Foto extraida del video de Youtube
Aprende ‘limón y sal' con estos acordes desenfados
¡Vamos a aprender *Limón y Sal* de Eva Amaral con un estilo que te hará sentir como un profesional (o casi)! Este tema, con su ritmo desenfadado y su melodía pegadiza, es perfecto para aquellos que quieren empezar a tocar algo con un toque de rock pero sin complicaciones. Empezamos con los acordes básicos: Do, Sol, Am y Fa. Sí, los mismos que has usado en un millón de canciones, pero con un toque especial que les da ese sabor único. El truco está en el ritmo: un *down, down, up, down, up, down, up* que suena más complicado de lo que es. Práctica con un metrónomo si quieres, pero mejor si lo haces al ritmo de tus tacos favoritos.
Ahora, para los más atrevidos, podemos añadir un toque de sal (que es el nombre del juego) con algunos acordes de séptima: Do7, Sol7 y Fa7. No, no te asustes, solo se añade un dedo más en el acorde, pero el efecto es mágico. Y si eres de los que les gusta complicar un poco las cosas, puedes meter un Am7 en algún que otro estribillo para darle un toque más melancólico. Recuerda que la clave está en la transición entre acordes: no te quedes pegado en un solo acorde, que no es una posesión espiritista.
Para los más curiosos, aquí tienes los acordes con sus respectivas variaciones:
- Do:** Toca las cuerdas abiertas, que suene fuerte y orgulloso, como si estuvieras anunciando el fin del mundo (o el inicio de una fiesta).
- Sol:** Añade un pequeño *bend* en la quinta cuerda para darle un toque rockero.
- Am:** Si te sientes valiente, añade un *hammer on* en la segunda cuerda.
- Fa:** Toca las cuerdas de abajo hacia arriba, como si estuvieras limpiando una ventana (pero con más estilo).
Y para los que quieran meterse de lleno en la canción, aquí tienes los acordes con las variaciones:
Acordes básicos con sabor a rock
– Do: Toca las cuerdas abiertas, que suene fuerte y orgulloso, como si estuvieras anunciando el fin del mundo (o el inicio de una fiesta).
– Sol: Añade un pequeño *bend* en la quinta cuerda para darle un toque rockero.
– Am: Si te sientes valiente, añade un *hammer on* en la segunda cuerda.
– Fa: Toca las cuerdas de abajo hacia arriba, como si estuvieras limpiando una ventana (pero con más estilo).
Acordes con un toque de blues
– Do7: Añade el séptimo en la quinta cuerda para darle un toque más intenso.
– Sol7: Toca la quinta cuerda un tono más abajo para darle ese sonido de blues clásico.
– Fa7: Añade el séptimo en la cuarta cuerda para darle un toque más dramático.
Preguntas que te harás (y que ya te resolvemos)
– ¿Cómo hago para que no se oiga tan «cuadrado»?
Buena pregunta. La clave está en el ritmo. Prueba a desplazar el acento en el segundo y cuarto tiempo, como si estuvieras bailando un vals, pero al revés.
– ¿Puedo tocar esto con una guitarra acústica?
Por supuesto. De hecho, Eva Amaral la toca con una eléctrica, pero si la tocas con acústica, suena igual de bien, solo que con menos ruido y más vecinos contentos.
– ¿Cómo hago para que mi novia me deje tocar esto en casa?
Esa es una pregunta más difícil. Puedes empezar por tocarlo bien, o si no, dile que es para una serenata y que te dé un chance. Si no, siempre puedes tocarlo en el baño, que es donde mejor acústica hay.
Haz que ‘limón y sal' suene como si tú lo hubieras inventado
Haz que ‘limón y sal' suene como si tú lo hubieras inventado
Vamos a empezar por lo básico: limón y sal suena a brisa marina, a after party y a fotos de Instagram con filtros de verano. Pero ¿alguien sabe realmente de dónde salió esta combinación mágica? Bueno, te lo diré: nadie lo sabe a ciencia cierta, pero si eres listo, le dirás a tus amigos que tú lo inventaste después de una noche de inspiración divina. Imagina la escena: tú, en una terraza con vistas al mar, con un gin-tonic en la mano, y de pronto, el universo te susurra al oído: «Échale limón y sal a todo, que la vida es un cóctel». Y voilà, nace el lema de la generación.
Ahora, la clave para hacer que parezca que lo inventaste tú es usarlo en todos los contextos posibles. ¿Un problema en el trabajo? «Pues ponle limón y sal, que ya se espantarán». ¿Te rompieron el corazón? «Eso es passé, a mí me da igual, le echo limón y sal». Incluso si te preguntan cómo quieres el tequila, respondes sin dudar: «Con limón y sal, ¿o te parece poco poético?». Así, en menos de lo que canta un gallo, eres el filósofo de la panda, el guru del momento, el inventor de la frase que todos repiten sin saber muy bien por qué.
Pero no te conformes con lo básico. Añade tu toque personal. Por ejemplo, puedes decir que «limón y sal» no es solo una combinación, sino un estilo de vida. Explica que el limón representa la acidez necesaria para cortar con todo lo tóxico, y la sal es el sabor que le das a lo que queda. O, si eres más de los que les gusta el drama, di que es la receta perfecta para curar un corazón roto: un chorro de limón (que te haga reír) y una pizca de sal (que te haga llorar, pero de those good tears). Así, en un abrir y cerrar de ojos, eres el dueño de la frase y el dueño de los sentimientos de todos.
Preguntas que te harás (y que nosotros respondemos con estilo)
– ¿Por qué ‘ón y sal' y no ‘limón y azúcar'?
Bueno, porque ‘limón y azúcar' suena a desayuno de abuela, y ‘limón y sal' suena a noche de copas y amores platónicos. La vida es dura, pero el marketing es más duro.
– ¿Puedo usar ‘limón y sal' en serio?
Claro que sí, pero solo si quieres que te tomen por broma. O si eres un filósofo existencialista que ha encontrado el sentido de la vida en un cóctel. Tú decides.
– ¿Cuál es el secreto para que me crea que yo lo inventé?
Muy fácil: confianza ciega. Si alguien te dice que no fuiste tú, míralo con cara de «¿tú no sabes quién soy yo?» y listo. El poder está en la actitud.