Foto extraida del video de Youtube
Refranes y su significado: ¿sabes realmente lo que dicen tus abuelos? 😜
Cuando «A buenas horas, mangas verdes» no es un comentario sobre moda retro 👖
Los refranes son como los memes de la abuela: tienen más capas que una cebolla llorona. ¿Alguna vez has soltado un *“Más se perdió en Cuba”* pensando que hablabas de un viaje frustrado? ¡Error catastrófico! Resulta que la frase viene de cuando España perdió sus colonias en América. O sea, tu abuelo no está hablando de tus vacaciones canceladas, sino de un drama histórico. Y ni hablemos del clásico *“No hay moros en la costa”*. Spoiler: no es un anuncio de seguridad playera, sino que viene de cuando los piratas berberiscos asustaban a medio Mediterráneo. ¿Sigues pensando que los refranes son solo frases cursis?
El misterio detrás de «Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente» 🦐
Aquí va un juego: toma un refrán, añádele dramatismo y obtendrás una lección de vida con sabor a sopa de letras. *“A quien madruga, Dios le ayuda”* suena bonito hasta que descubres que, en la Edad Media, madrugar era sinónimo de no morir de peste o de hambre. ¿Y el famoso *“Donde hubo fuego, cenizas quedan”*? No, no es un poema romántico. Es la forma elegante de decir: *“Oye, que tu ex sigue tirándote miradas en el entierro de la tía Carmen”*. Los refranes son el *clickbait* del siglo XVI: prometen sabiduría y te dejan con más dudas que un examen de matemáticas.
¿»Cría cuervos y te sacarán los ojos»? ¡Alerta de drama familiar! 🐦⬛
Si piensas que este refrán es un consejo de tenencia de mascotas, necesitas urgentemente un diccionario de metáforas. La frase nació para advertir que la ingratitud duele más que una patada en la espinilla (y sin hielo para calmarlo). Otro ejemplo: *“El que tiene boca se equivoca”*. No, no justifiques tus meteduras de pata con esto. En realidad, era un recordatorio de que hasta los más listos pueden meter la pata… como cuando le dijiste a tu abuela que su pastel de zanahoria “sabía interesante”. ¡Error nivel Dios!
¿Te has quedado más perdido que un pulpo en un garaje? 🐙🚗
P: ¿Por qué los refranes suenan tan crípticos?
R: Porque antes no existía Google, y la gente se entretenía inventando acertijos para ligar en las plazas.
P: ¿“En casa del herrero, cuchillo de palo” significa que el tipo era un manazas?
R: Casi. Es como decir que el fontanero tiene el grifo roto en casa: prioridades invertidas, señores.
P: Si digo “Más vale pájaro en mano que ciento volando”, ¿soy un ornitólogo práctico?
R: No, pero sí un experto en conformismo. Traducción: “Conformate con lo que tienes, que la vida es dura”.
P: ¿“Agua que no has de beber, déjala correr” sirve para excusar mi hidrofobia?
R: Para nada. Es el equivalente antiguo de “Si no te interesa, no le des like”. Sutil, pero letal.
Refranes desenmascarados: la verdad detrás de los dichos que usas (y malentendes) 🕵️♂️
Cuando el refranero se pone chismoso: los dichos que nadie se atreve a cuestionar
¿Sabías que “A quien madruga Dios lo ayuda” originalmente era un chantaje celestial? En el siglo XVII, los curas usaban el refrán para obligar a los feligreses a llegar temprano a misa… o quedarse sin asiento y sin bendición. ¡El primer *FOMO* de la historia! Y hablando de manipulación, “El que ríe último ríe mejor” no es sobre venganzas épicas: venía de las ferias medievales donde los bufones guardaban el chiste más grosero para el final y, si el público no reía, les tiraban tomates. ¿A que ahora miras a tu cuñado en las cenas familiares con otros ojos?
Lista de refranes que necesitan un abogado defensor (y un traductor)
- “No hay moros en la costa”: Nada que ver con racismo. Los vigías españoles del siglo XV gritaban esto cuando no veían piratas berberiscos… o sea, el “todo tranqui” de la época. Eso sí, si decías “sí hay moros”, corríamos más que un influencer en saldo de Zara.
- “Ojo al Cristo que es de plata”: No es un consejo para turistas en iglesias. Los artesanos de Toledo usaban esta frase para alertar de que una imagen religiosa era demasiado valiosa… o sea, el “no te lo lleves, Judas” de la artesanía.
- “Estar en la edad del pavo”: Los pavos no tienen la culpa de tu adolescencia torpe. El dicho viene de que a los 14-15 años (edad en que los pavos se sacrificaban) los jóvenes empezaban a trabajar… y a meter la pata como becarios del siglo XVI.
¿Y si “Camarón que se duerme se lo lleva la corriente” es fake news?
Pues sí. Los camarones no duermen. Nada. Cero. El refrán fue inventado por pescadores asturianos para justificar por qué llegaban tarde a casa: “Amor, es que los bichos estos no descansan”. La verdadera moraleja: si tu pareja usa excusas marinas, revisa su WhatsApp. Y no hablemos de “Cría cuervos y te sacarán los ojos”, que en realidad era un manual de crianza del siglo XIII (“No dejes que tus hijos roben huesos de tumbas, Carmen, ¡luego vienen las maldiciones!”).
Tu mente después de este artículo:
¿De verdad usamos mal los refranes desde hace siglos?
Peor: los hemos distorsionado más que un espejo de feria. Imagina un juego del teléfono roto… pero con abuelos, guerras y algo de vino de por medio.
¿Cuál es el refrán más traicionero?
“A caballo regalado no se le miran los dientes”. Error. En la Edad Media, si te regalaban un caballo cojo o ciego, podías demandar al generoso… ¡y ganar! Así que sí: miraba los dientes, las pezuñas y hasta el historial crediticio del animal.
¿Algún refrán que siga significando lo mismo?
Sí. “Después de la tempestad viene la calma”… hasta que alguien en el siglo XX añadió “…y luego otra tempestad, porque el clima está loco”. Bueno, eso último no, pero debería.