Se acerca el otoño: los días se hacen más cortos, las noches llegan antes, los cielos se nublan con más frecuencia y la chaqueta es necesaria a prácticamente cualquier hora. Estos cambios no sólo afectan a nuestra rutina diaria (salimos menos), también a nuestro cuerpo. Y es que la merma en la luz solar que recibimos provoca una serie de síntomas que se conocen como astenia. Probablemente hayas oído hablar de ella con la llegada de la primavera, pero lo cierto es que la astenia también se produce en otoño.
La causa principal de este trastorno se encuentra en las hormonas que regulan el funcionamiento del cuerpo, y cuya producción no siempre se adapta bien a los reajustes de luz, temperatura y horarios que se producen con el cambio de estaciones. Por eso, cuando sufrimos astenia dormimos mal, estamos más cansados, nos cuesta concentrarnos, tenemos debilidad muscular y nos sentimos más tristes. Dicho de otro modo, nos invade la fatiga y perdemos vitalidad sin razón aparente.
Los síntomas de la astenia, que obviamente pueden variar de una persona a otra, suelen durar unos días o unas pocas semanas. En cuanto la máquina de nuestro cuerpo se adapta a la nueva estación, recuperamos la energía.
De todos modos, existen varios trucos para evitar la astenia, o al menos para que el malestar que provoca no sea excesivo. La clave de todos ellos está en la vida sana.
Dieta rica en frutas y verduras de otoño
La principal arma ante la astenia es una dieta equilibrada y rica en vitaminas, fibra y proteínas. Con la bajada de las temperaturas nuestras defensas se resienten, por lo que es más necesario que nunca incluir numerosas frutas y verduras en nuestra dieta. En cuanto a las proteínas, estas ayudan al buen funcionamiento del sistema nervioso.
La naturaleza, además, es inteligente, por lo que los productos propios del otoño son los que precisamente mejor nos defenderán de la astenia. Así pues, estos días no te prives de setas, berenjenas, calabazas, mandarinas, granadas ni uvas. Tampoco puedes elegir entre algunos de estos alimentos estimulantes para combatir la ansiedad.
Y, por supuesto, huye de la cafeína, el tabaco y el alcohol.
setas de otoño
Comidas más ligeras y mucha agua
Mantener nuestro cuerpo hidratado es fundamental para hacer frente a cualquier amenaza, incluida la astenia. Por lo tanto, te aconsejamos beber mucha agua y, además, evitar las comidas copiosas. Es preferible que comas menos pero más veces al día. De esta forma te sentirás con fuerza y energía en cualquier momento.
Busca el sol
La causa principal de la astenia es la disminución de la luz solar, no su ausencia. Así, es lógico que el mejor remedio consista en salir a la calle y aprovechar al máximo las horas de luz. De esta forma a tu cuerpo le costará menos adaptarse a la nueva estación. Además, segregarás serotonina, también conocida como la hormona de la felicidad.
Haz ejercicio
Tan sabido es que la serotonina es la hormona de la felicidad como que las endorfinas, las que liberamos cuando hacemos ejercicio, nos hacen sentir mejor. Si quieres evitar la falta de vitalidad propia de la astenia, procura hacer ejercicio moderado todos los días durante aproximadamente una hora. Basta con salir a caminar a buen ritmo, mejor, además, con luz del día.
mujer paseo otoño bosque
Duerme las horas suficientes
Cuando sufrimos astenia estamos cansados a cualquier hora del día y, para colmo, tenemos dificultades para dormir. Si queremos prevenirlo, tenemos que regular nuestros horarios y tratar de acostarnos y levantarnos todos los días a la misma hora. También es aconsejable que procuremos dormir al menos 8 horas al día.
Motívate
Ya incluimos vitaminas en nuestra dieta, bebemos mucho líquido, salimos al sol, hacemos ejercicio y cumplimos nuestros horarios de sueño. ¿Qué falta para evitar la astenia otoñal? Una tarea intelectual que nos motive de verdad. Para no caer en el círculo vicioso de la falta de concentración, que nos machaca mentalmente y nos hace perder mucho tiempo, lo ideal cuando llega el otoño es buscar actividades que nos estimulen. Cada uno tendrá su preferida, pero aquí van un par de recomendaciones: lee ese libro que llevas tiempo deseando descubrir; haz un puzzle; completa el álbum de fotos de las vacaciones…
Y así, sin darte cuenta, superarás el cambio de estación sin que tu cuerpo y tu mente se resientan.