Foto extraida del video de Youtube
Los regalos de comunión para niño que NO necesitas (pero te van a encantar)
1. El tablet «para estudiar» que en realidad es una máquina de caos
¿Qué mejor que regalar un dispositivo que grita *»¡es educativo!»* mientras el niño descubre TikTok y se vuelve adicto a los videos de tortugas comiendo lechuga? Tablets con funda anti-golpes (porque sobrevivirá más caídas que tu orgullo familiar) y apps de matemáticas que jamás se abrirán. Incluye:
– Auriculares inalámbricos (para que escuche *»Baby Shark»* en loop sin piedad).
– Stickers de dinosaurios (para camuflar los arañazos del gato).
– Promesa no escrita de que los padres te odiarán en silencio.
2. La colección de relojes de lujo que nunca usarán
Porque nada dice *»felicidades por tu comunión»* como un Rolex de juguete que se descompone en dos días. Relojes con GPS (para localizar al niño cuando huya de la misa aburrida), cronómetro (ideal para medir cuánto aguantas su cara de «¿esto es todo?») y correa de cuero sintético que acabará en el estómago del perro. Bonus: incluye manual de instrucciones en 12 idiomas que nadie leerá.
3. El set de vajilla personalizada… para alguien que come nuggets
Platos con su nombre bordado en oro, copas de cristal tallado y servilletas con el ángel de la guarda. Perfecto para la ocasión en que el niño decida cenar *cereal con ketchup*. Ventajas:
– Aporta elegancia a las meriendas de gusanitos.
– Convierte el acto de romper un plato en un drama shakesperiano.
– Garantiza que la abuela pregunte *»¿y esto para cuándo es?»* cada Navidad.
¿Y si el niño prefiere un jamón ibérico? (Preguntas que nadie hizo pero respondemos igual)
¿Es mala idea regalar algo que requiera pilas?
Sí, pero imagina la cara de los padres cuando el tambor electrónico empiece a sonar a las 7 AM un domingo. ¡Incalculable!
¿Un peluche de tamaño natural de un oso?
Claro, si quieres que el niño desarrolle un trauma al descubrir que los osos no hablan. Prioriza especies menos espeluznantes, como un delfín o un pulpo de tres ojos.
¿Puedo regalar algo que yo quisiera de pequeño?
Un tren eléctrico, una espada láser, una colección de piedras… Adelante, pero recuerda: tú no tendrás que montar el circuito a las 3 AM ni explicar por qué la espada no corta el sofá.
¿Y si el regalo es dinero en efectivo?
Aburrido, pero práctico. Compensa metiendo los billetes en una piñata con forma de monaguillo. Así justificas el caos y cumples con la tradición.
¿Alguna opción que no implique deudas ni terapias futuras?
Un libro. Pero no uno cualquiera: elige uno que enseñe a hacer burbujas de jabón gigantes. Al menos, el desastre será fotogénico.
Regalos para primera comunión que no sean un sobre con dinero (aunque el sobrino siga mirándote con cara de poker)
Juguetes que no piden clemencia (ni baterías)
¿Quieres que el crío deje de mirarte como si hubieras robado su helado? Olvídate de los juguetes electrónicos que suenan como una alarma de incendios. Piensa en clásicos atemporales:
- Un ajedrez de madera: Para que aprenda a dar jaque mate antes de que sus hormonas le den jaque a la familia.
- Un telescopio de juguete: Así podrá espiar a los vecinos en vez de clavarte la mirada de tiburón hambriento.
- Un kit de magia: Si logra sacar un conejo del sombrero, quizás te perdone por no financiar su futura consola.
Libros que no son aburridos (lo juro)
Nada de enciclopedias de santos que duermen más que un gato en invierno. Busca historias con chispa:
- Ediciones ilustradas de clásicos: Caperucita Roja, pero con memes en los márgenes. *»Abuelita, ¿por qué tienes TikTok?»*.
- Cuentos personalizados: Donde él sea el héroe que derrota a la tía que le pellizca las mejillas.
- Un diario con candado: Para que escriba sus secretos… o su lista de regalos fallidos (cuidado con tu nombre).
Experiencias que no caben en un sobre
Si el dinero te da alergia, regala recuerdos que no se gasten en chuches:
- Una excursión en globo aerostático: Porque flotar a 500 metros aleja el rencho infantil.
- Clases de algo friki: Cocina de cupcakes, robótica, o cómo domar dragones (esto último depende del presupuesto).
- Una caja de suscripción mensual: Desde experimentos científicos hasta manualidades. *»Tío, ¿esto es ácido bórico o azúcar?»*.
¿Y si el sobrino me declara la guerra?
Pregunta trampa: *»¿Y si solo quiere dinero para comprar skins en Fortnite?»*. Respuesta: Invítale a una partida y deja que te gane. El orgullo herido duele menos que vaciar la cartera.
Otra duda existencial: *»¿Un regalo religioso es obligatorio?»*. Si la familia es más católica que el Vaticano, un rosario de colores. Si no, una pulsera con su nombre. La fe mueve montañas, pero el estilo mueve likes.
Último recurso: *»¿Y si el regalo es tan grande que no cabe en el coche?»*. Simple: envuélvelo en 15 capas de papel. La frustración le distraerá de tu falta de liquidez.