Foto extraida del video de Youtube
El marañón: ¿la fruta más incomprendida del universo (o al menos del supermercado)?
El marañón: esa fruta que parece víctima de un chisme mal contado
Si las frutas tuvieran un grupo de WhatsApp, el marañón sería ese contacto que todos tienen pero nadie sabe cómo etiquetar. ¿Es una fruta? ¿Un fruto seco? ¿Un experimento fallido de la naturaleza? El pobre lleva años siendo confundido con su propia semilla (sí, el anacardo es su semilla, no al revés). Mientras el aguacate tiene fanáticos que le dedican canciones y el kiwi tiene su propio ejército de influencers, el marañón se queda en la esquina del pasillo, mirando cómo la gente lo señala y susurra: *«Ese es el que tiene la parte de abajo rara… ¿se come o es decoración?»*.
Entre el amor y el odio: ¿por qué nadie se decide con el marañón?
La pulpa del marañón es jugosa, ácida y dulce… cuando logras llegar a ella. Porque, admitámoslo, su cáscara parece diseñada por un alquimista con resaca. En Brasil lo convierten en refrescos que venden como oro líquido; en Venezuela lo fermentan hasta lograr bebidas que harían llorar a un sommelier. Pero en el supermercado promedio, sigue siendo el «¿eso está maduro o enfermo?». Hasta el durián, con su aroma a calcetín sudado, tiene más fama. ¿Será que el marañón necesita un agente de publicidad?
La conspiración del nombre: ¿quién le puso «marañón» y por qué?
Ni los botánicos se ponen de acuerdo: *Anacardium occidentale* suena a hechizo de Harry Potter, y «marañón» parece el apodo de un vecino chismoso. En algunos países le dicen «merey», en otros «cajuil», y en el 80% de los casos, la gente lo pronuncia como si estuviera adivinando la contraseña del Wi-Fi. Si hasta su semilla (el anacardo) le roba protagonismo, ¿qué esperamos? ¿Que se ponga a bailar flamenco en la sección de frutas?
¿El marañón tiene algún trauma infantil que no conocemos? (Preguntas que sí importan)
- ¿Por qué la semilla está colgando como un pendiente extraterrestre?
La naturaleza es así: dramática. La semilla crece fuera del fruto porque, aparentemente, al marañón le gusta vivir al límite. Eso sí, ¡no la muerdas cruda! Contiene toxinas que harían que hasta un dragón de Komodo diga «no, gracias». - ¿Se puede comer la fruta o es puro teatro?
¡Claro que sí! La pulpa es comestible y deliciosa, pero muere de éxito rápido: se deshidrata en dos segundos. Por eso en muchos países la procesan en jugos, mermeladas o hasta licores. Fresca, es como encontrar un unicornio en el metro. - ¿Por qué en algunos países ni saben que existe?
El marañón es el introvertido de las frutas. Prefiere climas tropicales y no aguanta los viajes largos. Si lo ves en tu super, cómpralo YA. Es más efímero que la paciencia en un embotellamiento. - ¿Es verdad que el marañón cura el mal de amores?
No hay estudios científicos… pero si te tomas un jugo bien frío, al menos olvidarás por un rato que tu ex te ghosteó.
Y por si te lo preguntas: no, el marañón no es pariente del tamarindo ni del lichi. Es único, incomprendido y definitivamente subestimado. La próxima vez que lo veas, dale una oportunidad… o mínimo, tómate una selfie con él para subir su autoestima.
Marañón fruta: desmontando mitos (sí, sus semillas son los anacardos, ¿en shock?)
¿Alguna vez has visto un marañón y pensado *“esto parece una mezcla entre un pimiento y una criatura alienígena”*? Pues agárrate: esa cosita curva que cuelga debajo es ¡el anacardo en estado salvaje!. Sí, el fruto del marañón es como ese actor secundario que nadie reconoce sin maquillaje, pero que en realidad es el papá de toda la operación. La semilla es la estrella, la que protagoniza los paquetes de frutos secos, mientras que la pulpa jugosa y ácida queda en el anonimato. ¿Por qué? Simple: el marketing no le hace justicia a la fruta, pero la industria prefiere vender el *snack* que no se pudre en tres días.
¿Y por qué el marañón no es famoso en los supermercados?
Imagina que la naturaleza juega al *¿Dónde está Wally?*: el anacardo está colgando fuera del fruto, como si fuera una verruga elegante**. El marañón tiene una cáscara llena de ácido anacárdico (sí, es tan irritante como suena), así que tostarlo requiere más protocolo que desactivar una bomba. **La pulpa, en cambio, es comestible y deliciosa**, pero como no viaja bien en avión, se quedó en el limbo de las frutas exóticas. Eso sí: en países como Brasil o India, la usan para hacer jugos, mermeladas y hasta licores. **Nosotros nos conformamos con el puñado de anacardos del bar**, pero la fruta merece un Oscar por su papel secundario.
¿Es verdad que el marañón es tóxico?
Aquí viene el drama: la semilla cruda es como ese amigo que arruina las fiestas. Su cáscara tiene una resina que puede provocar alergias, irritación y ganas de llorar (literal). Pero no te alarmes: el proceso de tostado elimina la toxicidad, dejando solo el crunch adictivo de los anacardos. La pulpa, en cambio, es tan inofensiva como un meme de gatitos. Eso sí: nunca, jamás, muerdas la semilla directamente del fruto. A menos que quieras convertirte en el protagonista de un episodio de *“1000 maneras de morir”*.
¿Preguntas que hieren como el ácido anacárdico?
¿Por qué nadie me dijo antes que los anacardos vienen de una fruta?
Porque la vida es injusta y el sistema nos oculta estas verdades. El marañón es el mejor ejemplo de “no juzgues un libro por su portada”: por fuera parece un experimento fallido, pero por dentro guarda el secreto de tus snacks favoritos.
¿Puedo plantar un anacardo y tener mi propio marañón?
Si tienes paciencia (y un traje antiácido), sí. El árbol tarda años en dar frutos, y extraer la semilla es como jugar a ser cirujano. Pero si lo logras, podrás presumir de tener el único jardín con frutas que parecen naves espaciales.
¿A qué sabe la pulpa del marañón?
Como un mix entre mango, piña y un toque de locura tropical. Ácido, dulce y con un aroma que te transporta a la playa. Si alguna vez viajas a zonas donde se cultiva, pruébala en jugo. Eso sí: no le pongas azúcar, ¡la fruta ya tiene suficiente actitud!
Y recuerda: la próxima vez que comas anacardos, agradece al marañón por su sacrificio incógnito. Sin él, tus nachos veganos serían… bueno, solo nachos.