¡Un tributo regio a Queen Valencia: donde el rock se encuentra con la magia de la Ciudad de las Artes!

Foto extraida del video de Youtube


¡El «Tributo a Queen Valencia» que hará temblar la Ciudad de las Artes (y tus pelucas de Freddie)!

Queenomaníacos, ¡preparad las cuerdas vocales (y las pelucas más alocadas)!

El Tributo a Queen Valencia no es un concierto, es un tsunami de lycra, power ballads y falsetes que resucitará a Freddie en el Oceanográfico. Imagina: la Ciudad de las Artes convertida en un *Wembley valenciano*, con el «¡Ay-Oh!» de la multitud haciendo eco entre las lucernarias. ¿Setlist? Más previsible que el bigote de Mercury, pero con sorpresas: desde el *killer solo* de Brian May en «Brighton Rock» hasta un «Bicycle Race» que hará temblar las bicis de alquiler. Aviso: si no quieres terminar tarareando «I Want to Break Free» con una escoba como micrófono, mejor quédate en casa (mentira, no te quedes).

¿Freddie holograma? No, pero casi: el «clon» que hará llorar a tus AirPods

El vocalista de esta troupe tiene más parecido con Mercury que un plato de paella con azafrán. Chaquetas de leopardo, micrófono desmontable y cadera basculante incluidos. ¿Highlights? Cuando entone «Bohemian Rhapsody» y 5.000 valencianos griten *»Mamaaa, just killed a man»* con acento del Cabanyal. Eso sí: el técnico de sonido tiene orden de subir el bajo hasta que las palmeras del Umbracle se conviertan en palmeras de discoteca. ¿Efectos especiales? Tu vecino de asiento cantando *»Radio Ga Ga»* como si le debieran la hipoteca.

Guía rápida para sobrevivir (y no perder la peluca en la stampida)

  • Look obligatorio: desde camiseta vintage de 1986 hasta pijama de satén estilo «I Want to Break Free» (respetamos el arte).
  • Zona de peligro: primera fila. Riesgo de recibir una rosa plástica en la frente durante «Killer Queen».
  • Post-concierto: ataque de nostalgia + urgencia por aprender a tocar la batería en 3 días. Efectos secundarios normales.
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🚨¿Preguntas? ¡Aquí el «A Kind of Magic Help»!🚨

¿Puedo llevar mi hurón disfrazado de John Deacon?
Solo si el animal aguanta más de 4 minutos de guitarrazos sin pedir auxilio en valenciano.

¿Habrá merchandising de «Chocolate Salty Balls» (perdón, «Salty Peanuts»)?
No, pero venderán pañuelos con sudor ficticio de Freddie (100% algodón, 0% vergüenza).

¿Y si canto mejor que el tributo?
Demuéstralo en el karaoke post-evento: «The Show Must Go On» a cambio de una horchata gratis. Spoiler: todos ganan.

¿Aceptan mariachis espontáneos para «Somebody to Love»?
Solo si vienen con sombrero luminoso y prometen no eclipsar al saxofón en «Princes of the Universe».

¿Qué hago si mi peluca vuela al escenario durante «Don't Stop Me Now»?
Corre a recuperarla antes de que el cantante la adopte como *nuevo accesorio místico*.

¿»Bohemian Rhapsody» en la paella? Descubre el tributo a Queen en Valencia que hasta Brian Envidiaría

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Imagina esto: un arroz alicatado con solera, una guitarra que suena a «I Want to Break Free» y un coro de valencianos entonando «Mamaaa, ¡just killed a clam!». No, no es un sueño febril tras comer demasiada horchata. Es el tributo más surrealista a Queen que ha parido el Mediterráneo. Cada mes, un local escondido en el Carmen se transforma en el Wembley de las fallas, donde Freddie Mercury cobra vida entre sartenes gigantes y el público corea «¡Bis! ¡Bis!» con acento churro. Eso sí, aquí nadie lanza bocados de pan duro: el protocolo exige agitar paelleras al ritmo de «We Will Rock You».

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De la paellera al escenario: la receta secreta

El menú del evento incluye:

  • «Another One Bites the Crust»: arroz meloso con costra de queso (y un toque de lágrimas de Roger Taylor).
  • «Don’t Stop Me Now (que tengo hambre)»: tapas inspiradas en los 80, servidas a velocidad de «Brighton Rock».
  • «Bicycle Race» con allioli: porque pedalear tras la tercera ración es obligatorio.

El chef, alias Freddie Mariscui, jura que su sofrito lleva «un poco de amor, un poco de sal y el alma de John Deacon». Lo único confirmado es que Brian May, si probara esto, cambiaría su guitarra por una rasera.

¿Y esto por qué existe?

La idea nació cuando un grupo de amigos, tras ver *Rhapsody Bohemia* por décima vez, decidió que Valencia necesitaba menos tomate y más ópera rock. El resultado es un cóctel donde el gazpachódromo se funde con el «Radio Ga Ga». Eso sí: prohibido decir «ay, qué calor» durante «The Show Must Go On». Aquí se suda con estilo, se baila como si el arroz se quemara y se termina la noche gritando «¡Galileo!» frente a una paella vacía. ¿Efectos secundarios? Posiblemente tararear «Barcelona» cada vez que ves una naranja.

¿Volverán los Bohemios? Preguntas que arden más que un solo de Brian May

¿De verdad mezclan Queen con paella?

Sí, pero sin transgénicos. El arroz se cocina a fuego lento mientras suena «Killer Queen», y la leña es de maderas nobles… o de las batutas de la Orquesta de Valencia, quién sabe.

¿Hay que llevar sombrero de plumas?

Opcional, pero recomendado. Eso sí: si te pones una camiseta amarilla, prepárate para que te llamen «Mr. Bad Guy» toda la noche.

¿Brian May ha enviado un fax de aprobación?

No confirmado, pero un hombre con pelo afro fue visto comprando azafrán en el Mercado Central. Coincidencia? ¡No lo creemos!