Educación

¿Quieres aprender a decir que no? Si sigues estos consejos conseguirás decir lo que piensas

El derecho a decir no, aunque no parece estar recogido en ninguna Carta Magna, es la base de una vida emocional estable. Saber decir que no es como alcanzar el nirvana emocional: un camino largo que requiere habilidad, empatía y asertividad. ¿Sabes qué es la asertividad? Una habilidad social que permite decir que piensas y sientes, defender tus derechos y tus opiniones, sin herir emocionalmente a nadie y sin dejarse herir por nadie. ¿Difícil? Los psicólogos parecen estar de acuerdo en que la asertividad, como otras habilidades, se entrena, debes trabajar en ella para mejorar. Y para conseguir mejores y mayores logros es necesario tener en cuenta ciertas claves.

Decir no tiene su secreto. Te ofrecemos 7 consejos para aprender a decir no sin sentirte frustrado e incomprendido. Es importante saber decir no, establecer límites y respetar, del mismo modo, los límites de los demás. Decir no es difícil cuando eso supone ir en contra de las expectativas de otros (jefes, amigos, familia, clientes), de la imagen que otros han generado sobre nosotros mismos, pero no es imposible. ¿Cómo decir no?

Sé claro, no tengas miedo a decir que no: “Lo siento, no lo voy a hacer”. Claro, conciso, rotundo. Decir que no no es admitir un fracaso, no es fallar, no es perder. Decir no es admitir que hay cosas que no puedes ni quieres hacer y expresarlo con claridad es el primer paso para eliminar frustraciones.

No hay peros: “No, pero…” es como cavar tu propia tumba. Sin excusas, sin “peros”. Con argumentos y razones, eso sí. “No puedo hacer esto que me pides porque antes tengo que terminar las tareas que me han asignado y tienen prioridad”.

Evita usar la expresión “es que” después de un no. “Es que” suena a mi perro se ha comido mis deberes y no es esa la impresión que quieres dar.

Argumenta las razones de tu no. Sin “peros” ni “es ques” pero sin con “porques”. Ofrece razones a tu interlocutor para que entienda tu no.

No esquives las mirada. Lo que dices con tu lenguaje corporal es tan importante como aquello que dices con tus palabras. No rehuyas la mirada de tu interlocutor. Habla con tranquilidad y confianza.

No cruces los brazos. Es un signo de desconfianza, incomodidad y una actitud que se asocia a estar a la defensiva. Evita transmitir este tipo de sensaciones que causarán un efecto negativo en tu interlocutor.

Mantén manos y actitud corporal fime: no juegues con el boli, los pendientes, la grapadora… Transmite tranquilidad y confianza a través de tus palabras y razonamientos pero también a través de tu lenguaje corporal.

Prueba estos trucos para mostrar seguridad y asertividad cuando dices no y cuéntanos el resultado.