¿Sabes qué es la inteligencia emocional? ¿Eres una persona inteligente emocionalmente? ¿Sabes que la inteligencia emocional se aprende? No existe un test capaz de determinar el “grado de inteligencia emocional”, a diferencia de lo que ocurre con los test que miden el coeficiente intelectual (CI), y se puede desarrollar en cualquier momento de nuestra vida. Es por ello, por esa falta de cuantificación, que pueda que nos resulte complejo dotar de valor la inteligencia emocional como forma de entender nuestras emociones y las de los demás para crecer como personas y guiar nuestro comportamiento social. El desarrollo de la persona se basa en la toma de conciencia del individuo y su entorno y, para ello, gestionar sus emociones, se hace vital.
Según el psicólogo estadounidense Daniel Goleman, la inteligencia emocional nos permite:
Tomar conciencia de nuestras emociones.
Comprender los sentimientos de los demás.
Tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo.
Acentuar nuestra capacidad de trabajo en equipo.
Adoptar una actitud empática y social que nos brindará mayores posibilidades de desarrollo personal.
Participar, deliberar y convivir con todos desde un ambiente armónico y de paz.
Ahondando y completando la visión establecida por el psicólogo estadounidense, el Grup de Recerca en Orientación Psicopedagógica (GROP) de la Universitat de Barcelona estableció 5 competencias emocionales:
Conciencia emocional. Conocer las emociones propias y las de los demás.
Regulación de las emociones. Responder de manera apropiada cuando alguien experimenta alguna emoción. Es importante no confundirla con la represión.
Autonomía emocional. Que los estímulos externos no afecten de manera drástica a la persona. Ser sensibles pero con cierto auto blindaje.
Habilidades socioemocionales. Ser capaces de construir redes sociales.
Competencias para la vida y el bienestar. Favorecen una sana convivencia social y personal.
Áreas del cerebro en psicología
Según Ledoux “el rudimentario cerebro menor de los mamíferos es el principal cerebro de los no mamíferos, un cerebro que permite una respuesta emocional muy veloz. Pero, aunque veloz, se trata también, al mismo tiempo, de una respuesta muy tosca, porque las células implicadas sólo permiten un procesamiento rápido, pero también impreciso”. Los seres humanos contamos con la gama más amplia de emociones por nuestra posición en la cadena evolutiva. Pero, ¿Cómo saber si dispones de inteligencia emocional y qué puntos debes potenciar para “aprender” la gestión de emociones?
Identificas tus emociones en cada situación y los matices que esto implica: rabia, tristeza, orgullo, vergüenza, culpa, miedo, angustia, asco, alegría…
Reconoces las emociones de los demás. Miedo, frustración, tristeza… Es importante conocer nuestras emociones y también identificar correctamente las de los demás.
Piensas antes de actuar, por tanto, identificas de manera anticipada los efectos nocivos de las emociones negativas.
Practicas la empatía y la capacidad para ver conexiones con significado entre diversas conductas.
La perfección no existe y ser consciente de ello elimina la frustración asociada.
Fuera pensamientos negativos. Eres capaz de construir emociones positivas, de buscar momentos de auténtica felicidad y encontrar instantes plenos.
Sabes desconectar. Estar 24 horas hiperconectados al trabajo, el móvil o las redes sociales puede aumentar los niveles de frustración.
Eres proactivo. La capacidad de reacción es fundamental. Sólo se consigue desde el análisis de la situación y reconociendo las emociones de las personas implicadas. La proactividad no significa tomar la iniciativa, sino asumir la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan; decidir en cada momento lo que queremos hacer y cómo lo vamos a hacer.
Sabes reconocer personas tóxicas y vampiros energéticos y te alejas de su área de influencia negativa.
Sabes decir no. La asertividad es la capacidad de decir lo que piensas sin herir ni a los demás ni a ti mismo.
¿Reconoces e identificas las claves de la inteligencia emocional en tu vida diaria?