de nubes a las 11:30? Totalmente posible. La campana suena cuando se le antoja, y los profesores tienen la costumbre de iniciar «clases relámpago» en el patio (¿Filosofía existencialista durante el recreo? ¡Naturalmente!). Organízate como un ninja: lleva siempre cuaderno, tentempiés y una brújula… por si la próxima lección es en el tejado.

Actividades extracurriculares: desde yoga con cabras hasta física cuántica aplicada al baloncesto

¿Crees que el club de ajedrez es lo más raro que existe? En el Lluisa Cura, las actividades extras son criaturas mitológicas. Apúntate a:

  • «Danza contemporánea con paraguas anti-lluvia» (sí, es exactamente lo que imaginas)
  • «Taller de supervivencia a exámenes sorpresa» (spoiler: incluye galletas de la suerte y meditación al estilo ¡Sálvese quien pueda!)
  • «Laboratorio de inventos inútiles» (donde crearás una tostadora que canta rancheras)
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¿Preguntas? Aquí las respuestas (o al menos intentamos)

¿Hay uniforme? Sí, pero la norma dice «expresión creativa permitida». Traduce: puedes llevar calcetines de aguacate y una corbata de purpurina. Eso sí, si te pones los zapatos equivocados, la directora te dará una conferencia sobre la historia de la zapatería en el siglo XVIII.

¿Los profesores son normales? ¿Normales? ¡Aquí hasta el conserje tiene un máster en astrofísica! El profesor de gimnasia explica anatomía con memes, y la de literatura analiza *Cien años de soledad* usando TikTok.

¿Cómo paso los exámenes sin volverme loco? Truco de alumnos veteranos: duerme con los libros bajo la almohada… y ofrece galletas al *espíritu de la fotocopiadora* (que siempre se atasca en el peor momento). Funciona el 60% del tiempo, siempre.