Foto extraida del video de Youtube
¿Un genio desde la cuna o un bebé con suerte? Descubriendo la «primera obra» de Mozart
Imagina esto: un mocoso de cinco años que, en lugar de tirar los cereales al techo, garabatea algo que hoy llamaríamos *“KV 1”* (sí, el primer catálogo Köchel de Mozart). ¿Fue un acto divino o simplemente un niño que encontró la tinta antes que los pañales limpios? La supuesta primera composición del pequeño Amadeus, un minueto para piano, aparece fechada en 1761, cuando el crío aún no sabía atarse los zapatos. ¿Qué hacías tú a los cinco años? Probablemente comías tierra.
El minueto en sol mayor (KV 1) suena como una canción de cuna con aires de grandeza. ¿Genialidad innata o papá Leopold puliendo el trabajo del niño como un *influencer* del siglo XVIII? Leopold Mozart, violinista y compositor, era el típico padre que llevaba a su hijo de gira por Europa como si fuera un mono de feria. ¿Fue Wolfgang un prodigio o el mejor proyecto de marketing musical de la historia? Los expertos siguen discutiendo si la partitura es 100% suya o un *collab* padre-hijo con más ediciones que un meme viral.
Aquí el dato jugoso: el manuscrito original tiene correcciones… pero nadie sabe si son de Leopold o de Wolfgang. ¿Un genio precoz o un bebé que tuvo la suerte de nacer en una familia con contactos? Si hoy existiera, Mozart tendría un TikTok tocando el clavicordio con filtro de mariposas y el hashtag #BabyBach. Eso sí, aunque fuera puro talento, no le quita mérito: componer a los cinco años sigue siendo más impresionante que tu récord de niveles en el Candy Crush.
¿Preguntas que nadie hace pero todos quieren responder? ¡Toma ya!
- ¿Mozart escribía partituras o garabatos con puré de manzana?
La KV 1 está en papel de línea, no en servilletas. Aunque seguro que Leopold le secaba las manos pegajosas antes de darle la pluma. - ¿Ese minueto sirve para arrullar bebés o para volverlos más listos?
Si lo pones de nana, quizá tu hijo componga una sinfonía a los tres años. O te demande por derechos de autor. - ¿Dónde está el manuscrito? ¿En un museo o en la nevera de los Mozart?
Lo tiene la Biblioteca Estatal de Berlín. Nada de imanes de “mi hijo es un genio” en la puerta, eso sí.
La «primera obra» de Mozart: ¿una sinfonía o un berrinche con peluca?
¿Qué hacías tú a los cinco años? Probablemente comías tierra o intentabas convencer a tu madre de que un cuarto juguete de dinosaurio era “urgente para sobrevivir”. Wolfgang Amadeus Mozart, en cambio, ya componía obras que hoy nos hacen cuestionar si nuestros logros adultos son, en realidad, un chiste mal contado. La discusión sobre su “primera obra” es un debate entre puristas de la música y aquellos que sospechan que, quizás, el pequeño genio solo quería llamar la atención entre llantos y tirones de peluca. ¿Fue una sinfonía estructurada o el equivalente del siglo XVIII a un TikTok de un niño prodigio?
La Sinfonía N.º 1 en mi bemol mayor (K. 16) suele llevarse el título de “primera obra seria”, compuesta cuando Mozart tenía… ¡ocho años! Sí, a esa edad él ya escribía sinfonías mientras el resto de la humanidad dominaba el arte de no mojar la cama. Pero espera: antes de eso, a los cinco, creó sus Andante en Do mayor y Allegro en Do mayor, piezas cortas que su padre, Leopold, anotó como propias… *ejem*, digamos que “supervisó”. ¿Fueron estos los verdaderos estrenos creativos de Wolfgang o solo berrinches melódicos para que papá le comprara más tinta y pelucas de seda? La historia se inclina por lo primero, pero la imagen de un Mozart miniaturizado dando pataletas con una peluca de tamaño desproporcionado es demasiado jugosa para ignorarla.
Hablemos de la peluca, porque sin ella el relato pierde chispa. En el siglo XVIII, las pelucas empolvadas eran como los AirPods actuales: todos las usaban, aunque nadie supiera muy bien por qué. Si Mozart arrojaba la suya al suelo en medio de un arrebato creativo (o porque le picaba el cuero cabelludo), ¿eso cuenta como parte de su proceso artístico? Los expertos dirán que no, pero los padres agotizados de niños con rabietas entenderán que, a veces, la genialidad y el caos son dos caras de la misma moneda… o de la misma peluca.
Mozart, pelucas y rabietas: lo que realmente quieres saber
- ¿Era la peluca de Mozart un accesorio anti-berrinches?
No consta que la usara como herramienta terapéutica, pero si te pones algo que pesa más que tu cabeza, quizás piensas dos veces antes de tirarte al suelo. - ¿Alguna sinfonía incluye sonidos de pataleta?
Los musicólogos no han detectado llantos en partituras, aunque el Allegro de sus obras tempranas podría ser el equivalente musical de correr en círculos gritando “¡no es justo!”. - ¿Le pagaban en caramelos por sus primeras composiciones?
Ojalá. En realidad, Leopold se encargaba de monetizar el talento de su hijo… y de asegurarse de que la peluca estuviera impecable para los conciertos.