ÚNICAMENTE para la primera letra del título

Foto extraida del video de Youtube


Solobasket: cuando la cancha es tuya y la pelota… ¡También! (spoiler: no hay nadie más)

El arte de jugar contra tu sombra (y ganar, obvio)

Imagina esto: la cancha vacía, el aro mirándote como un viejo amigo y tú, el balón y el eco de tus propios pasos. El solobasket no es solo un deporte, es un diálogo íntimo entre tus zapatillas y el asfalto. ¿Ventajas? Nadie te grita “¡pásala!”, no hay que discutir si fue falta o no, y si fallas un tiro, la única cara de decepción es la tuya (y quizá la de un pájaro mirón). Aquí, el único pase que existe es el que le haces a tu yo del futuro: *“Espérame, que ahora encesto”*.

Deja de contar jugadores: aquí las reglas las pones tú

¿Cansado de que te roben el balón como si fueras el repartidor de pizzas de la cancha? En el solobasket, eres el capitán, el entrenador y el waterboy. ¿Quieres practicar triples hasta que se haga de noche? Adelante. ¿Prefieres fingir que eres Michael Jordan en el ’98 contra un rival imaginario? Go for it. ¿O simplemente botar el balón mientras piensas en qué diría tu ex si vieras lo bueno que estás ahora? *También vale*. Eso sí, cuidado con celebrar demasiado: si gritas “¡Kobe!” y no hay nadie cerca, te mirarán raro.

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La lista definitiva de cosas que solo pasan en solobasket

  • No hay excusas: Si pierdes, es contra ti mismo. Y eso duele más que un codazo en las costillas.
  • El marcador siempre miente: ¿50-2? Claro, y el 2 fue por caridad.
  • Tu peor enemigo es el viento: Ese tiro que juraste era canasta… lo negará hasta la tumba.
  • La soledad tiene soundtrack: El rebote del balón se convierte en tu playlist personal. *Tun-dum, tun-dum, tun-dum*.

¿Te has quedado solo hasta en el basket? Preguntas que nadie te hace (pero igual respondemos)

¿Cómo sé si soy bueno si no hay rivales?
Fácil: si el balón entra, eres una leyenda. Si no, culpa al aire (nunca a ti).

¿Puedo inventar mis propias reglas?
¡Claro! ¿Quién dijo que no vale hacer triple salto mortal antes de tirar? Eso sí, si te rompes una rodilla, la ambulancia también jugará solobasket.

¿Y si me aburro de mí mismo?
Ahí está el truco: habla con el aro. Ejemplo: *“¿Otra vez tú? Pensé que teníamos un trato”*. Si no responde, preocúpate.

¿El solobasket quema calorías o solo ilusiones?
Ambas. Corres, saltas, sudas y, de paso, quemas la esperanza de que alguien te vea hacer esa canasta imposible.

¿Es normal ponerse de árbitro?
Totalmente. Si te pitas falta a ti mismo, tienes un problema de autoestima. O un trauma con el deporte en equipo.


*Nota mental: Si ves a alguien más en la cancha, no es solobasket. Es intrusismo laboral. Actúa en consecuencia (o corre).*

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Solobasket vs el mundo: la épica batalla de quien no tiene con quién jugar (y su amigo imaginario)

El arte de inventar rivales (y perder contra ellos)

Imagina esto: tienes un balón, una canasta y un ego frágil que proteger. El problema: cero amigos disponibles para jugar. La solución: Solobasket, el deporte olímpico donde tú eres el jugador, el entrenador, el árbitro y, ocasionalmente, el público que grita “¡FUUUERA!” desde la grada imaginaria. ¿Y el amigo imaginario? Él es tu Michael Jordan particular, excepto que también tiene que hacer de portero del banquillo. Jugar contra la pared es fácil, pero cuando la pared te hace un bloqueo épico y tú te quedas mirando el rebote como si hubiera robado tu almuerzo, la cosa se pone seria.

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Guía rápida para no parecer un lunático (aunque lo seas)

Aquí van tres trucos avalados por nadie para que tu solitario partido de baloncesto no termine con una intervención de tus vecinos:

  • Grita “¡FALTA!” en dirección a un árbol. La naturaleza es tu rival más implacable.
  • Celebra cada canasta como si ganaras las Finales NBA… y luego discute con tu sombra por si fue triplete o no.
  • Inventa un nombre épico para tu amigo imaginario (ejemplo: “LeBron James de las macetas”). La clave está en los detalles.

Si alguien te pregunta, di que estás “entrenando para una liga invisible”. Total, ¿acaso ellos ven el Wi-Fi?

¿Qué pasa cuando tu único pase es contra el viento?

El balón botando, el sudor corriendo y la certeza de que, si te lesionas, tendrás que arrastrarte hasta casa como un personaje de *The Last of Us*. Solobasket no es solo un juego: es un estilo de vida para los que saben que el verdadero MVP es la capacidad de no hablar solo (mucho). ¿Y si fallas el tiro ganador? Fácil: culpa al amigo imaginario. Él siempre será el chivo expiario perfecto, sobre todo porque no existe. Eso sí, si algún día aparece alguien para jugar contigo, cuidado: puede que te dé un corte de digestión pasar de ser leyenda a mortal.

¿Te están grabando para un documental o solo estás perdiendo la cabeza? Preguntas incómodas

– ¿Cómo sé si mi amigo imaginario es mejor que yo?
Si le ganas siempre, es señal de que tienes un problema de ego. Si te gana él, es señal de que tienes un problema existencial.

– ¿Puedo cobrar entrada a los pájaros para ver mi partido?
Sí, pero acepta solo semillas. El efectivo se lo queda el amigo imaginario (él tiene deudas en el mundo real, obvio).

– ¿Es normal hablarle al aro como si fuera un ex?
Totalmente. Frases como “¿Por qué me haces esto?” o “Vuelve, por favor” son válidas. Eso sí, si el aro te responde, busca ayuda… o un contrato con la NBA.