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¿A quién tenemos que reclamar en caso de sufrir un accidente en una piscina?

Ya esta aqui la temporada de verano y a su vez, también ha llegado la temporada de piscina. Aunque no todos tengamos la posibilidad de bañarnos en una piscina todos los días, existen numerosas piscinas abiertas al público durante todo el verano en horario ininterrumpido. El problema llega cuando sucede algún accidente, ya sean pequeños resbalones o cortes o incluso golpes con el bordillo y traumatismo ¿A quién tenemos que acudir si tenemos un accidente en una piscina? En este post veremos los pasos a seguir en casi de sufrir un accidente en una piscina.

 

Accidentes de piscina y su responsabilidad

Los resbalones al bajar las escalerillas, los golpes con los bordes y los cortes son riesgos probables -e inevitables muchas veces- en las piscinas. Y, además, son los más frecuentes. Si un tranquilo día de descanso se ve truncado por un accidente, conviene saber qué hacer y, de ser preciso, cómo reclamar.

No es lo mismo hacerse un pequeño corte o tener un resbalón sin importancia que sufrir un traumatismo o terminar con una lesión importante derivada de que las instalaciones estén descuidadas o debido a la mala praxis de los socorristas. En algunos casos bastará con aplicar una cura, mientras que en otros se debe solicitar asistencia médica, reclamar e incluso pedir una indemnización.

Tanto las piscinas públicas como las privadas tienen el deber de mantener sus instalaciones en buen estado. Es su obligación proporcionar condiciones seguras y saludables, que estén libres de todo daño evitable.

  • Los accidentes que ocurren en las públicas se deben, casi siempre, a socorristas mal entrenados o situaciones de poco personal, condiciones de hacinamiento, superficies resbaladizas, drenajes defectuosos, profundidades de agua no señalizadas o mal señalizadas y otras circunstancias peligrosas.
  • En las privadas, se originan por falta de supervisión, equipos defectuosos, falta de puertas de seguridad, profundidades de agua poco o mal señalizadas y otras formas de negligencia.

Los responsables de un accidente son en algunas ocasiones los socorristas, si el percance se debe a que no ejecutaron bien su trabajo (o a una omisión de su deber). Pero, en última instancia, la responsabilidad recae en la Administración (ayuntamiento, diputación…) en el caso de piscinas públicas o el propietario, en el de las privadas. La justicia así lo ha reconocido en diversas sentencias, en casos de tetraplejia y lesiones en la columna.

Cuando se produce un accidente de gravedad y la responsabilidad es ajena al usuario de la instalación acuática, en función de la importancia y gravedad de la lesión, y las circunstancias en que se produzca, se puede reclamar una indemnización que repare el daño causado.

Si aún así sufriera un accidente, ¿qué debe hacer?

  • Tomar imágenes del lugar donde ocurre. A ser posible, es mejor hacer una foto panorámica y alguna concreta del lugar. Trazar un plano de situación.
  • Describir la dinámica del accidente e intentar buscar testigos que no sean familiares ni amigos, ya que serán más objetivos. Además, conviene tratar de conocer si ha habido otros casos similares en la misma piscina.
  • Hay que explicar si la asistencia se recibe en el lugar, si se desplazó una ambulancia hasta allí… Es necesario recopilar todos los informes médicos de la lesión tanto los que se produjeron en el mismo momento como posteriores, si los ha habido.
  • Se debe localizar a un responsable de la piscina y rellenar hojas de reclamaciones donde quede constancia del accidente sufrido. Hay que quedarse con una copia con sello de entrada o justificante de recepción. Si no se puede hacer en ese instante, debe realizarse en cuanto se pueda.
  • En caso de necesitar sus servicios, y si se pretende obtener una indemnización que repare el daño, puede ser necesario contratar los servicios de un abogado y contemplar la posibilidad de ir a juicio.

Hay sentencias judiciales que han obligado a indemnizar a los bañistas lesionados en una piscina. Numerosos accidentes surgieron por incompetencia de los socorristas y en ese caso, los pasos a seguir son más complejos. Los accidentes que ocurren con más frecuencia, por desgracia, en piscinas públicas y privadas suelen ser los ahogamientos, ya sea por una chapuzón justo después de comer, en el que podamos sufrir una gran ingesta de comida o porque no saber nadar. Es una de las causas más comunes de accidentes en piscinas y por desgracia, a la que menos importancia le solemos dar.