Piscinas desmontables para terrazas o jardines

Cuando llega la época de calor, contar con una piscina en la urbanización o en nuestro propio jardín suele ser un buen recurso tanto para lo que vivan en la casa como para los familiares y amigos que puedan disfrutarla. Las piscinas desmontables permiten aprovechar muy bien el espacio, son más económicas que las de obra y al ser más pequeñas, suelen necesitar menos agua. Existen numerosos modelos de tamaños y materiales muy distintos. En este post veremos cual es el mejor lugar para montar una piscina desmontable y a la vez, cómo elegir el material que más se adapta a nuestras necesidades.

 

El jardín: el mejor sitio para una piscina

Cuando llega el verano, es muy práctico contar con una piscina para refrescarse en casa. Sobre todo las personas que viven en la ciudad y no tienen ninguna playa cerca serán quienes den más valor a esta posibilidad. Las opciones para tener una piscina en el hogar son muy variadas.

Se puede hacer obra y construir una con materiales permanentes o bien adquirir una piscina desmontable. Estas últimas son muy apropiadas para viviendas en las que el jardín o patio no es muy grande, porque cuando termina la temporada se quitan hasta el siguiente verano y el espacio de terreno de nuevo queda libre. Estas últimas, además, pueden ser mucho más económicas.

El jardín es el sitio más apropiado para instalar una piscina, por varios motivos. Por un lado, es donde suele haber espacio disponiblepara colocarla directamente sobre el suelo, sin los riesgos que -como se explica más adelante- acarrea su instalación en una terraza o la azotea.

Por otra parte, el jardín es en general la zona más fresca de la casa y, si se cuenta con algún árbol o arbustomás o menos alto, ofrece sombra para descansar fuera del agua protegidos del sol, sin necesidad de poner un toldo o techo. Además, la humedad de la piscina puede contribuir a preservar la humedad del jardín, en épocas de mucho calor y, como consecuencia, sequía.

El aspecto negativo es que, al estar cerca de árboles y plantas, el agua de la piscina se ensucia bastante, debido a hojas, ramitas y otros fragmentos que caen o son arrastrados por el viento. Para protegerla, se recomienda el uso de cobertores especiales, sobre todo durante la noche, y limpiarla con bastante frecuencia.

Diferentes materiales para diferentes piscinas

Existe una amplia gama de piscinas desmontables construidas con acero, elaboradas con sistemas más o menos sofisticados y de distintas dimensiones.

Además de las coberturas de madera que poseen algunos modelos, otros diseños disponen de una superficie exterior que imita la de una pared de piedra, lo cual brinda un encanto especial a la piscina.

Conviene tener en cuenta, además, en el momento de mirar precios y elegir, si el modelo en cuestión incluyeescaleras (tanto interior como exterior), bombas, filtros de arena, tapices para el suelo y otros accesorios que pueden resultar necesarios o, al menos, útiles.

También se puede recurrir, por supuesto, a las piscinas pequeñas dePVC o materiales sintéticos similares, como las típicas hinchables o con estructuras tubulares. Especiales para los niños, estas piscinas ocupan poco espacio y se montan y desmontan con mucha facilidad. Sus precios son muy bajos (desde 50 euros se pueden conseguir más reducidas en dimensiones) y ofrecen horas de diversión y frescura para los menores de la casa.

 

Si algo bueno tienen las piscinas de PVC es que  ocupan poco espacio, se montan con mucha facilidad y son muy cómodas para los niños. Pero la realidad es que antes de empezar a montar una piscina en una terraza o en un ático, hay que tener en cuenta que existen importantes riesgos y que todo está regulado por ley. Así pues, es necesario asegurarnos que cada metro cuadrado (m2) de suelo de una vivienda debe ser capaz de soportar un peso de 200 kilogramos (kg). Por otro lado, para evitar cualquier susto y disponemos de un jardín, siempre será preferible poner la piscina en un jardín donde no exista riesgo de hundimiento del suelo.

¿Cómo desengrasar las baldosas?

A la hora de fregar el suelo, es muy común usar productos específicos para limpiar y quitar las manchas pero lo cierto, es que muchas no se quitan con los fregasuelos y demás producto. Con estos, solamente se puede limpiar las manchas superficiales pero mucha suciedad como la grasa se incrusta entre las baldosas y crean manchas invisibles. Existen dos productos adecuados para estos problemas de limpieza.

El amoniaco, el mejor desengrasante

El limpiador más típico es el amoniaco. Su capacidad desengrasante es muy alta y es el producto más recomendado para hacer desaparecer las manchas difíciles. Además de la grasa, sirve para limpiar otras sustancias rebeldes, como las de café, zumos y sangre. Además de suelos y paredes, con este producto también se pueden limpiar moquetas y alfombras. El lado negativo del uso del amoniaco está dado por su mal olor y el riesgo de intoxicarse al inhalarlo: puede causar desde irritación en la garganta y los ojos o daños en la piel hasta problemas graves e incluso la muerte. Más allá de eso, si se emplea con precaución, el amoniaco es un valioso aliado de la limpieza.

La lejía: desinfectante y blanqueador

Otro producto muy utilizado es la lejía. La principal cualidad de la lejía radica en su carácter desinfectante, ya que gracias a su componente activo (el hipoclorito de sodio) tiene la capacidad de eliminar prácticamente todos los microorganismos y restos de materia orgánica. Es muy bueno para blanquear superficies, pero esto también entraña el riesgo de arruinar el color original, tanto en suelos como en ropa. Al igual que el amoniaco, su inhalación es peligrosa: su uso prolongado aumenta el riesgo de sufrir problemas respiratorios.

Hay que tener en cuenta que, más allá de los daños graves que puede provocar la lejía al blanquear las baldosas, siempre que se aplica cualquier sustancia química sobre una superficie su aspecto resulta afectado. Debido a esto, se debe procurar que el uso de estos productos sea lo menos frecuente posible.

Productos naturales que limpian las baldosas

Además de los productos limpiadores, existe la posibilidad de emplear productos naturales para la limpieza de las baldosas. Una opción es la del bicarbonato. Si se disuelve una cucharada sopera de esta sustancia en cinco litros de agua templada, se obtiene un líquido que desengrasa las baldosas y las deja brillantes. Tras aplicarlo, este líquido se seca muy rápido y permite obtener muy buenos resultados.

Algo parecido ocurre con otro líquido obtenido a través de fórmulas naturales y de forma aún más «casera»: el agua en el cual se han hervido patatas. Deben ser patatas sin pelar ni lavar. Se hierven en un cazo, luego se retiran y el líquido resultante se utiliza tal como está, sin dejar enfriar ni mezclar con otras sustancias. Lo más aconsejable es usar una fregona, que conviene empapar en el líquido para mojar bien las baldosas. Al igual que en el caso del agua con bicarbonato, no hay que secar la superficie, sino dejar que se seque con el aire del ambiente.

 

Existen varias alternativas para la limpieza a fondo de las baldosas de casa. Una de las más recomendadas es, sin duda, en las que se usan productos naturales como el bicarbonato o el agua hervida de las patatas ya que no son peligrosos a su uso. La lejía y el amoniaco tiene propiedades muy eficaces en cuanto a limpieza pero sus usos prolongados pueden causar numerosos problemas respiratorios.

¿Cómo regar las plantas si nos vamos de vacaciones?

¿Te vas de vacaciones durante un tiempo largo y no sabes qué vas a hacer con tus plantas? Existen varias técnicas de regado que permiten despreocuparse del riego de éstas durante unos días… incluso unas semanas. Aún así, las plantas son seres vivos que necesitan más cuidados. En este posts te contamos algunas técnicas para mantener a las plantas bien regadas durante el tiempo que estemos fuera, si no tenemos a nadie para cuidar de ellas.

Riego por capilaridad

Una de las fórmulas indicadas para que a las plantas no les falte agua en ningún momento es el riego por vía capilar. En este caso, hay varios sistemas que permiten que la tierra permanezca húmeda durante un largo periodo de tiempo.

Una de estas técnicas consiste en colocar un gran paño de fieltro junto al fregadero de la cocina. Este debe estar lleno de agua, de modo que se pueda sumergir un extremo del fieltro. Sobre la tela que queda en la encimera se colocan las macetas y el agua subirá hasta el sustrato por capilaridad.

Otra opción es poner los tiestos en la bañera. Para ello, hay que tapar el desagüe y proteger el fondo con un plástico. A continuación, se colocan sobre este unos ladrillos o cualquier otro objeto que sirva de soporte a las plantas. Se llena la bañera de agua hasta cubrir unos cinco centímetros de altura y se ubican lasmacetas sobre los ladrillos. La capilaridad hará el resto.

Una tercera solución pasa por colocar los tiestos alrededor de un cubo lleno de agua y conectar ambos recipientes con unas mechas de algodón o fieltro. El agua pasará por estas a la tierra.

Una alternativa más sofisticada de riego por capilaridad es el uso dehidrojardineras. Estos recipientes son una especie de maceteros con una rejilla separadora que forma el depósito del agua, unas mechas conductoras que se sumergen en este depósito, un tubo de llenado y otro con un respiradero en el que se indica el nivel del agua, que debe estar siempre en una posición intermedia, entre el mínimo y el máximo. Al igual que en los casos anteriores, el tejido se empapa y el agua sube al sustrato por capilaridad, lo que permite que las plantas tengan agua durante un mínimo de tres semanas.

Riego por imbibición

Para llevar a cabo el riego por imbibición de las plantas, se necesita un recipiente que pueda albergar todos los vegetales, un plástico y turba.

El proceso es sencillo. Hay que forrar el receptáculo con el plástico, llenarlo de turba y saturar esta última de agua. Por último, se entierran las macetas en el sustrato hasta el borde, de manera que la tierra pueda absorber la humedad de la turba.

La forma que parece más sencilla y económica sigue siendo el riego por goteo, que regula el agua que recibe la planta poco a poco y puede durar mucho tiempo. Además, podemos crear fácilmente un sistema de riego por goteo en casa gracias a una botella de agua de plástico y un agujerito hecho con un alfiler. Podemos hacer también que la propia tierra vaya cogiendo el agua que necesite enterrando la boquilla de la botella, quitándole la base y llenándola de agua.

Añadir un poco de luz a nuestro jardín con un toque decorativo

Los bolardos de luz son pequeñas columnas que aportan luz y decoración a nuestro jardín. Además, son ideales para delimitar caminos o iluminar algún punto de interés cultural.  Junto a un banco, una escultura o un estanque, un bolardo de luz puede crear efectos preciosos. Y es que, además de ser muy prácticos y económicos (la mayoría se encienden con luces de bajo consumo) aportan un toque moderno y decorativo en los espacios donde se instalan. En este post vamos a ver como usar estos bolardos de luz en nuestro jardín.

Los bolardos de luz y sus usos en el jardín

Desde su creación, los bolardos (pequeñas columnas que evitan que los coches transiten por zonas reservadas a los peatones) han ido ampliando sus usos. Primero los adoptaron otros espacios públicos y sitios profesionales, y desde allí llegaron al ámbito doméstico. La posibilidad de convertirse en lámparas, a través de la coloración de un foco en su extremo superior, los hace idóneos para dar luz al jardín.

Los bolardos de luz se pueden instalar de forma individual, para que uno de ellos ilumine un sector que durante la noche recibe muy poca o ninguna luz artificial y queda muy oscuro. También es posible emplear varios para señalar y alumbrar un camino, como una alternativa a las lámparas empotradas en el suelo que pueden cumplir esta misma función.

Otra opción es que sirvan como separadores de distintas áreas deljardín, o bien para que realcen la importancia de un determinado sitio. Junto a un banco, una escultura o un estanque, un bolardo de luz puede crear efectos muy bellos; y mucho más si la pequeña columna cuenta con un foco localizado, es decir, que permita dirigir el haz de luz en una única dirección.

La luz de los bolardos también permite generar zonas de visibilidad y sombra desde ciertas zonas, lo cual valoriza el espacio verde, ya que genera la curiosidad y el interés por recorrerlo y ver las partes «ocultas». Todas estas variantes hacen de los bolardos unas piezas muy valiosas, que permiten realzar la belleza y el valor del jardín.

Instalar bolardos de luz en el jardín

En el mercado se comercializan bolardos de luz diseñados de forma específica para uso doméstico. No están fabricados con bronce o hierro fundido, como los de la calle, sino con materiales más ligeros y económicos, como acero o plástico. La mayoría están equipados con lámparas LED o de bajo consumo, que permiten ahorrar en consumo energético. Los precios en general varían desde los 40 euros para los modelos más simples, hasta unos 100 para unidades de mayor calidad, con un diseño más trabajado y cabezales articulados.

La instalación de los bolardos es bastante simple, aunque puede tener una parte complicada: la instalación eléctrica. En todo caso, se debe evaluar la posible conveniencia de bolardos lumínicos que funcionen con baterías o con energía solar. Estos últimos son los más convenientes, desde el punto de vista medioambiental y también desde el económico. Aunque el importe de estos equipos sea superior, el gasto nulo que genera luego en la factura de electricidad permite amortizarlo en poco tiempo.

Resuelta la cuestión eléctrica, solo resta colocarlos en el suelo. Los modelos más simples se entierran de forma directa, mientras que otros, algo más sofisticados, incluyen bases que se afirman en el suelo y sobre las cuales se fijan luego los bolardos a través de sistemas de tacos ytornillos.

 

Lo más interesante de estos bolardos de luz, es que la mayoría están equipados con lámparas LED o de bajo consumo y por lo tanto, consumen muy poca energía. De la misma forma, también podemos utilizar lámparas solares a modo de bolardos de luz, aprovechando la energía solar durante gran parte del día. La única pega que pueden llegar a la tener es que suelen ser menos resistentes que los bolardos de luz tradicionales, aunque sí más económicas. Pero lo más importante a la hora de colocar lámparas solares en nuestro jardín, es posicionarla en un lugar dónde pueda recibir luz solar durante varias horas la día: colocarlas detrás de arbustos o árboles donde les de la sombra no servirá para nada.

¿Cómo instalar un estanque en nuestro jardín?

Instalar un estanque en nuestro jardín no es muy caro, a pesar de lo que parece. Estas decoraciones le dan un toque más fresco a nuestro jardín y nos permite incluso tener algún animalito dentro de este estanque, a parte de las plantas que decoran el jardín de forma natural. Aunque pueda parecer muy caro y difícil de montar, un estanque tiene mucha menos dificultad de lo que parece. En este post te explicamos cuales son las ventajas e inconvenientes de instalar uno y el tipo de estanque a instalar.

Beneficios de contar con un estanque en el jardín

La instalación de un estanque permite crear un rincón de frescura y remanso en el jardín y, de esa manera, poder gozar aún más del contacto con la naturaleza en este espacio de la casa. La presencia del agua contribuye a regular la humedad en el ambiente y la temperatura, debido a que mejoran las condiciones para todas las plantas y los árboles en general.

En el momento de decidir la instalación de un estanque en el jardín, se deben tener en cuenta dos factores muy importantes. El primero es el sitio que ocupará, para que no represente un obstáculo y cuente con las condiciones climáticas adecuadas. El segundo, sus características: los materiales de los que estará construido, qué forma tendrá y cuál será su decoración.

Dónde ubicar un estanque

El lugar idóneo para instalar un estanque en el jardín es una zona que reciba la luz del sol durante algunas horas (entre 4 y 6) al día. Esta iluminación posibilita que las plantas acuáticas vivan en el estanque, pero impide que el agua se caliente demasiado, lo cual favorecería la proliferación de algas u otras especies poco deseables. Las raíces de algunos árboles son tan extensas y fuertes que su desarrollo puede afectar el lecho del estanque

También conviene evitar la cercanía de árboles, por más de una razón. Por un lado, ciertas especies (como la higuera) desarrollan raíces muy extensas y fuertes, cuyo crecimiento podría afectar al lecho del estanque. Por otro, la caída de las hojas cuando llega el otoño puede hacer muy engorrosa la tarea de limpieza, sobre todo si es un árbol de hojas caducas (pierde todas sus hojas cuando llega la temporada invernal). Los de hoja perenne también ensucian, pero bastante menos.

El viento es otro factor que se debe tener en cuenta, porque puede arrastrar demasiadas hojas, ramas u otros elementos al agua y ensuciarla mucho. Conviene que el estanque se halle en un sitio resguardado de las corrientes de aire o, en todo caso, donde lo normal sea que lleve los pequeños objetos en otra dirección. Por otro lado, el aire sobre el estanque en invierno hace que el frío se sienta todavía más.

Formas y materiales de los estanques

Existen diversas formas y materiales para construir estanques. Su nivel puede estar tanto a ras del suelo, como más elevado, contenido por un pequeño muro. Otra alternativa consiste en edificar pequeñosdesniveles en el jardín, lo cual puede resultar algo más costoso. Es imprescindible, por supuesto, sellar bien toda la superficie para evitar filtraciones.

Otra posibilidad es la de adquirir un estanque prefabricado (de plástico, PVC, fibrocemento, etc.), que se instala en un hueco en el suelo del jardín. Estos estanques se fabrican con medidas y formas estandarizadas para adaptarse a distintos espacios.

 

Si vamos a instalar un estanque en el jardín y queremos que parezca lo más real posible, es muy aconsejable añadir plantas acuáticas o flores. Plantas acuáticas como el jacinto de agua o la flor de loto son elementos perfectos para este tipo de estanque ya que además, contribuyen a oxigenar el agua, punto importante si también pretendemos tener algún pez u otro animal acuático. Los estanques son elementos ideales para proporcionar frescura y crear un ambiente relajado en el jardín.